Los imprescindibles que hay que visitar en Navarra en primavera

En primavera la vida luce exuberante en Navarra. Los campos brillan con un verdor intenso regado por las aguas de las lluvias y del deshielo de la nieve de las montañas y los bosques están en pleno esplendor. Dejando atrás el frío invernal, vuelven las ganas de compartir momentos al aire libre y el calendario se llena de fiestas, algunas muy peculiares. De esas que hay que vivir, al menos, una vez en la vida.

Navarra es un destino diferente y poco masificado. Quizás por eso conserva su carácter rural y auténtico. Nos adentramos en los planes imprescindibles que hacer en esta época del año donde no faltan recreaciones romanas, museos increíbles relacionados con la piedra y la naturaleza, visita a villas con mucha historia o fiestas que nos acercan a sabores ancestrales.

Volver al Imperio Romano en las Tierras de Iranzu

El Imperio Romano nos sigue fascinando. En las faldas de la Sierra de Andia, en las Tierras de Iranzu, podemos revivir esa época histórica de forma muy emocionante con la Fiesta Romana de Azcona. Se celebra el sábado 31 de mayo y el domingo 1 de junio y es una verdadera experiencia inmersiva que mezcla historia, disfraces, luchas de gladiadores y sabores tradicionales. Entre colinas y ruinas hay degustación de gastronomía romana, feria de artesanía, visitas teatralizadas al sendero viaducto romano, un desfile de ofrenda a Júpiter, música y mucho más.

Aprovecha el viaje a la conocida como Tierra Estella para descubrir tesoros naturales escondidos como el Nacedero del Urederra. El nombre no es casual, ya que en euskera significa “agua hermosa”. Es un rincón donde el agua fluye con colores turquesas formando saltos y pozas a su paso. Se ha habilitado un sendero de 6,2 kilómetros y 90 metros de desnivel con diferentes miradores para contemplar la pureza de este espectáculo de la naturaleza.

Peru Harri, un museo al aire libre donde hablan las piedras

Iñaki Perurena es un referente en la historia del deporte rural vasco. Es uno de los mejores harrijasotzaile (levantador de piedras) que ha habido, siendo el primero que levantó piedras de más de 300 kilos y firmando el récord de 1.000 levantamientos continuos de una de 100 kilos en poco más de cinco horas. Ya retirado del deporte rural, este polifacético navarro que también es poeta, escultor, actor y bertsolari, tiene un sorprendente parque-museo de la piedra al aire libre en su Leitza natal: Peru Harri.

Es una buena manera de acercarse al deporte rural vasco, pero también es una experiencia que aúna cultura, historia, identidad y muchos sentimientos. Peru Harri ofrece visitas guiadas los fines de semana y festivos a las 11.30h. Tras la experiencia, seguro que no vuelves a decir eso de “tener menos sensibilidad que una piedra”.

Roncesvalles, más allá del Camino de Santiago

Hablar del Camino de Santiago Francés, que es la vía más popular, supone mencionar Orreaga/Roncesvalles, inicio habitual en el Pirineo navarro. Apenas tiene 21 habitantes, pero recibe miles de personas a lo largo del año. La mayoría son peregrinos, aunque muchos también se acercan a conocer sus atractivos históricos y culturales. El más destacable, la monumental Colegiata de Santa María, construida en el siglo XII como hospital-monasterio para los caminantes.

En sus alrededores hay hitos clave como el puerto de Ibañeta, vía de paso natural para acceder a la Península Ibérica desde la prehistoria, y que ha visto pasar a miles de viajeros a lo largo de los siglos. Desde Orreaga/Roncesvalles hay un sendero de dos kilómetros de ida y algo más de 100 metros de desnivel que acerca hasta este mirador. Otro camino interesante y apto para familias es el que está señalizado como “Bosque de Basajaunberro”, que en la mitología vasca equivale al “señor del bosque”. Es un sendero circular sencillo de 4 kilómetros que pasa por un bosque de hayas y robles en el que la leyenda cuenta que se celebraban aquelarres.

Sumergirse en el Valle de Baztan con experiencias tradicionales

El Valle de Baztan es un álbum de paisajes de postal. En primavera lucen especialmente floridos pueblos tradicionales entre colinas suaves, verdes campos, vacas y ovejas pastando en libertad, caseríos de piedra y ríos cristalinos entre los Pirineos y el mar Cantábrico. Hablamos de destinos como Elizondo, Amaiur/Maya, Irurita o Ziga. También es un buen momento para adentrarse en entornos naturales de gran belleza como la cascada de Xorroxin y su sendero agradable entre hayas y castaños o la sencilla ruta del Infernuko Errota, entre un bosque de cuento repleto de musgo que culmina en un molino con un bonito salto de agua.

Además, el Valle de Baztan ofrece experiencias que permiten acercarse a la tradición. Un buen ejemplo es la visita guiada al Molino de Amaiur/Maya, que incluye un taller de talos –una torta muy popular hecha con harina de maíz– y, por supuesto, degustación. Y los fans de la Trilogía del Baztan de Dolores Redondo pueden participar en una ruta guiada diseñada por la propia escritora y que recorre los escenarios de la saga literaria.

Ir al ‘Día del queso’ de Roncal

El delicioso queso con Denominación de Origen Roncal “es de color marfil tirando a amarillo pálido, con un sabor recio, pronunciado, ligeramente picante, muy definido y mantecoso al paladar”. Así lo definen desde la DOP y, con solo leerlo, se hace la boca agua. Uno de los mejores planes para degustarlo es ir al ‘Día del queso’ que celebra el pueblo de Roncal el 7 de junio.

¿Sabías que es el primer queso de España que consiguió una DO? En esta jornada tan especial habrá, además de queso, exhibiciones de esquileo de ovejas, así como demostraciones en vivo de elaboración artesanal de migas de pastor y de queso. No faltarán bailes tradicionales ni música.