La Muralla Roja de Calpe, ¿inspiración para El juego del calamar?

Muchos de los españoles que vimos por primera vez El juego del calamar pensamos en lo mismo: “Cómo se parece este edificio a la Muralla Roja de Calpe”. Nos referimos al laberinto de las coloridas escaleras que parecen querer alcanzar el cielo y por las que los participantes acceden a los juegos. 

Aunque su conjunto de formas geométricas no es lo único que llama la atención. El color rosa también hace que su parecido sea más que evidente. ¿Se inspiró realmente la serie coreana en el edificio español?

Un juego de ilusiones ópticas

Hwang Dong-Hyuk, director de El juego del calamar, no lo ha confirmado. Tampoco hay constancia de que hubiera venido a Alicante, o España, a inspirarse. Aunque, según declaraciones de la directora artística de la serie, Chae Kyoung-Sun, publicadas por la revista Interiors, “todo el departamento estudió varias referencias en fotografía, arquitectura y arte”. 

Entre esas referencias estaba Relatividad, una de las obras más populares de M.C. Escher creada en 1953. En ella, el artista neerlandés muestra una maraña de escaleras que parecen terminar en accesos al exterior con diferentes perspectivas. Un juego de ilusiones ópticas a través de espacios paradójicos con el que quiso interpretar la teoría de la relatividad de Einstein. 

Según confesó Chae Kyoung-Sun en Interiors, la escalera laberíntica fue uno de los escenarios más complicados de la serie coreana: “Llevó a crear una escalera que resulta profundamente desorientadora. No parece que la gente suba ni baje, y pierden el sentido de la orientación”. Otro de los desafíos es que debía tener gran capacidad para soportar en ellas a tantas personas. 

La Muralla Roja de Calpe, uno de los trabajos más emblemáticos del arquitecto Ricardo Bofill, cuenta también con un laberinto de peldaños que parecen no tener fin como la de Escher. Es posterior a Relatividad, pues data de 1973, por lo que es posible que se inspirase en la ilusión óptica. No obstante, como el arquitecto declaró en vida, el monumento de Calpe estuvo inspirado en la arquitectura típica del norte de África, en los kasbah (fortificaciones de origen bereber), y en la mediterránea. 

Colores para generar luz (o inquietud)

Además del laberinto de peldaños, otra de las características tanto de la Muralla Roja como del edificio de El juego del calamar, es que ambos son una explosión de color. En el caso del monumento español, como su nombre indica, se trata de un inmueble que Bofill decidió pintar con diferentes tonos de rojo. Rojo pastel y rosa, como las viviendas de adobe de los bereberes.

En su interior, en cambio, también podemos encontrar diferentes tonos de azules como el celeste, el violeta o el índigo. La idea, según declaró el arquitecto en diferentes entrevistas, era crear perspectiva, luminosidad y que el azul, por ejemplo, se fundiese con el cielo o contrastase con él, creando una ilusión óptica.

La Muralla Roja es un complejo de viviendas con patios interconectados entre sí por un laberinto de escaleras. Como hemos mencionado más arriba, se construyó en 1973 en la urbanización La Manzanera, en Calpe. Los colores, en este caso, tienen también otra función. Y es que Bofill diseñó que tanto la fachada, un tanto brutalista, como las casas fueran rojo pastel; mientras que los diferentes azules están limitados a las zonas comunes del edificio. 

El complejo es geométrico, como piezas de Lego perfectamente conectadas, y está inspirado en las plantas de cruz griega. El toque árabe lo podemos encontrar en las torres que sobresalen y que recuerdan a las fortalezas o alcazabas. En total, hay unas 50 viviendas y es una urbanización de lujo, ya que además de terrazas con vistas al mar, hay piscina y sauna. Espacios a los que se accede a través de patios, puentes y, sobre todo, las populares escaleras. Según el Ricardo Bofill Taller de arquitectura, «se ha querido romper la división postrenacentista entre espacios públicos y privados reinterpretando la tradición mediterránea de la kasbah«.

Hay que decir que, debido a su originalidad y su gama cromática, la Muralla Roja se popularizó en Instagram hace unos años haciendo que los vecinos declarasen estar hartos. Desde 2019 está restringido el acceso sin permiso.

En el caso de El juego del calamar, según la directora artística Chae Kyoung-Sun, se utilizaron escenarios infantiles con mucho colorido para crear un contraste entre la crudeza de los juegos y las vidas de los participantes en el exterior, con el mundo de fantasía que se les ofrecía. También para crear inquietud entre los espectadores. Y vaya si lo consiguieron. 

La Muralla Roja, inspiración también de un videojuego

Se trata de Monument Valley 2. Un videojuego que es un rompecabezas y que fue desarrollado por Ustwo Games en 2017 como secuela de Monument Valley (2014). En él se combina el arte, el diseño, ofrece una experiencia interactiva y juega con las ilusiones ópticas, igual que la Relatividad de M.C. Escher. 

Aunque este no es el único trabajo de Escher en el que se inspiraron. Según la revista Espacio, Tiempo y Forma (ETF), de la Facultad de Geografía e Historia de la UNED, algunos de los escenarios incluso tienen cierta similitud con la obra de La cascada del artista neerlandés. 

Y, como ocurre con El juego del calamar, Monument Valley 2 ofrece unas ilusiones ópticas que nos llevan hasta La Muralla Roja. Según la ETF, “la imaginería del arquitecto catalán se ve reflejada en la arquitectura imposible de los escenarios virtuales que conforman los espacios que recorre el jugador en Monument Valley 2. Para ello, las diversas representaciones arquitectónicas utilizadas no sólo delimitan el ámbito donde se desarrolla la acción, sino que también son elementos esenciales para las necesidades narrativas e interactivas del juego”. 

Al fin y al cabo, su director de arte, David Fernández Huerta, es valenciano, por lo que muchos de los escenarios nos llevan hasta este rincón del Mediterráneo. Además de seguir la estética del complejo de Bofill, en el videojuego se pueden ver paisajes que recuerdan a La Albufera, El Palmar o a la costa mediterránea.