La poza de Girona en la que parió una bruja

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26.07.2025

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El pueblo de Sant Joan de les Abadesses (Girona). Por jahmaica
El pueblo de Sant Joan de les Abadesses (Girona). Por jahmaica

Hay rincones naturales mágicos por sus colores, por la espectacularidad del paisaje, por su frondosa y salvaje vegetación. Si a todo eso le sumamos el misticismo relacionado con leyendas autóctonas, se convierten en espacios únicos con un atractivo que los hace inolvidables.

Te invitamos a ir a una exuberante cascada que acaba en una poza a la que solo se puede llegar caminando. Está lejos, por tanto, de las masificaciones y del ruido de la carretera. Un magnífico plan de senderismo para un día de calor. Ahora bien, si te contamos el secreto de que en ese idílico enclave parió una bruja… el lugar adquiere un morbo especial, ¿verdad? Nos acercamos al gorg de Malatosca, un refrescante paraje natural de leyenda en el pueblo de Sant Joan de les Abadesses, en la comarca del Ripollès de Girona.

La leyenda de la bruja y la comadrona

¿Es cierto eso de que una bruja parió junto a la cascada? No lo podemos asegurar porque no lo hemos visto, pero una leyenda del lugar así lo asegura. Al parecer, el salto de agua del gorg de Malatosca era un refugio de brujas y otros seres mágicos, donde realizaban sus rituales (¡tenían buen gusto!). Una historia local relata que un día una de estas mujeres estaba a punto de dar a luz. Para evitar complicaciones, pidió ayuda a una comadrona. Todo salió bien, así que le pagó con un puñado de lentejas en agradecimiento de sus servicios.

El Gorg de Malatosca, en Sant Joan de les Abadesses (Girona). Por this is Leitzaa
El gorg de Malatosca, en Sant Joan de les Abadesses (Girona). Por this is Leitzaa

La partera, anonadada al ver las legumbres, consideró que era una miseria y, con indignación, las lanzó al fondo del río Ter. Sin embargo, una de las lentejas se le había quedado pegada en el delantal y, a la mañana siguiente, contempló con sorpresa cómo se había convertido en oro. Aquí acaba la leyenda, así que no sabemos si volvió a intentar recuperar el resto de lentejas o si todavía estarán en algún lugar en el fondo de la poza. Por este motivo, al gorg de Malatosca también se le conoce como gorg de les Bruixes.

La ruta para llegar hasta la poza embrujada

Vía Verde del Hierro y del Carbón, en Girona. Por vicenfoto
Vía Verde del Hierro y del Carbón, en Girona. Por vicenfoto

Al gorg de Malatosca solo se puede ir caminando. Eso garantiza que no haya demasiada gente, que el entorno esté más cuidado y limpio, y le da un toque más salvaje, al estar en plena naturaleza. Para llegar, hay que seguir la Ruta del Hierro y del Carbón, una vía verde sin pérdida y sencilla de 18 kilómetros que une las poblaciones de Ripoll, Sant Joan de les Abadesses y Ogassa. Como todos los itinerarios de este tipo, están pensados para hacer en bici o caminando y tiene poco desnivel porque aprovecha un antiguo trazado ferroviario. En este caso, como insinúa su nombre, era el camino que seguían los trenes que llevaban carbón a las minas de Ogassa.

Longitud: 18 kilómetros

Dificultad: fácil

Tipo de ruta: lineal/vía verde

Track de Wikiloc

Ruta corta para llegar al gorg de Malatosca

El recorrido más corto para ir al gorg de Malatosca es desde la antigua estación de tren de Sant Joan de les Abadesses. Allí hay un albergue rural y una amplia zona de aparcamiento. Al dejar el coche, se empieza a subir por el valle del Malatosca y, a unos 100 metros, hay que coger el desvío a la derecha. En una señal de madera está indicado el camino hacia la cascada. Al llegar a la pista, habrá que volver a girar hacia la derecha, también señalizado. Continúa en descenso por un breve zigzag sin mucha pendiente, pasando por puntos con vistas del gorg de la Malatosca desde arriba. Conforme nos acerquemos, escucharemos con más intensidad el sonido del agua.

Longitud: 1,31 kilómetros

Dificultad: fácil

Tipo de ruta: lineal

Track de Wikiloc

La cascada está en una depresión húmeda y entre vegetación espesa, con un aspecto un tanto sombrío y misterioso que ha dado pie a las leyendas sobre rituales de brujas. En este rincón natural hay ejemplares de alisos, avellanos y sauces, además de una mesa de madera para hacer picnic, contemplar sin prisas la caída del agua, dejar las cosas mientras nos pegamos un baño o imaginar los seres mágicos que habitan el lugar.

Cascada de la Malatosca, en Girona. Por this is Leitzaa
Cascada de la Malatosca, en Girona. Por this is Leitzaa

Esta ruta son apenas 1,31 kilómetros, por lo que es asequible para familias con peques. En el caso de hacer la vía verde entera, hay que estar atentos a las mencionadas marcas para ir a la cascada en el kilómetro 9.

Un pueblo nacido del primer monasterio de mujeres de Cataluña

Sant Joan de les Abadesses es el pueblo más pequeño de la comarca del Ripollès. Pero el tamaño no importa y eso queda claro con este municipio, que atesora varias joyas culturales y arquitectónicas. Para empezar, hay que pasear por las calles del casco antiguo, conocido como la villa vieja. Ahí está la plaza Mayor y sus casas con porches. Cerca está la plaza de la Abadesa Emma, con una fuente que donó San Luís de Potosí, el pueblo mexicano con el que está hermanado. De hecho, desde el año 2005 la villa celebra la Fiesta del Grito, un día en el que conmemoran la independencia de México.

El Monasterio de Sant Joan de les Abadesses. Por Avasile photoshop
El Monasterio de Sant Joan de les Abadesses. Por Avasile photoshop

Por supuesto, hay que ver el monasterio de Sant Joan de les Abadesses, un templo fundado en el año 885 y que fue el primero de Cataluña en estar habitado por mujeres. A su lado hay otro edificio arquitectónico de gran valor: el palacio de la Abadía, del siglo XIV, donde hoy está la oficina de turismo del municipio. Toda esta zona monumental está rodeada por la muralla del siglo XII de la que se conservan restos. La parte más visible está en el parque de la Muralla, con ruinas de una de las torres.

Al cruzar la antigua fortificación, hay otras construcciones que recuerdan un pasado no muy lejano, como el viejo lavadero del pueblo y la esclusa, cerca de la pasarela del Ter. Fuera del casco antiguo merece la pena visitar la iglesia de Sant Pol, del siglo XII, y cruzar el icónico Pont Vell, un puente medieval de estilo románico que supera el paso del río Ter con un solo arco.

Raquel Andrés

Periodista y aventurera. Me has podido leer en Escapada Rural, Diari Nosaltres La Veu, La Vanguardia, El Salto y otros medios. Habitante y amante de las zonas rurales, sea cual sea el destino. Procuro escaparme una vez por semana con las botas de montaña, el arnés o el neopreno. También soy un intento de baserritarra.

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