Las pozas de Aguaviva: un puente renacentista y las aguas más limpias de Teruel

Cuando llega el verano, las piscinas naturales son ideales para refugiarse del calor. Baños refrescantes, tranquilidad y contacto con la naturaleza son reclamos irrechazables de las zonas de baño del interior. Si además podemos zambullirnos a la sombra de un histórico puente renacentista, en un paraje natural único y con aguas de calidad certificada, la experiencia resulta simplemente perfecta. Nos acercamos a las pozas de Aguaviva, en la comarca del Bajo Aragón de Teruel.

Un entorno natural protegido en el río Bergantes

La fuerza torrencial de las crecidas del río Bergantes, que entra en Aragón por Aguaviva hasta desembocar en el Guadalope, ha dado lugar a un espectacular entorno de pozas, marmitas, cuevas y playas naturales en su breve recorrido por el Bajo Aragón. En este paraje se hallan las pozas de Aguaviva, una zona de baño reconocida por el Ministerio de Sanidad por su estado de conservación y la calidad de sus aguas. Las pozas de Aguaviva son, junto al río Matarraña en Beceite, las únicas de la provincia de Teruel que tienen esta distinción.

Los 13 kilómetros del Bergantes que discurren por Teruel están protegidos como Lugar de Interés Comunitario. Aguaviva, además, forma parte del territorio del geoparque del Maestrazgo. Estas figuras de conservación, junto a la implicación de población local e instituciones para cuidar su tesoro natural, hacen que las pozas de Aguaviva sean las piscinas naturales con las aguas más limpias de Aragón. Su temperatura templada, además, hace que el baño en el río Bergantes sea todavía más agradable.

Un enclave popular, pero no masificado

Durante mucho tiempo, los habitantes de Aguaviva y de los pueblos del entorno han sido prácticamente los únicos que disfrutaban de esta magnífica zona de baño. En los últimos años la popularidad del enclave natural ha crecido, atrayendo visitantes de otras zonas. No obstante, aquí no encontraremos la masificación que sí podemos observar en otras zonas de baño o parajes naturales españoles.

Nunca está de más recordar que, si decides visitar las pozas de Aguaviva, debes cuidar el entorno natural y colaborar en su conservación. No olvides recoger los residuos que generes, respeta el espacio natural y a sus visitantes, y no causes daños a las especies vegetales ni molestes animales que viven allí.

El puente renacentista de Cananillas, un marco de lujo

El punto más popular y reconocible para bañarse en las pozas de Aguaviva es el entorno del puente de Cananillas. Originalmente era un puente medieval, sobre el que se construyó en 1622 otro de estilo renacentista. Formaba parte del antiguo Camino Real de Aragón, que comunicaba Castilla con Valencia. Durante cerca de tres siglos, fue una vía de comunicación estratégica de primer orden. Hoy, es un testigo de lujo que enmarca los baños estivales de los aguavivanos y sus visitantes.

El puente bajo el que podemos bañarnos en la actualidad tampoco es exactamente el que se levantó en el período renacentista. Tuvo que ser reconstruido en 2009, después de que una gran riada se lo hubiera llevado por delante en el año 2000. El suceso dejó patente una vez más la naturaleza incontrolable del Bergantes, que durante siglos ha modelado con su fuerza erosiva el paisaje que ahora podemos disfrutar.

Otras zonas de baño a lo largo del cauce del Bergantes

Además del entorno del puente de Cananillas, encontramos otras zonas de baño igual de apetecibles tanto aguas arriba como aguas abajo. Remontando el río en dirección a Castellón, se sitúan los enclaves conocidos como Los Tres Tubos, Las Tres Cabezas y Las Dos Rocas.

En sentido contrario, otros dos parajes populares son la Lliura o la Roca Libre y La Badina, también llamada El Lago del Cisne. No obstante, hallaremos pozas y zonas de baño prácticamente a lo largo de todo el recorrido del río en su entrada a Teruel, lo que garantiza que tendremos espacio de sobra para disfrutar con tranquilidad.

La riqueza natural de las pozas de Aguaviva

Las pozas de Aguaviva también poseen una gran riqueza natural. Entre las especies vegetales predomina el pino. De hecho, hay un pinar muy próximo en el que encontraremos zonas de sombra. Debido a las crecidas del río, las especies de ribera prácticamente no existen, lo que hace que el cauce fluvial sea transitable. En el entorno hallaremos chopos, álamos blancos y sauces, además de una especie endémica de interés, el clavel de roca.

Entre los animales, la cabra hispánica es la especie dominante. En el cauce fluvial, gracias a su magnífico estado de conservación, proliferan las colonias de barbos, madrillas, cangrejos autóctonos y americanos. La zona es también un cobijo ideal para las nutrias, que encuentran aquí alimento en abundancia. No obstante, dado su carácter huidizo, será difícil que las veamos, aunque sí son apreciables las huellas que dejan en el margen del río.

Cómo llegar a las pozas de Aguaviva

Aguaviva está situada a los pies de la sierra del Maestrazgo, en la confluencia de los ríos Guadalope y Bergantes. Las pozas pertenecen al cauce de este último, y se ubican a unos 4 kilómetros del núcleo urbano.

Para llegar hasta las pozas de Aguaviva, hay que salir del pueblo por la carretera A-225 en dirección Castellón y, aproximadamente a tres kilómetros y medio, tomar un desvío a la izquierda hacia el puente de Cananillas (está indicado). Tras un nuevo desvío hacia la izquierda, encontraremos una pequeña explanada donde podremos dejar el coche y seguir a pie hasta el puente y las pozas, que se hallan a unos 200 metros. 

También tenemos la opción de realizar el trayecto en bicicleta o a pie, caminando por el arcén de la carretera. Obviamente, esto último no es muy recomendable, sobre todo si vamos con niños, por razones de seguridad. La alternativa para realizar el paseo con seguridad son los caminos GR-8 y PR TE-129, saliendo desde el caso urbano de Aguaviva. La caminata dura aproximadamente una hora.