Comer helado típico… ¡de los Pirineos!

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30.05.2025

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Heladería El Cóm en Esterri d'Àneu. Cedida por El Cóm
Heladería El Cóm en Esterri d’Àneu. Cedida por El Cóm

La típica estampa de una persona comiéndose un helado nos lleva a pensar en una terracita en un paseo marítimo o, directamente, en un chiringuito en la playa. La alta montaña seguramente la asociaremos más a un cocido. Pero, ¿por qué no es posible comerse un buen helado, artesanal y con sabores locales, en medio de los Pirineos? ¿Por qué pedimos un helado de postre en un restaurante de vez en cuando, sea cual sea el momento del año, y no podemos disfrutar de él una tarde cualquiera?

Marina Vila, Rosa Vila y Clara Serlavós son tres mujeres que han decidido romper moldes y crear una cultura de consumo de helado artesanal con productos de proximidad con El Cóm, una empresa arraigada en una zona rural y pirenaica como es el Pallars Sobirà, en Lleida. Todo empezó en 2020, cuando las hermanas Marina y Rosa decidieron confinarse en Esterri d’Àneu, un pequeño pueblo que EscapadaRural incluye en su lista de los diez pueblos más bonitos de Cataluña. Allí se les ocurrió la idea de montar una heladería como otra forma de darle salida a la leche local de las vacas, en un territorio donde ya se elaboran otros derivados lácteos como yogures y quesos.

Heladería artesanal El Cóm en el Pirineo Catalán. Cedida por El Cóm
Heladería artesanal El Cóm en el Pirineo catalán. Cedida por El Cóm

Compaginando sus trabajos, montaron una heladería que hoy es un obrador propio

“¿Una heladería en el Pallars? ¡Os moriréis de hambre!”, era un comentario bastante habitual que escucharon cuando empezaron a trabajar en el proyecto. Inicialmente pensaron en montar una food truck solo en verano, pero la idea evolucionó hasta hacerse con un local y comenzar a vender un helado artesano que compraban en La Cerdanya, a unos 100 kilómetros y también en los Pirineos. Contra todo pronóstico, cada vez funcionaba mejor la empresa que compaginaban con sus respectivos trabajos: Rosa trabaja como ingeniera en una fábrica y Marina es arquitecta y profesora de matemáticas en un instituto.

Marina Vila, Rosa Vila y Clara Serlavós, impulsoras de la heladería artesanal El Cóm en el Pallars Sobirá. Cedida por El Cóm
Marina Vila, Rosa Vila y Clara Serlavós, impulsoras de la heladería artesanal El Cóm en el Pallars Sobirá. Cedida por El Cóm

Así que, al tercer año, decidieron comenzar a elaborar sus propios helados. Montaron un obrador en el local de Esterri d’Àneu con ayudas europeas para el desarrollo rural y le tiraron la caña a Clara Serlavós, guarda del refugio de montaña de la Pleta del Prat de Tavascan. Clara picó y se unió a la aventura como maestra heladera y firme defensora del producto local. Gracias a la formación continua y a la experiencia, con el tiempo han ido perfeccionando las recetas para conseguir que los helados “sean más artesanos y con menos polvos artificiales”, asegura Marina Vila.

El producto de proximidad por bandera

Además del cuidado en la elaboración de los helados, para las tres impulsoras de El Cóm es importante el producto y su origen. “Intentamos usar productos de proximidad y que tengamos en el territorio. Es evidente que el mango no lo encontraremos cerca, pero otros productos sí, como las frambuesas del Pirineo, los frutos secos de Lleida, los quesos de la comarca, la leche de las vacas de los alrededores… Buscamos productos que se puedan alinear con nosotras y promocionar su consumo de una forma diferente, en forma de helado”, sostiene Vila.

Helado artesanal de El Cóm en el Pirineo Catalán. Cedida por El Cóm
Helado artesanal de El Cóm en el Pirineo catalán. Cedida por El Cóm

La heladera explica que es una vía para “dar visibilidad” y “conocer el producto local”: “No es lo mismo comer un trozo de queso con pa amb tomàquet que comer un helado de queso con mermelada de frambuesa. Es otra manera de probar el producto. Un niño igual no pedirá una infusión de flores del Pirineo, pero sí un helado que tiene su aroma. Así se pueden hacer llegar los productos de aquí a todo el mundo”.

Helados que ayudan a fijar población en las zonas rurales del Pirineo

El año pasado ampliaron la apuesta abriendo una heladería con sus productos en Sort, donde ya no se consume de forma tan estacional. “Estamos educando a la gente a tomar helado en el Pirineo”, asegura Vila, quien destaca que el helado artesanal se diferencia mucho de los industriales en el sabor, ya que los suyos son menos dulces. También a la vista, en los colores: “La vainilla, por ejemplo, puede tener distintas formas, pero normalmente cuando es amarilla es porque tiene colorante. La nuestra es clara y con pigmentos naturales”.

El pequeño pueblo de Esterri d’Àneu es donde empezó todo y donde permanece el obrador de El Cóm. Para sus impulsoras, el lugar donde radica la empresa también es relevante, como destaca Marina Vila: “La localización es muy importante en cualquier proyecto que tenga un valor. Tiene un impacto en la creación de puestos de trabajo en zonas rurales donde cuesta tanto que la gente encuentre un trabajo digno y arraigue”.

Heladería artesanal El Cóm, en el Pirineo Catalán. Cedida por El Cóm
Heladería artesanal El Cóm, en el Pirineo catalán. Cedida por El Cóm

En El Cóm, Clara Serlavós trabaja al 100% y hay otra persona a media jornada todo el año, por lo que contribuye a fijar población. “Conforme nos vayamos estabilizando, nuestro objetivo a largo plazo es ofrecer helado también en restaurantes y poder generar más puestos de trabajo. Cuanta más gente pueda trabajar en este proyecto, mejor, ya que aporta estabilización en el mundo rural”, defiende Vila. El nombre de la empresa, El Cóm, ya refleja el orgullo con el que exhiben sus raíces rurales: es un término pirenaico que significa “abrevadero”, el lugar donde los animales van a refrescarse.

“La localización es muy importante en cualquier proyecto que tenga un valor. Tiene un impacto en la creación de puestos de trabajo en zonas rurales donde cuesta tanto que la gente encuentre un trabajo digno y arraigue”

Esterri d’Àneu, un pequeño pueblo de calles medievales

El pueblo donde se asienta el obrador de helados artesanales de El Cóm es un pequeño municipio con mucho encanto. Está en medio de los Pirineos y rodeado de extensos prados verdes, además de estar flanqueado por el río Noguera Pallaresa, muy conocido por los amantes de deportes de aventura como el rafting.

Esterri d’Aneu, Lleida. Por peresanz
Esterri d’Aneu, Lleida. Por peresanz

El casco antiguo de Esterri d’Àneu destaca por sus estrechas calles de origen medieval y con jardineras que le dan color. Para adentrarse en la cultura del lugar, vale la pena visitar el Ecomuseu de les Valls d’Àneu, ubicado en la Casa Gassia. Se trata de una construcción típica pallaresa que mantiene su estructura original y muestra la vida familiar y el espacio doméstico de los valles pirenaicos durante la primera mitad del siglo XX.

Raquel Andrés

Periodista y aventurera. Me has podido leer en Escapada Rural, Diari Nosaltres La Veu, La Vanguardia, El Salto y otros medios. Habitante y amante de las zonas rurales, sea cual sea el destino. Procuro escaparme una vez por semana con las botas de montaña, el arnés o el neopreno. También soy un intento de baserritarra.

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