El castillo de Loarre, ¿por qué es el mejor conservado de Europa?
Escrito por
03.03.2025
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El Castillo de Loarre. Por Tolo
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La gran cantidad de batallas que han tenido lugar en la península ibérica ha dejado una huella muy patente, como es un buen número de fortalezas para defender los territorios. La Asociación Española de Amigos de los Castillos ha contabilizado unas 10.200 en España, pero no todas están en unas condiciones óptimas. Hoy nos acercamos a descubrir los secretos del castillo de Loarre, en Huesca, para explicar por qué es la fortaleza de estilo románico mejor conservada de Europa.
¿Por qué está tan bien conservado el castillo de Loarre?
El castillo de Loarre se alzó en la Hoya de Huesca en el siglo XI, bajo el mandato del rey Sancho III El Mayor de Navarra. Era un enclave estratégico a 1.070 metros de altura sobre la llanura de Bolea y Ayerbe, en la frontera con la Iberia controlada por los musulmanes, Al-Ándalus. Un siglo después de que se erigiera la construcción principal, se levantaron las murallas que la rodean.

En la primera etapa del castillo de Loarre se hizo el edificio real, la capilla, el patio de armas, el torreón de la Reina, las estancias militares y la torre albarrana o torre del vigía. Después, con el monarca Sancho Ramírez de Aragón, la fortaleza adoptó la configuración actual, fusionando lo religioso con lo militar. Y es que creó en el interior un monasterio de canónigos de San Agustín. Aprovechó para añadir al conjunto arquitectónico la torre del Homenaje, la iglesia de San Pedro y una cripta en la que están las reliquias de San Demetrio.
En el siglo XII cayó en el olvido y pasó a manos de diferentes nobles hasta que se le encomendó a la Orden de San Juan. El siglo XVI fue el inicio de su fin, con el traslado de la iglesia que hacía de parroquia. Quienes habitaban el castillo también decidieron mudarse a zonas más bajas y cómodas para el día a día. Para construir las nuevas casas optaron por la vía más rápida: coger piedras de los muros de la fortaleza.
La fortaleza cayó en el olvido y pasó a ser aprovechada como morada por pastores y sus rebaños, lo que favoreció que se mantuviera en buenas condiciones
Con la perspectiva histórica que tenemos hoy, nos podemos llevar las manos a la cabeza. Pero hay que tener en cuenta que en ese momento no había grandes tiendas para comprar material de construcción, ni furgonetas, ni maquinaria para moverlo. Pese a esta demolición parcial, muchas estancias quedaron intactas.

Estuvo en un segundo plano durante las guerras de Sucesión y de la Independencia, sirviendo de refugio a los soldados que pasaban por ahí. Pero no tuvo mayor importancia. Cayó tanto en el olvido que se abandonó por completo. Así, el lugar que había servido de morada de reyes fue ocupado por humildes pastores con sus rebaños durante el siglo XIX. Esto permitió, curiosamente, que se mantuviera en buenas condiciones. Otra clave que explica su admirable conservación es que nunca se usó en batalla, por lo que no sufrió ataques directos.
Son muchos los castillos que hoy en día lucen preciosos, como si no hubieran pasado los siglos. Es el arte de la restauración. Sobre la fortaleza de Loarre también se han hecho obras de mantenimiento, acondicionamiento general y mejora de la seguridad para su visita. Primero, en 1913; más tarde, diferentes actuaciones entre 1996 y 2009. Esto ha permitido que hoy el castillo de Loarre esté considerado como el mejor conservado de Europa y que se haya ganado el reconocimiento como Bien de Interés Cultural (BIC) y Monumento Nacional. También se cree que es el castillo fortificado más antiguo de España.
Las curiosidades más sorprendentes del castillo de Loarre
El castillo de Loarre de Huesca ofrece visitas guiadas todo el año. Se entra en grupos de un máximo de 40 personas y dura alrededor de una hora. Para conocer los horarios y asegurarte una plaza, se recomienda reservar con antelación.

Una de las primeras curiosidades que advertiréis son los motivos de los capiteles. Al entrar a la fortaleza, hay tallados en las columnas tres monos: uno se tapa los ojos; otro, la boca; y el tercero, los oídos. El mensaje es claro y crudo, y es que lo que pasaba dentro del castillo, se tenía que quedar en el castillo. Algo así como “ver, oír y callar”. En caso contrario, quien desvelara algo sería condenado a muerte.
Por otro lado, en las escaleras que dan entrada a la fortaleza, se ven unos peldaños más anchos en los laterales. Era una forma de facilitar a los guardas dónde debían colocarse, especialmente cuando llegaba la nobleza o los reyes.
Un capitel muestra tres monos: uno se tapa los ojos; otro, la boca; y el tercero, los oídos. El mensaje era “ver, oír y callar”. Si alguien contaba algo de lo ocurrido en el castillo, era condenado a muerte
Son innumerables los detalles que podemos descubrir en la visita al castillo de Loarre. Si nos fijamos bien, descubriremos que los bloques que conforman su estructura tienen dibujos tallados como un triángulo o un círculo. Era la firma de los arquitectos de la época, la forma que tenían que marcar su autoría ante una piedra tan bien moldeada. Aquellas que no tienen marca estaban generalmente realizadas por esclavos.
En otra columna veremos un perro tallado en la piedra. Está en la entrada a la cripta y representa que ya entonces se empleaban estos animales como símbolo de guardián de la casa.

Por último, una curiosidad que se rumorea, pero no se ve. Según la leyenda, Violante de Luna, abadesa de Trasobares, estuvo a favor de una traición a Fernando I que fue apoyada por su amante Antonio de Luna. Su tío, que era el conocido “Papa Luna”, la excomulgó por el escándalo del romance. La guerra separó a la pareja y la mujer, al parecer, fue en su búsqueda y nunca se volvió a saber de ella. Se dice que por los pasillos del castillo de Loarre vaga su fantasma.
Qué ver en la Hoya de Huesca
El castillo de Loarre pertenece al pequeño pueblo del mismo nombre, en la comarca de la Hoya de Huesca. Ubicada a las puertas del Pirineo aragonés, cerca hay muchos lugares de interés para aprovechar la escapada. Los amantes de las formaciones caprichosas de la naturaleza tienen una visita obligada en los Mallos de Riglos, unas sobrecogedoras paredes de piedra verticales que alcanzan los 300 metros de altura. A sus pies está el pintoresco pueblo de Agüero. O la sierra de Guara con sus conocidos barrancos o el salto de Roldán, un portillón natural de forma peculiar.

Otro destino próximo que vale la pena conocer son los humedales de la comarca, como la laguna Alboré del embalse de La Sotonera. Es un lugar estratégico para la migración de las aves. A finales de invierno no es difícil coincidir con las miles de grullas que pasan por aquí para descansar.
Puedes seguir viajando por la historia del lugar visitando la colegiata de Bolea, que entremezcla estilos, y la iglesia de San Miguel de Foces, cerca de Ibieca y con la sierra de Guara como telón de fondo.
Raquel Andrés
Periodista y aventurera. Me has podido leer en Escapada Rural, Diari Nosaltres La Veu, La Vanguardia, El Salto y otros medios. Habitante y amante de las zonas rurales, sea cual sea el destino. Procuro escaparme una vez por semana con las botas de montaña, el arnés o el neopreno. También soy un intento de baserritarra.
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ESTE NO ES EL MEJOR CASTTILLO CONSERVADO DE EUROPA….Y LO SABEIS…