Los jardines escondidos en la Costa Brava que enamoran más que Versalles

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21.06.2025

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Vista desde los Jardines de Santa Clotilde en Lloret de Mar. Por alexugalek.
Vista desde los Jardines de Santa Clotilde en Lloret de Mar (Girona). Por alexugalek.

El nombre de Lloret de Mar puede evocar un tipo de turismo que le resta elegancia, pero hay rincones quizá menos conocidos que contradicen esa idea. Los jardines de Santa Clotilde son uno de ellos. Desde hace más de una década son de acceso público y su encanto ha servido para mejorar la vida de sus visitantes (algunos de ellos de renombre como la princesa Leonor y la infanta Sofía) y también como escenario de ficciones.

Historia de los jardines de Santa Clotilde

Nicolau María Rubió i Tudurí, el paisajista catalán de más renombre, recibió un encargo del marqués de Roviralta: el desarrollo de un jardín de estilo renacentista inspirado en los italianos de estas características. El experto, que había aprendido el oficio con el maestro francés Jean-Claude Nicolas Forestier, tenía a su disposición un terreno de 26.830 metros cuadrados en un acantilado con vistas al mar.

El espacio, que se ubica entre la playa de Fenals y la cala Boadella, había sido con anterioridad un viñedo. El médico Raúl Roviralta i Astoul, posterior marqués de Roviralta, quiso tener un jardín escultórico que rodease la casa en la que iba a vivir con su mujer Clotilde Rovira y sus hijos. Él tenía mucho dinero gracias a los negocios de su padre en Buenos Aires en el siglo XIX y quería vivir bien. Sin embargo, su esposa murió en 1927 de forma prematura, de ahí que el espacio lleve su nombre. 

Jardines de Santa Clotilde y su casa. Por Fourcade.N.
Jardines de Santa Clotilde y casa del marqués de Roviralta. Por Fourcade.N.

Tras la pérdida, la obra continuó dos años después, cuando el marqués conoció a su segunda esposa, Odile. Rubió i Tudurí elaboró un jardín estructurado en terrazas que se comunican por escalinatas vestidas de hiedra. Asimismo, hay fuentes y estanques a los que se llega caminando por senderos a los que dan sombra diferentes especies de árboles mediterráneos como pinos, cipreses o tilos (hay unos 400 ejemplares en total). El paisajista también se sirvió del arte topiario para crear espacios con el recorte de la vegetación existente.

Detalles del espacio junto al Mediterráneo

Una de las escalinatas más conocidas es la de ‘las sirenas’, que recibe su nombre por las cinco figuras de bronce que la escultora María Llimona diseñó para acompañarlas. La artista trabajó en el jardín durante una década, desde 1939 hasta 1949 (la construcción de la obra no terminó hasta años después de la Guerra Civil), y es una de las principales autoras del proyecto junto a su marido, el pintor Domènec Carles. 

En su interpretación, las sirenas tienen dos colas, lo que añade un punto de originalidad al conjunto. Además, en el espacio también hay otras esculturas como bustos relacionados con el Imperio romano o Venus, diosa del amor y el deseo en las mitologías romana y helena (donde la conocían como Afrodita). 

Escalinata de las sirenas en los Jardines de Santa Clotilde, en Lloret de Mar. Por Mistervlad.
Escalinata de las sirenas en los jardines de Santa Clotilde, en Lloret de Mar. Por Mistervlad.

La casa familiar, desde la que brota una cascada que casi parece natural, pertenece a los herederos del marqués. El jardín está abierto al público desde que, en 1997, el Ayuntamiento de Lloret de Mar los adquirió y los hizo patrimonio municipal. Además, el espacio entró a formar parte del colectivo de Jardines Históricos Europeos en 2016, junto con casi 50 jardines más de otros 11 países del continente. En 1994, la Generalitat de Cataluña los reconoció como Bien Cultural de Interés Nacional.

Pese a que la idea inicial está completada, el diseño continúa en desarrollo. La novedad es un anfiteatro al descubierto que se inaugurará próximamente. Un nuevo detalle que sumará aún más encanto a estos jardines renacentistas que transportan al visitante al pasado más ilustrado a través de un sencillo paseo entre hiedras y escalinatas. Una experiencia que cada año disfrutan más de 100.000 visitantes.

La entrada (en 2025) es de 6,10 euros para adultos y 3,10 euros para colectivos con descuento.

Los niños entran gratis.

No están permitidos los animales de compañía. 

Un plató de series e inspiración para escritores

La casa del dragón, la precuela de Juego de Tronos, utilizó los jardines de Santa Clotilde como parte de sus decorados en la primera temporada. También El problema final, la serie basada en la novela homónima de Arturo Pérez-Reverte, que Netflix comenzó a rodar en abril de 2025. Por estos jardines mirando al mar desplegaron sus dotes interpretativas José Coronado, María Valverde, Pepón Nieto, Martiño Rivas, Maribel Verdú o Gonzalo de Castro, entre otros. 

En la ficción española, este pueblo de la Costa Brava es un islote próximo a Mallorca donde los protagonistas, en 1959, se quedan aislados después de un fuerte temporal. Todos se alojan en un hotel en el que no parece haber ningún problema hasta que una de las huéspedes muere asesinada. A partir de ahí se desarrolla un thriller con tintes de misterio propios de Agatha Christie que también tiene localizaciones en Madrid y Toledo.

Jardines de Santa Clotilde en Lloret de Mar. Por vi_ponomarova.
Jardines de Santa Clotilde en Lloret de Mar. Por vi_ponomarova.

Otro que se sintió inspirado por este espacio majestuoso que el marqués de Roviralta mandó construir a principios del siglo XX fue el escritor Josep Pla, uno de los principales promotores de los atractivos de esta zona de Cataluña. “La gran escalinata, flanqueada de soberbios cipreses, encarada sobre la punta de Santa Cristina, produce una impresión imborrable y es uno de los momentos más bellos de la costa”, dice en su Guía de la Costa Brava acerca de este lugar.

Perfil Carmen López, periodista

Carmen López

Soy periodista y escribo sobre cosas que importan en sitios que interesan desde hace más de una década.

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