Dónde encontrar a tu dragón en España (y entrenarlo)

Escrito por
11.07.2025
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Torres de Catoira, Galicia. Por D.G.Eirin
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El pasado mes de junio se estrenaba en España el live-action de la película Cómo entrenar a tu dragón, de Dreamworks, que a su vez está basada en la saga de libros de la escritora Cressida Cowell. Los paisajes del film, que fueron rodados en Irlanda del Norte, las islas Feroe e Islandia, recuerdan a muchos rincones que podemos encontrar en el norte de España o en las islas: acantilados abruptos, frondosos bosques, imponentes montañas, etc.

Pero, además de la naturaleza salvaje, el territorio español tiene algunas otras similitudes con su trama. Muchos poblados costeros han sufrido incursiones de vikingos, como Catoira, que cada año recrea el desembarco en sus costas. Y también se puede decir que nuestro país está plagado de dragones.
España, país de dragones

No todos los dragones que se han “encontrado” en España son tan malvados como el que atemorizó al pueblo de Montblanc, en Tarragona. Fue uno de los más temidos de nuestro país y, de hecho, su derrota aún se sigue recordando cada 23 de abril, durante el Día de Sant Jordi. Este caballero logró abatir a la bestia, liberando así al pueblo y a la princesa, que estaba a punto de morir bajo sus garras. De la sangre del dragón brotó un rosal, por eso además de libros, durante ese día también se regalan rosas. La leyenda es un símbolo para Cataluña.

Tampoco es cierto que vikingos y dragones hayan estado siempre enfrentados, tal y como se puede ver en uno de los grabados de la fachada de la iglesia de Santa María la Real, en Sangüesa (Navarra). En ella está representada la leyenda nórdica de Sigurd y el herrero Regín, que lucharon contra el dragón Fafner. Una batalla que bien podría ser el comienzo de Cómo entrenar a tu dragón.
En España también hay dragones buenos. En el siguiente listado os mencionamos algunos lugares donde han vivido los vikingos y donde se pueden encontrar dragones que, si se despiertan, quizá hasta se pueden adiestrar.
Catoira, donde cada año desembarcan vikingos

Marismas, colinas verdes, bruma sobre el río Ulla y las famosas torres del Oeste parecen el decorado perfecto para montar una aldea vikinga. Y bueno, lo cierto es que, durante la Edad Media, lo intentaron. Los guerreros nórdicos comenzaron a explorar y saquear las costas del Atlántico europeo. Catoira, por su posición estratégica, estaba en su ruta.
Actualmente, para recordar aquella época, cada primer domingo de agosto Catoira celebra su romería vikinga. Una fiesta de Interés Turístico Internacional en la que los barcos tipo drakkar desembarcan en sus costas y se recrean los antiguos asaltos. Si no fuera porque nunca fueron bienvenidos y no lograron conquistarla, podría haber sido la aldea de Merma.
Mira la imagen. Su similitud con los paisajes de Irlanda del Norte, donde se rodó el live-action de Cómo entrenar a tu dragón, es más que evidente. En cuanto a los dragones, aunque no hay, no cuesta mucho imaginarlos sobrevolando el río y las ruinas históricas.
Monte Udalaitz, el bosque donde encontrar a Desdentao

No hay lugar más idóneo en España para encontrarse a Desdentao que el monte Udalaitz. Un imponente macizo que se alza a más de mil metros sobre el nivel del mar entre Guipúzcoa y Vizcaya, y al que se le conoce como la montaña sagrada del dragón. De hecho, a sus pies está la localidad de Mondragón, cuyo nombre también viene de la leyenda que envuelve a este gigante.
Rodeado de bosques, según la mitología vasca, este es uno de los refugios de Mari, la diosa de la Tierra que habita en las montañas. A ella se le atribuyen fenómenos naturales y catástrofes, aunque también se asocia a la protección. En algunas versiones, Mari toma forma de dragón o de serpiente alada y vive en las cuevas de Udalaitz, lo que pudo alimentar la leyenda.
La mejor manera de buscar a Desdentao es recorrer alguna de las rutas que hay por el monte. Seguro que, en su interior, sentiremos que estamos en un lugar donde los dragones y los espíritus de la naturaleza están presentes.
Isla Dragonera, el dragón dormido

