4 pueblos donde el arte se fusiona con la naturaleza

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16.02.2025
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5min. de lectura
Por: Alvaro Martin
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A veces nos empeñamos en que el arte tiene que estar al abrigo de cuatro paredes, y no siempre tiene por qué ser así. En algunos rincones de España, el arte se ha convertido en un elemento esencial del entorno, integrándose con la naturaleza y transformando pueblos en museos al aire libre.
Por ello, te proponemos descubrir cuatro destinos donde la creatividad convive con el paisaje. Cada uno de ellos ofrece a los viajeros una escapada sensorial y cultural que deja huella en la memoria. ¿Hacemos las maletas y los descubrimos?
Los retratos de Mogarraz (Salamanca)

Sin duda los grandes protagonistas de Mogarraz son sus vecinos. Tanto es así que pasear por sus calles quizá te resulte inquietante, pues no dejarás de pensar que te están vigilando. Aunque todo tiene una explicación. En 1967 los vecinos mayores de edad fueron fotografiados para un nuevo DNI, y esta pequeña acción le sirvió de inspiración a Florencio Maíllo, un pintor local, que reprodujo a gran escala aquellas fotografías y las colgó en las fachadas de la localidad como homenaje a la gente que decidió quedarse, en una época donde muchos emigraron en busca de una vida mejor.
En principio se planteó como una exposición de arte puntual, pero ahora se ha convertido en todo un símbolo de este pequeño municipio salmantino ubicado en el Parque natural de Las Batuecas – Sierra de Francia. Florencio comenzó con las 388 instantáneas que se realizaron en los años sesenta, pero con el paso del tiempo los mogarreños que en aquel momento no fueron fotografiados le pidieron al artista sus estampas. Por ello, ya son más de 700 retratos los que se pueden admirar en las calles de Mogarraz.
Aunque hasta aquí no sólo se acercan los viajeros para conocer estas pinturas, el pueblo en sí bien merece una visita. Y es que su aislamiento, entre tupidos bosques, ha favorecido a que sea una de las poblaciones que mejor ha sabido conservar su arquitectura y tradiciones. Declarada Conjunto Histórico Artístico, este municipio ofrece al paseante un entramado de callejuela y pasadizos salpicado de escudos pertenecientes a viejos linajes, originales dinteles con grabados religiosos, cruceros y fuentes. Así que, ya sabes, no puedes perderte una escapada a este municipio tan curioso.
El Bosque de Oma en Kortezubi (Bizkaia)

Nos escapamos hasta un pequeño pueblo de Bizkaia, Kortezubi, para visitar una de las obras más conocidas del artista vasco Agustín Ibarrola, el Bosque de Oma. Esta representación forma parte de la corriente artística conocida como Arte y Naturaleza, que surgió a finales de los años sesenta del siglo pasado y que tiene como finalidad trasladar el trabajo artístico al medio natural, utilizando el paisaje como marco, soporte y materia prima. Es decir, Ibarrola tomó el bosque como un gran lienzo y jugó con las perspectivas, con la tridimensionalidad, con los colores y los mensajes a transmitir. Un museo al aire libre, en plena naturaleza, que sitúa al visitante en primer plano.
Además, si quieres combinar esta visita con un recorrido por la zona estás de suerte, ya que Kortezubi forma parte de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. Podrás conocer lugares de gran riqueza y belleza natural como San Juan de Gaztelugatxe, el cabo Ogoño o las playas de Laga y Laida. Así como recorrer los municipios costeros de Bermeo, Elantxobe o Mundaka. E incluso dedicarle tiempo al interior de esta comarca, con Gernika como municipio de referencia.
Genalguacil (Málaga)

Y si te digo que en Málaga existe un municipio con 400 habitantes y 200 obras de arte, ¿cómo te quedas? Hablamos de Genalguacil, más conocido como el Pueblo Museo. Todo empezó casi a mitad de la década de los 90, cuando los vecinos decidieron diferenciarse del resto de ofertas de la comarca del Genal, para convertirse en un pueblo-museo donde las calles se han transformado en verdaderas galerías de arte al aire libre y muchas casas son talleres habitados por artistas. En la actualidad, pintores, escultores, fotógrafos o ceramistas van dejando su legado en fachadas, plazas y calles de todo el pueblo porque se trata de un proyecto vivo.
El resultado de toda esta iniciativa y esfuerzo se puede admirar simplemente paseando por el municipio. ¿Te has fijado en las tres cabezas de burro que hacen de fuente? Sin olvidar su Museo de Arte Contemporáneo que fue inaugurado en el año 2004 con el deseo de ser refugio de todas las obras que no podían estar a la intemperie. Está claro que Genalguacil es un pueblo muy particular. Además, la localidad en sí te gustará porque es típico pueblo andaluz, de esos de postal. Con sus casas blancas inmaculadas y una peculiar estructura urbana escalonada y adaptada al terreno que le acoge, herencia de los pobladores árabes que dieron origen a la villa.
Los Cubos de la Memoria en Llanes (Asturias)

Y, por último, volvemos a retomar al artista vasco Agustín Ibarrola para conocer la obra que creó en 2001 en Llanes, “Los Cubos de la Memoria”. Se trata de grandes bloques de hormigón que forman parte del espigón y que han sido pintados, con motivos abstractos y colores vibrantes, para narrar la historia, la cultura y la identidad de la villa asturiana. Esta intervención convierte el rompeolas en un museo al aire libre donde el arte y el mar Cantábrico dialogan en un espacio cambiante según la luz y la marea.
Pero la escapada no termina en el puerto, la villa marinera goza de un casco antiguo declarado Conjunto Histórico-Artístico, de magníficas casas de indianos y blasonadas, de paseos entre acantilados y playas de ensueño como la del Sablón. ¿Y qué me dices de su gastronomía? No podrás dejar pasar la oportunidad de probar un rico cachopo con su correspondiente culín de sidra o, por ejemplo, degustar un buen pastel de cabracho.
Miryam Tejada
Mi título universitario dice que soy licenciada en periodismo, pero realmente soy una todoterreno a la que le pilló la transición del mundo analógico al digital de pleno. Es decir, soy millennial, y eso lo que conlleva, según las habladurías, es que me dejo llevar y priorizo mi bienestar. O lo que es lo mismo, soy una apasionada de los viajes y las experiencias, del simple hecho de tomar unas cervezas entre amigas, organizar una buena comilona en la sociedad con sobremesa larga incluida o pasar las tardes en el parque con mis gemelos.
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