Índice

Con el paso de los años, los nombres de algunas marcas comerciales pasaron a sustituir el nombre común del producto. Algunas de las más comunes son las de Kleenex para los pañuelos de papel desechables, Krispies para los cereales de desayuno o Aspirina para el ácido acetilsalicílico. Este fenómeno de metonimia es parecido al que ha experimentado el ‘Mar Muerto’: si bien el más conocido es el lago situado en Oriente Próximo, esa denominación se ha extendido y se utiliza para denominar a extensiones de agua con características similares.
No hay que irse muy lejos para encontrar muestras. En España hay unos cuantos ‘mares muertos‘. Es decir, masas de agua con un alto nivel de salinidad. No obstante, al contrario que en el asiático, lamentamos tener que decir que en la gran mayoría de ellos está prohibido el baño. Son reservas naturales en las que habitan variedad de aves.
Salinas de San Pedro del Pinatar (Región de Murcia)

En el Parque Regional Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar, ubicado en la franja norte del Mar Menor, se puede ver la vida de color de rosa. O, por lo menos, ese es el color del agua de sus salinas, de las que se extraen 90.000 toneladas de sal al año.
Esta llamativa tonalidad se debe a la presencia de una bacteria que vive en aguas con gran concentración de sal y de la artemia salina, un crustáceo muy pequeño que se alimenta de un alga con una alta concentración en betacaroteno (un pigmento natural). A su vez, la artemia es uno de los snacks preferidos de los flamencos, que al comerla también se tiñen de rosa.
El entorno de las salinas se puede conocer tanto a pie como en patinete, bicicleta o en coche. No es posible sumergirse en sus aguas, aunque el parque cuenta con playas naturales que no están masificadas junto a las salinas y ofrece, como en algunos puntos del Mar Muerto asiático, baños de lodo. Estos últimos son conocidos por sus beneficios terapéuticos para la piel y las afecciones reumáticas.
Laguna rosa de Torrevieja (Alicante)

La laguna rosa de Torrevieja es otro de los ‘mares muertos’ que se pueden ver en España. La explicación al color de esta masa líquida salada de tono rosáceo es la misma que la de San Pedro de Pinatar: la presencia de la bacteria halófila, el crustáceo artemia que come dunaliella y flamencos que originalmente eran blancos y cambian de tonalidad por su dieta. De esta salina se extraen 600.000 toneladas de sal al año, por lo que su concentración es casi tan alta como la del Mar Muerto asiático.
En la zona rosa del Parque Natural de las lagunas de La Mata y Torrevieja el baño también está prohibido. Las visitas se pueden realizar a pie, con bicicleta propia o en un trenecito que pone la organización, aunque siempre son guiadas, no se puede ir por libre.
Salinar de Naval (Huesca)

En la comarca de Somontano de Barbastro, perteneciente a Huesca, sí se puede experimentar la sensación de flotar en las aguas como ocurre en el Mar Muerto situado entre los límites de Jordania, Israel y Cisjordania. El salinar de Naval tiene cinco piscinas de diferentes tamaños en las que es casi imposible tocar el fondo.
Los beneficios de los baños en este tipo de acuíferos son diversos: contribuyen a la relajación de cuerpo y mente, así como a mejorar la salud de la piel. Se recomienda secarse al aire para que la sal forme una película que después se elimina con la toalla para que tenga un efecto exfoliante.
Laguna de Salicor (Ciudad Real)

Campo de Criptana es famoso por muchos motivos: los molinos de viento, por ser el pueblo natal de la mismísima Sara Montiel y por tener una laguna con una salinidad diez veces mayor a la del Mediterráneo, que muy dulce no es.
La salina fue declarada Reserva Natural en el año 2000 y, además, es una Zona Húmeda de Especial Protección para Aves (ZEPA). Sus 291 hectáreas de extensión no siempre tienen agua, por lo que cuando están secas se puede apreciar una costra de sal de hasta 10 centímetros.
Se puede recorrer el entorno en bicicleta, a pie –es un lugar muy recomendado para el senderismo– o en coche. Los aficionados a la ornitología pueden observar allí ejemplares de aguilucho cenizo, alcaraván, avutarda, sisón, ganga común o grulla común cuando están de paso migratorio. Como zona protegida, lamentablemente el baño no está permitido.
Valle salado de salinas de Añana (Álava)

Desde hace 7.000 años, el paraje alavés conocido como valle salado de salinas de Añana, situado a 30 kilómetros de Vitoria-Gasteiz, produce sal sin parar. De hecho, su esencia es aún más antigua, pues la burbuja de sal sobre la que se asienta tiene unos 200 millones de años, que se dice pronto.
Para aprovechar ese recurso natural tan apreciado en la gastronomía, los trabajadores construyeron piscinas en las que el agua salada que fluye desde los manantiales reposa y se evapora, dejando tras de sí el mineral. La Fundación Valle Salado trabaja desde 2009 para continuar con el oficio milenario de los salineros y, además de comercializar diferentes tipos de sal, también oferta visitas guiadas por las instalaciones. Asimismo, de abril a octubre se puede probar el spa salino al aire libre.
¿Lo más curioso? Que en el valle salado de Añana hay un spa salino al aire libre. Está abierto de abril a octubre y cuenta con dos piscinas: una para meter las manos y otra para los pies. Tal y como se puede leer en la página de Valle Salado, este lavado mejora la circulación sanguínea, la elasticidad de los tejidos, la remineralización de la piel y reduce las posibilidades de desarrollar artrosis.
Carmen López
Soy periodista y escribo sobre cosas que importan en sitios que interesan desde hace más de una década.