El primer selfie de la historia está en un monasterio muy cerca de Barcelona… ¡y la visita es gratis!

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29.04.2025

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11min. de lectura

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El primer selfie de la historia: autorretrato en piedra de Arnau Cadell, en el monasterio de Sant Cugat del Vallès (Barcelona).
El primer selfie de la historia: autorretrato en piedra de Arnau Cadell, en el monasterio de Sant Cugat del Vallès (Barcelona). Por Till F. Teenck.

El monasterio de Sant Cugat es una auténtica joya de la arquitectura medieval. Se encuentra a apenas veinte minutos de Barcelona y, entre sus numerosos atractivos, destaca su claustro románico. Este singular espacio, cuya visita por libre es completamente gratuita, guarda un secreto muy especial: el que posiblemente sea el primer selfie de la historia. ¿Nos acompañas y te lo enseñamos?

En busca del primer selfie de la historia

Un grupo de amigos tomándose un selfie.
Un grupo de amigos tomándose un selfie. Por Jacob Lund.

El término selfie fue acuñado en 2002 por un australiano llamado Nathan Hope. Tras hacerse una gran herida, Hope publicó su foto en un foro de internet con el siguiente texto: «Borracho en el cumpleaños 21 de un amigo, me tropecé y caí de bruces (con los dientes delanteros muy cerca) en unos escalones. Me hice un agujero de un centímetro de largo en el labio inferior. Y perdón por el enfoque, era una selfie«. La palabra caló, el resto es historia.

Hoy en día estamos más que acostumbrados a los selfies. De hecho, un estudio reciente afirma que se disparan 92 millones de selfies en el mundo al día. ¡Al día! Constantemente buscamos el lugar perfecto para sacarnos el selfie perfecto. Tan fácil como sacar el móvil, enfocar y ¡click! Ya tenemos nuestro autorretrato.

Pero no siempre fue así. Antes de las redes sociales y de que se extendiera el uso de los smartphones, ya tendíamos a autorretratarnos. Aunque no los llamáramos así, selfies, había ya desde la Edad Media. Lo que cambiaba eran los métodos, que no resultaban tan sencillos como desenfundar nuestro móvil.

Métodos rudimentarios para sacarse un selfie

El primer selfie de la historia: autorretrato de Robert Cornelius (1839).
El primer selfie de la historia: autorretrato de Robert Cornelius (1839). Por Robert Cornelius.

Antes de la era del selfie, el primer autorretrato fotográfico está fechado en 1839. Se le atribuye al químico y entusiasta de la fotografía Robert Cornelius, que posó delante de un daguerrotipo en el jardín trasero del almacén de su padre. Como dato: para obtener la imagen, se estima que Cornelius debió permanecer quieto entre 5 y 15 minutos. Y no se puede sostener una sonrisa durante tanto tiempo, así que salió con esa cara.

Si nos remontamos un poco más en el tiempo, antes de la invención de las primeras máquinas fotográficas ya existía cierta tendencia al autorretrato. Que le pregunten a los grandes pintores de la historia: Van Gogh, Da Vinci, Rembrandt… La lista es larga, pero si nos fijamos en el autorretrato patrio, no podemos olvidar a Velázquez y su aparición en su cuadro más célebre: Las Meninas.

El primer selfie de la historia: autorretrato de Diego Velázquez en Las Meninas (1656).
El primer selfie de la historia: autorretrato de Diego Velázquez en Las Meninas (1656).

El primer selfie de la historia está hecho en piedra

Todavía podemos ir más atrás en el tiempo. En la época medieval, algunos canteros tenían por costumbre cincelarse a sí mismos en sus obras. Lo hacían de forma discreta, de tal manera que solo otros canteros pudieran darse cuenta. Por ejemplo, hace poco se descubrió en la catedral de Santiago de Compostela un capitel donde un maestro albañil había tallado una imagen de sí mismo. Un selfie en piedra de unos 900 años de antigüedad.

El primer selfie de la historia: autorretrato en piedra de un maestro albañil en la catedral de Santiago.
El primer selfie de la historia: autorretrato en piedra de un maestro albañil en la catedral de Santiago. Por Jenny Alexander.

Aproximadamente de la misma época es el selfie pétreo del monasterio de Sant Cugat del Vallés. La diferencia es que, en esta ocasión, conocemos el nombre del personaje autorretratado. Así que podríamos decir que el de Sant Cugat es el primer selfie firmado de la historia. Su autor se llamaba Arnau Cadell.

Quién fue Arnau Cadell

Claustro románico de la catedral de Girona, obra de Arnau Cadell.
Claustro románico de la catedral de Girona, obra de Arnau Cadell. Por jjmillan.

