El “Melón” más refrescante del verano no es una fruta: el pueblo gallego con piscinas naturales entre hórreos

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30.07.2025

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6min. de lectura

Piscina natural en Melón (Ourense). Por MiguelAngel
Piscina natural en Melón (Ourense). Por MiguelAngel

El melón es una fruta de verano fresquita que se agradece en días de calor, por su sabor y alto contenido de agua. ¿Sabías que también es el nombre de un pueblo de Galicia? Podemos decir que es igualmente refrescante, ya que tiene unas piscinas naturales increíbles con cascadas entre la frondosa vegetación. Son las pozas de Melón.

Nos acercamos a este pequeño pueblo de apenas 1.100 habitantes de la comarca del Ribeiro, en Ourense, que combina un plan estival muy agradable con un encanto rural puramente gallego. Y es que en su término municipal atesora un gran conjunto de hórreos tradicionales, lo que permite conocer la relevancia que tenían estas construcciones en la agricultura de subsistencia.

Una sencilla ruta de cinco kilómetros para ir a las pozas

La Fervenza de Touron, cerca de Melón (Ourense). Por Fotos ZonaFreeDrone
La fervenza de Touron, cerca de Melón (Ourense). Por Fotos ZonaFreeDrone

Las pozas de Melón se generan gracias al descenso del río Cerves, que nace a unos 1.000 metros de altitud en la sierra de Faro de Avión. Durante el recorrido se van formando pequeñas y preciosas fervenzas –como se les llama en Galicia a las cascadas– que acarician las rocas pulidas y, a su caída, forma pozas de aguas cristalinas.

Llegar a este paraje espectacular y refrescante es sencillo y apto para familias con peques. La ruta parte del aparcamiento gratuito del área recreativa A Freixa, situado a la salida de Melón por la carretera N-120 hacia el norte. En él encontraremos señalizaciones hacia las pozas. Desde aquí, la ruta son 5 kilómetros con 249 metros de desnivel positivo, así que es bastante asequible. Se tarda alrededor de hora y media, pero si hace calor, seguro que dan ganas de entrar al agua, así que vale la pena reservar una mañana o una tarde para disfrutar del entorno sin prisas.

Longitud: 5 kilómetros

Dificultad: fácil

Tipo de ruta: circular

Track de Wikiloc

A los pocos metros de comenzar a caminar se llega a la primera piscina natural, aunque recomendamos completar la ruta para descubrir otros rincones mágicos. El sendero pasa por varios puentes y pasarelas de madera, miradores con vistas a diferentes saltos de agua, por un molino y por unos escalones que conducen a la increíble fervenza de Touron.

En el recorrido hay mucha vegetación joven. Tiene una explicación: a un tramo se le conoce como “el cementerio de los árboles” ya que, aunque no lo parezca por el verdor y la frondosidad del lugar, lo cierto es que es una zona bastante castigada por los incendios y no tiene mucho tiempo. Por este motivo, hay que extremar la precaución e intentar que parezca que no hemos pasado por ahí.

Una de las pozas de Melón, en Ourense. Por MiguelAngel
Una de las pozas de Melón, en Ourense. Por MiguelAngel

Durante el descenso se deja el río a mano derecha, por la parroquia de As Mestas, haciendo que la ruta sea parcialmente circular. El verano es una época ideal para recorrer este sendero por la posibilidad de darse un baño en las pozas, aunque el otoño es un momento precioso debido a los colores que tiñen el paisaje.

Un imprescindible: visitar los conjuntos de hórreos

Una vez hecha la ruta a las pozas de Melón, no os podéis ir del lugar sin visitar el pueblo. A sus casas de arquitectura tradicional hay que sumar el monasterio de Santa María, un antiguo templo del siglo XII que quedó deshabitado tras la desamortización de Mendizábal, hacia mediados del siglo XIX. Hoy tiene un espacio de culto y el conjunto está inmerso en un largo proceso de rehabilitación, ya que sufrió saqueos durante años.

Entre los atractivos del concejo de Melón están los hórreos, que abundan en la zona. El conjunto más relevante es el de Quins, que está a pocos kilómetros, siguiendo la carretera hacia el norte. Estas inconfundibles construcciones del medio rural gallego son de piedra o madera y se elevan del suelo con pilares. Se emplean desde hace siglos para guardar las cosechas y protegerlas de la humedad, así como de posibles depredadores, sobre todo de los roedores.

Monasterio de Santa María de Melón, en Ourense. Por roberto regatos
Monasterio de Santa María de Melón, en Ourense. Por Roberto Regatos

Los hórreos adquirieron un especial protagonismo tras la llegada de los nuevos cultivos de América en el siglo XVI, como es el caso del maíz. Para hacernos una idea de la popularidad que tiene esta peculiar construcción en Galicia, se estima que la comunidad autónoma albergaba, a finales del siglo XX, más de 30.000 hórreos. Eso significa más de uno por kilómetro cuadrado.

Pues bien, en la pequeña parroquia de Santa María de Quins, en Melón y en la comarca de Ribeiro, se puede observar una de las mayores concentraciones de hórreos de Galicia.

Entre el kilómetro 603 y 604 de la antigua N-120, que une Ourense y Vigo, veremos un desvío hacia la iglesia. Te recomendamos dejar el coche en la carretera y caminar, para callejear por Quins, un pueblecito de lo más rural y con casas con una larga historia.

Hórreos en Melón (Ourense). Por CDN
Hórreos en Melón (Ourense). Por CDN

Siguiendo un vía crucis, llegamos a la parte alta del municipio. Es una loma de unos 4.000 metros cuadrados en la que hay hasta 24 hórreos, agrupados en grupos de 10 y 14 construcciones. Están separados por una superficie despejada en la que a veces aparcan coches, y en la que hay tres cruceiros de piedra que simulan el monte Calvario. Los que están en los extremos tienen el patibulum –para entendernos, la pieza horizontal de la cruz– inclinado, quizás para imitar las cubiertas a dos aguas de las construcciones rurales. Esta zona se rehabilitó parcialmente y se acondicionó en el año 2007, como parte de un plan europeo.

No es el único conjunto de hórreos de la zona. Entre Melón y Quins está el barrio de O Casal. Un pequeño núcleo urbano con una especie de campa perimetrada con un muro de piedra en el que hay un conjunto formado por 19 hórreos de diferentes materiales y tipologías. Tiene una abertura para poder pasear entre ellos y contemplar su variedad.

Raquel Andrés

Periodista y aventurera. Me has podido leer en Escapada Rural, Diari Nosaltres La Veu, La Vanguardia, El Salto y otros medios. Habitante y amante de las zonas rurales, sea cual sea el destino. Procuro escaparme una vez por semana con las botas de montaña, el arnés o el neopreno. También soy un intento de baserritarra.

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