La isla Dragonera está frente a la costa de Mallorca y adquiere su nombre por su forma alargada y recortada, como la de un dragón. De hecho, se dice que es uno de ellos, pero que está dormido. Se trata de una isla deshabitada, aunque durante la Edad Media fue refugio de piratas. En su costa descansaban y aprovechaban para arreglar las naves que estaban dañadas por los ataques.
Tanto su forma como las leyendas recuerdan al santuario de dragones de la película, pues comparten una orografía abrupta con acantilados que se hunden en el mar. Su naturaleza salvaje también hace que parezca inaccesible. En la historia de Hipo y Desdentao, el refugio de los dragones es un espacio natural sagrado, protegido y desconocido para la mayoría. La isla Dragonera está preservada como parque natural, lo que hace que tenga aire de santuario. Se puede visitar, aunque habrá que tener cuidado de no despertar al dragón.
Cudillero y la lengua heredada de los vikingos

Si el dragón de Dragonera despertase y quisiera atacar a los vikingos, quizá pensase que están en Cudillero. Esta villa de pescadores, considerada como uno de los pueblos más bonitos de Asturias, cuenta con una lengua propia que, según el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones de España, es una mezcla del vikingo y el bable. Se trata del pixueto y, aunque no todos sus habitantes la hablan, cada año durante el Día de San Pedro se realiza L´Amuravela, un pregón en la lengua local.
Las costas de Asturias fueron víctimas de muchas de las incursiones de vikingos en el Cantábrico. De hecho, Cudillero, al estar situado entre acantilados, resguardado y prácticamente oculto, se cree que fue uno de sus objetivos. Solo con mirar su orografía, islotes y naturaleza salvaje, no cuesta mucho imaginarse a los dragones sobrevolando el pueblo.
Los Siete Picos, un dragón petrificado en medio del bosque

Si el dragón de Mallorca está dormido, el de la sierra de Guadarrama está petrificado. Se trata del macizo de los Siete Picos, al que Alfonso X El Sabio llamó sierra del Dragón debido a la leyenda de la zona y a su peculiar forma, como si los pinchos del animal mitológico sobresaliesen de la tierra.
Al parecer, el dragón procedía de la Capadocia, aunque acabó en Madrid después de que un pescador de China le revelase que la fuente de la juventud estaba en una cueva oculta en Cercedilla. Cuando logró encontrarla y beber de su agua, se transformó en roca. Eso, o igual tragó demasiadas piedras como los gronckles de Cómo entrenar a tu dragón.
A través de una sencilla ruta circular de 14 kilómetros por los Siete Picos, rodeada de pinos y vegetación, podremos conocer la historia y admirar al dragón.
Pría, el acantilado donde oír al dragón

Según la leyenda, en los acantilados de Pría (Llanes, Asturias), hoy conocidos por los populares bufones, vivía un cuélebre. Una criatura mitológica con forma de serpiente alada que, al estar sola y aislada de la civilización, empezó a rugir y a bufar de forma sobrecogedora. Una doncella que vivía en un castillo próximo lo oyó y, a través de la niebla, fue a ver de dónde procedían los alaridos. Atraído por la chica, el cuélebre tomó forma humana y, al ser sorprendidos por el padre de ella, ambos fueron arrojados al mar.
Hoy, los bufones -grietas en los acantilados que expulsan chorros de agua con un sonido estruendoso- alimentan esta leyenda: cuando el mar ruge, parece que el cuélebre respira o gruñe desde las profundidades.
En Cómo entrenar a tu dragón, los dragones marea (como el escaldrón) tienen una estrecha conexión con el agua y las costas rocosas. Como el cuélebre, viven en cuevas marinas y emergen de entre las olas con movimientos sigilosos y un poder devastador. El escaldrón, además, lanza vapor o chorros de agua, similar a los bufones naturales. Ambos seres representan la figura del dragón marino ancestral.
Laura Fernández
Periodista, blogger y viajera. No necesariamente en ese orden. En ocasiones me despierto sin saber dónde estoy. Adicta a los cómics y a los noodles con salsa de cacahuete. Redactora en @escapadarural, colaboradora en la Conde Nast Traveler y en la Divinity. Mi casa: Meridiano180.