Destinos increíbles a los que puedes llegar en tren

A veces declinamos una escapada rural porque no disponemos de un vehículo propio. Y no somos conscientes de que cada vez existen más rutas ferroviarias que nos acercan y nos permiten disfrutar de rincones espectaculares sin necesidad de coger el coche.

Además, a este tipo de viajes, se le añade un componente nostálgico, ¿no creéis? No sé si el traqueteo de los vagones, el paisaje que se desliza por la ventanilla o la emoción de llegar a una estación con historia, es lo que hace que este medio de transporte tenga un encanto especial. Por ello, os proponemos seis destinos increíbles en España a los que podréis llegar en tren sin complicaciones. Así que, ya no hay excusa para decir sí a tu próxima escapada.

Zumaia (Gipuzkoa)

La localidad guipuzcoana de Zumaia es, ahora, archiconocida por haber sido el escenario para películas y series como Juego de Tronos. No obstante, este pequeño pueblo costero de Gipuzkoa, forma parte del Geoparque de la Costa Vasca, y en él los protagonistas son sus famosos flysch. Unas espectaculares formaciones de capas rocosas que, a modo de una gran enciclopedia, nos muestran más de 60 millones de años de la historia de la Tierra.

Además, en lo alto de estos acantilados, también se encuentra otra localización de cine. ¿Os suena la película de Ocho Apellidos Vascos? Aquí está ubicada la ermita de San Telmo, la que sale en el film. Y todos estos atractivos turísticos, fácilmente podrás combinarlos con la visita al casco viejo de Zumaia. Un plan perfecto para callejear antes de degustar un buen pintxo o pescado local en alguno de sus restaurantes. 

¿Cómo llegar? Para llegar en tren, tendrás que tomar la línea de Euskotren desde Bilbao o Donostia/San Sebastián, está a poco más de media hora, hasta la estación de Zumaia. Desde allí, un paseo de 20 minutos por el centro histórico te conducirá hasta la playa de Itzurun, donde está la magia.

Ronda (Málaga)

¿A quién no le gustaría visitar el famoso Puente Nuevo? Es una de las postales más impactantes de Ronda, Málaga y España en general. Se trata de un desfiladero de más de 100 metros de profundidad que divide al casco urbano de esta localidad malagueña en dos y desde el que se pueden admirar impresionantes vistas del Tajo de Ronda.

Pero más allá de las vistas de infarto, este pueblo perteneciente a la ruta de los Pueblos Blancos, en plena Serranía de Ronda y a pocos kilómetros de la Costa del Sol, destaca por su milenaria historia,  por su extenso patrimonio arquitectónico y cultural y por su exquisita gastronomía. 

¿Cómo llegar? Desde Málaga hay trenes, con un pequeño transbordo, a esta localidad malagueña. Además, el trayecto en sí ya merece la pena, ya que los paisajes de la Serranía de Ronda son preciosos.

Ribadeo (Lugo)

Ribadeo es una joya escondida en la costa de Galicia. Está situado en la orilla de la ría que separa Asturias y Galicia y su mayor tesoro es la famosa playa de las Catedrales, con sus impresionantes formaciones rocosas esculpidas por el mar. Eso sí, si quieres verla en todo su esplendor, revisa las mareas, porque con pleamar el espectáculo se esconde bajo el agua.

Pero Ribadeo no es solo playa. Su casco viejo tiene ese encanto gallego de casas indianas, como la Torre de los Moreno, con su aire modernista y vistas de postal. Y, por supuesto, Ribadeo también es gastronomía. No te quedes sin probar una empanada de zamburiñas o una buena mariscada, acompañada por un albariño de la tierra, en su puerto. 

¿Cómo llegar? Desde Oviedo o Gijón, podrás tomar la línea de tren de Renfe Feve, que, además, ofrece un trayecto panorámico espectacular hasta esta localidad lucense.

Sigüenza (Guadalajara)

¿Una escapada a la Edad Media? Así es como te sentirás cuando pongas un pie en Sigüenza. Situada en la pronvincia de Guadalajara, esta joya histórica te recibirá con su imponente castillo, hoy convertido en un parador donde podrás dormir como un auténtico rey o reina. Y callejear por su casco antiguo lleno de calles empedradas, casonas de piedra y rincones que cuentan siglos de historia.

Además de conocer, por fuera y principalmente por dentro, la catedral de Santa María. Aclamada porque entre sus paredes se “esconde” el famoso sepulcro del Doncel, una escultura gótica tan realista que parece que en cualquier momento se va a levantar.  Y, por supuesto, no podrás decirle adiós a Sigüenza sin haber probado las yemas seguntinas. 

¿Cómo llegar? Desde Madrid, el tren regional te dejará en Sigüenza en menos de dos horas. También tendrás opciones para llegar desde Zaragoza, por ejemplo, u otras ciudades cercanas.

Sóller (Mallorca)

Está claro que una escapada a Mallorca no solo significa calas de aguas turquesas. La isla es mucho más que sol y playa, y para muestra de ello, Sóller. Un encantador pueblo de la Serra de Tramuntana con una vibrante plaza presidida por la iglseia de Sant Bartomeu e infinidad de planes para quienes quieran “olvidar” el bañador en casa y calzarse las botas de senderismo.

Una de las rutas más emblemáticas es la que une Sóller con el pintoresco Port de Sóller, atravesando antiguos caminos empedrados. O si buscas un reto mayor, el Camí de s´Alzina Fumadora o la subida al mirador de ses Barques, te recompensará con panorámicas espectaculares.  

¿Cómo llegar? Obviamente, este destino tiene truco, ya que si tu escapada comienza en la península, primero deberás tomar un avión. Pero desde Palma de Mallorca tendrás la oportunidad de coger el Tren de Sóller, un ferrocarril de madera con más de 100 años de historia que te llevará por paisajes de montaña inolvidables. Es la típica excursión de día que suelen realizar los turistas rurales cuando visitan la isla por primera vez.

Sitges (Barcelona)

Dicen que en Sitges hay más de 300 días de sol al año y una temperatura media de 15 grados en invierno, así que si quieres una escapada con buen tiempo asegurado este es tu destino. Este antiguo pueblo de pescadores, a media hora de Barcelona, ha sabido mantener su encanto conservando su casco antiguo y sus playas bañadas por las cristalinas aguas del Mediterráneo.

Sin olvidar que Sitges es también un referente del modernismo catalán con numerosos edificios de este estilo, además de atesorar una extensa oferta cultural con varios museos importantes y una rica gastronomía en la que predominan deliciosos arroces y pescado fresco. 

¿Cómo llegar? Desde Barcelona hay trenes de cercanías cada 15-20 minutos que te dejarán en Sitges en poco más de media hora.