Se escaparon 795, pero solo llegaron 3: la ruta que rememora la mayor fuga carcelaria de Europa por el Pirineo navarro
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06.07.2025
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Camino a Sorogain, en los Pirineos. Por Néstor MN

Hay rutas y rutas. Unas nos acercan a paisajes inolvidables, otras son verdaderos retos para los amantes de la montaña. También las hay que tienen una razón de ser histórica, más allá de la belleza de los parajes que transita. Hoy vamos a seguir los pasos de una de ellas, del GR-225 “Fuga de Ezkaba”. Un recorrido que invita a disfrutar de un entorno natural privilegiado, cruzando el Pirineo navarro, y a reflexionar sobre la falta de libertad en una época no tan lejana.
Como comentan los propios impulsores de la ruta, la fuga de Ezkaba fue «un acontecimiento extraordinario y triste (por el saldo de muertos y represaliados) del que hasta hace pocos años apenas se tenía conocimiento». Sin embargo, aseguran que hoy «eso ha cambiado. Es mayoría quien conoce o ha escuchado hablar del penal y la fuga». Sostienen que ha sido el GR-225 el que «ha contribuido decisivamente a ese cambio».
Tras los pasos de la mayor fuga carcelaria de Europa
Primero viajaremos hasta el domingo 22 de mayo de 1938. Unos 2.500 presos estaban confinados en el fuerte de San Cristóbal del monte Ezkaba, al norte de Pamplona, la mayoría por motivos políticos tras la victoria del bando franquista en la Guerra Civil. Ese día, al atardecer, 795 presos decidieron escaparse. Esperaron al momento de la cena para amotinarse y abrirse camino hacia el exterior de la fortaleza militar reconvertida en prisión. Es la mayor fuga carcelaria de Europa.

Sin embargo, las autoridades franquistas reaccionaron con una intensa búsqueda y lograron encontrar a la mayoría de ellos: mataron a 206 y, de entre los capturados, ejecutaron a 14 más por considerar que eran los organizadores. Tan solo tres hombres lograron alcanzar Francia. Uno de ellos fue Jovino Fernández, que pasó unas dos semanas por la montaña hasta que cruzó la frontera y llegó a Urepel.
Así lo recordaba un mes después en el periódico Solidaridad Obrera: “Nosotros permanecíamos en las espesuras durante el día y por la noche avanzábamos. Yo iba con un grupo primero de unos veinte compañeros; a los dos días quedábamos tres y más tarde quedé yo solo. La persecución seguía dura y tenaz”. Llegó a tener a una perseguidora “a dos metros de maleza” y “comía hojas de roble y hierbas, las que creía que pudieran ser buenas”. “Estaba hecho polvo”, añadía en su escrito.
Jovino Fernández solo contó con la ayuda, el penúltimo día, de un pastor que le dio pan y queso. Nunca le quiso desvelar su identidad porque podía ser “demasiado peligroso”. Hoy, el GR-225 se inspira en el probable itinerario que pudo seguir este militante anarquista.
Las cuatro etapas del GR-225
El GR-225 busca el norte desde Pamplona, cruzando los ríos Ultzama y Arga hasta llegar a Urepel (Francia). En total, son 52,74 kilómetros de distancia con 1.777 metros de desnivel positivo y 2.222 metros de bajada. Aquí está el track completo. Se recomienda distribuir el recorrido en cuatro etapas:
Etapa 1: fuerte de Ezkaba-Olabe

Este tramo es sencillo. Tiene una longitud de 13,70 kilómetros y 274 metros de desnivel positivo. Entre los puntos de interés que recorre está la localidad de Garrues, donde los vecinos capturaron a entre 5 y 7 fugados, que fueron fusilados en terreno comunal.
En el monte Txaraka atraparon a 80 más. En Erauso, cerca de Azoz, un zapatero gallego huido permaneció tres meses comiendo “ranas, caracoles y habas”. Lo encontraron unos cazadores y lo devolvieron a la prisión. En el final de etapa, en el pueblo de Olabe, hay una fosa común en la que se exhumaron los restos de 16 huidos más. Tiene un Lugar de Memoria que honra a estas personas.
Etapa 2: Olabe-Saigots

Este segundo tramo cuenta con una longitud de 14 kilómetros y 577 metros de desnivel positivo. Sigue tras las huellas de los huidos de Ezkaba. En este camino también se han encontrado los cuerpos de más fugados, dos de los cuales se exhumaron en 2018, es decir, 80 años después. Lo mismo se hizo con otros tres en la pequeña localidad de Usetxi.
Etapa 3: Saigots-Sorogain

Tiene 15,3 kilómetros y 668 metros de desnivel positivo. Los fugados cada vez estaban más debilitados en una semana que fue especialmente lluviosa. Aquí se dirigen hacia el monte Tiratun y se acercan a la frontera. Algunos se quedaron por el camino y fueron fusilados, como ocurrió en Agorreta. En el cementerio de Lintzoain permanecen los cuerpos de dos huidos de forma anónima.
Etapa 4: Sorogain-Urepel

La última etapa es algo más corta: 9,62 kilómetros y 241 metros de desnivel positivo. Nos conduce hasta el collado de Beraskoain, desde donde se desciende hasta el destino, Urepel. Aquí los fugados cruzaron una frontera invisible, imposible de discernir en las montañas, y menos en el estado en el que se encontraban.
Quedaron tres nombres para la historia que lograron escapar del cautiverio: Jovino Fernández (León, 1908), Valentín Lorenzo (Salamanca, 1900) y José Marinero (Segovia, 1916). Los dos últimos llegaron juntos por la zona de Luzaide-Valcarlos. Existen indicios de que podría haber salvado su vida un cuarto hombre en la fuga de Ezkaba, aunque no se ha llegado a corroborar.
Una ruta para hacer por libre o con un evento anual
Si se hace la ruta por libre, hay que tener en cuenta que es lineal y el transporte público para volver no es sencillo. Desde Urepel, solo se puede volver a Pamplona en taxi (unos 140 euros); o bien acercarse con uno a Burguete (unos 60 euros) y coger allí el autobús que sale a primera hora de la mañana de lunes a sábado. En el comienzo ocurre igual: no se aconseja dejar el coche en el fuerte de San Cristóbal, ya que no tiene vigilancia. Lo mejor es alargar un poco la jornada y subir caminando, o ir en taxi. Por tanto, la opción más viable, siempre que se pueda, es ir con dos coches.
Si tenemos disponibilidad, otra manera interesante de realizar la ruta es acercándose al evento anual que se organiza en torno al 22 de mayo para conmemorar la efeméride de la fuga de Ezkaba. Cada año impar se celebra en esas fechas una marcha de montaña con autobuses, avituallamientos y asistencia. Cuando es par, es el club Hiru Herri quien organiza una caminata con el mismo recorrido.
Raquel Andrés
Periodista y aventurera. Me has podido leer en Escapada Rural, Diari Nosaltres La Veu, La Vanguardia, El Salto y otros medios. Habitante y amante de las zonas rurales, sea cual sea el destino. Procuro escaparme una vez por semana con las botas de montaña, el arnés o el neopreno. También soy un intento de baserritarra.