Arnau Cadell fue un maestro del románico catalán de los siglos XII y XIII. De gran fama como escultor, desarrolló su labor entre 1180 y 1221. Cadell ha pasado a la historia como uno de los primeros artistas medievales de los cuales conocemos su nombre y apellidos, ya que alcanzó cierta celebridad y una buena posición social en su época.

El legado de Cadell consta en numerosos documentos, entre ellos su testamento, recientemente descubierto en la catedral de Girona. El claustro románico de la catedral gerundense fue precisamente una de las dos grandes obras de su vida. La otra es el claustro románico del monasterio de Sant Cugat, donde podemos encontrar su autorretrato en piedra. Como sabemos, este podría ser considerado como el primer selfie de la historia.

El claustro románico de Sant Cugat

Claustro románico del monasterio de Sant Cugat del Vallès (Barcelona), donde podemos encontrar el primer selfie de la historia.
Claustro románico del monasterio de Sant Cugat del Vallès (Barcelona), donde podemos encontrar el primer selfie de la historia. Por masauvalle.

El claustro del monasterio de Sant Cugat, cuya construcción dirigió Arnau Cadell, es una de las obras cumbres del románico catalán, español e incluso europeo. Es un espacio de recogimiento y solemnidad, lleno de espiritualidad y simbolismo. Está presidido por una fuente central que simboliza el paraíso y la unión del cielo y la tierra a través del agua.

No obstante, lo más destacado del conjunto son las galerías laterales con arcadas de piedra. En ellas podemos encontrar 144 columnas y capiteles, un número también con fuerte carga simbólica, ya que hace alusión a las medidas de los muros de Jerusalén. Cada uno de estos capiteles es único y representa escenas bíblicas y personajes de todo tipo, como monjes, grifos o sirenas.

El primer selfie de la historia y la firma de Cadell

El primer selfie de la historia: autorretrato en piedra de Arnau Cadell en unom de los capiteles del claustro del monasterio de Sant Cugat.
El primer selfie de la historia: autorretrato en piedra de Arnau Cadell en uno de los capiteles del claustro. Por Turismo de Sant Cugat.

Y entre ellos se cuela la imagen de nuestro maestro constructor. Está cincelado en uno de los 144 capiteles, concretamente en uno situado en la galería oeste del claustro. Cadell está representado como un escultor sentado en un taburete mientras da forma a uno de los capiteles. La figura ha llegado hasta nuestros días ligeramente mutilada, ya que le faltan el antebrazo izquierdo y la cabeza.

Además, junto a la figura de Cadell podemos encontrar una inscripción del propio maestro que se conserva perfectamente en su emplazamiento original. Incluso se pueden observar restos de la pintura originaria. La inscripción, en latín, dice lo siguiente: “Esta es la figura del escultor Arnau Cadell, quién construyó este claustro para la perpetuidad”. La combinación de estos dos elementos hacen único al conjunto: por primera vez, un artista medieval catalán se autorretrataba y firmaba su obra.

Qué más ver en el monasterio de Sant Cugat

El impresionante rosetón de la iglesia del monasterio de Sant Cugat del Vallès (Barcelona).
El impresionante rosetón de la iglesia del monasterio de Sant Cugat del Vallès (Barcelona). Por Diabluses.

Además del claustro románico y sus capiteles, el monasterio de Sant Cugat del Vallès tiene mucho más que ver. En el propio claustro podemos encontrar otros espacios no menos interesantes, como los restos de una iglesia paleocristiana, las salas capitulares o un edificio renacentista denominado El Claustrillo. En el piso superior del claustro románico se ubica otro claustro, en esta ocasión renacentista, que se añadió en una ampliación. Hoy en día alberga exposiciones.

El resto del recinto monástico tampoco tiene desperdicio. En primer lugar, llama la atención la iglesia del monasterio, en la que todavía se celebran oficios religiosos. Su fachada es uno de los mejores exponentes del gótico catalán y contiene un espectacular rosetón, otro de los tesoros más valiosos del monasterio. El palacio abacial y la torre del campanario son otros de los destacados del recinto del monasterio de Sant Cugat del Vallés.

Cuánto cuesta y cuándo se puede visitar el monasterio de Sant Cugat

El primer selfie de la historia está en el interior del monasterio de Sant Cugat del Vallès (Barcelona).
El primer selfie de la historia está en el interior del monasterio de Sant Cugat del Vallès (Barcelona). Por Rey Cuba Photography / Wirestock Creators.

Si después de haber leído el artículo te estás planteando visitar el monasterio de Sant Cugat del Vallés, tenemos una buena noticia: ¡es gratis! Sí, el acceso al monasterio es completamente gratuito para la visita por libre. En temporada baja (de octubre a mayo), abre de martes a sábado, de 10:30 a 13:30 y de 16 a 19 horas. En temporada alta (de junio a septiembre), el horario vespertino se amplía hasta las 20 horas. Los horarios y fechas de acceso actualizados se pueden consultar en la página web de Turismo de Sant Cugat.

Por otro lado, para visitar la iglesia del monasterio el horario es de 8 a 13 y de 17 a 20:45 horas, aunque se deben respetar los horarios de culto. Se celebran varios oficios de forma diaria, cuyos horarios se pueden consultar en la web de la parroquia de Sant Pere d’Octavià, de la que es sede.

Si queremos profundizar un poco más en la historia y los entresijos del monasterio de Sant Cugat del Vallés, también tenemos la opción de contratar audioguías o visitas guiadas. Las audioguías cuestan seis euros e incluyen dos recorridos que podemos hacer a nuestro ritmo y en cualquier momento. Las visitas guiadas, por su parte, tienen lugar los sábados a las 10 horas y tienen un precio de 8 euros. Puntualmente, también se organizan visitas teatralizadas.

Qué más hacer en Sant Cugat del Vallés

Bodega modernista de Sant Cugat del Vallès, obra de Cesar Martinell.
Bodega modernista de Sant Cugat del Vallès, obra de Cesar Martinell. Por Joan Bautista.

El monasterio benedictino es el gran reclamo turístico de Sant Cugat del Vallès, pero la localidad cuenta con otros atractivos para completar una jornada de turismo en familia o en pareja. Dos buenos ejemplos son el museo de Marilyn Monroe y el museo del Cómic y la Ilustración.

El primero se ubica en la propia plaza del monasterio y es el único de Europa dedicado íntegramente a la figura de la artista. El segundo ofrece un más que interesante recorrido por 135 años de historia de la narrativa gráfica y sus principales exponentes. También destaca en Sant Cugat la bodega modernista del arquitecto César Martinell, con influencias de Gaudí.

Mercantic, el mercadillo permanente de antigüedades de Sant Cugat del Vallès

Mercantic se ha convertido en uno de los principales reclamos turísticos de Sant Cugat del Vallès.
Mercantic se ha convertido en uno de los principales reclamos turísticos de Sant Cugat del Vallès. Por Mané Espinosa / Ajuntament de Sant Cugat.

Otro de los lugares destacados de la localidad es Mercantic, un espacio donde los amantes del arte y las antigüedades encontrarán un auténtico paraíso. Aparte de los diferentes comercios y los anticuarios, Mercantic ofrece una completa agenda de eventos y talleres de artesanía para todos los públicos. También incluye un espacio gastronómico, por lo que es lugar ideal para reponer fuerzas tras una intensa jornada de turismo.

El espacio abre de martes a domingo, en horario de 10 a 20 horas entre semana y de 10 a 15 horas el fin de semana. El acceso es gratuito excepto los domingos de 11 a 14 horas, cuando hay que pagar 2 euros. Para los menores de 12 años y las personas con movilidad reducida, más sus acompañantes, se mantiene la entrada gratuita también en este horario.

Cómo llegar a Sant Cugat del Vallés

Vista panorámica de Sant Cugat del Vallès, con el monasterio en primer término.
Vista panorámica de Sant Cugat del Vallès, con el monasterio en primer término. Por Jack F.

Sant Cugat del Vallès está muy bien comunicada por carretera, así que no tendremos dificultades para llegar desde cualquier punto. El acceso más directo desde Barcelona es la C-16 y los túneles de Vallvidrera. La autopista AP-7 comunica con Barcelona y el Levante por el sur, y con Girona y Francia por el norte. Desde Lleida y Zaragoza, se llega por la AP-2. En el municipio hay multitud de zonas de aparcamiento, tanto gratuito como de pago.

Otra opción es llegar a Sant Cugat del Vallès en transporte público, para lo que podemos elegir el autobús interurbano, que la conecta con las localidades del entorno, o el tren. La línea R8 de Rodalies tiene parada en la localidad, uniendo Sant Cugat con las principales estaciones del centro de Barcelona. También dan servicio las líneas S1, S2, S5 y S55 de los ferrocarriles de la Generalitat. Los precios, horarios y estaciones de origen pueden consultarse en su página web oficial.

José Miguel Pérez

Miguel Perez

Me encanta el fútbol, leer, viajar, descubrir nuevos destinos y contártelos

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