El Azud de Tuéjar. Por: VictorD
Índice
Cuando el calor aprieta, hay una cosa que buscamos con desesperación: un lugar donde darnos un buen chapuzón. Y si a eso le sumas un árbol que te regale sombra y un entorno natural sin agobios y para comer al aire libre, la escapada ya no es solo refrescante, es perfecta. f
Este artículo es una invitación a escapar del asfalto, a buscar zonas para protegerte del sol y espacios acondicionados o improvisados para montar un picnic con productos locales y de temporada. Para ello, te recomendamos una serie de destinos donde podrás disfrutar de piscinas naturales, ríos o playas fluviales rodeados de naturaleza. ¿Listo para extender la toalla, sacar el tupper y zambullirse?
Pozas del Río Verde (Granada)

En pleno corazón de la Sierra de la Almijara, en la localidad granadina de Otívar, se esconde un paraíso acuático al que se accede por una ruta sencilla, las Pozas del Río Verde. Aquí, el río ha tallado un paisaje de pozas y cascadas donde el agua corre limpia y fría y es de color esmeralda, ideal para un chapuzón en familia o para los amantes del senderismo y el barranquismo.
Entre la exuberante vegetación y las rocas calizas, hay zonas sombreadas donde extender una manta, pues no hay mesas como tal, y disfrutar de un picnic con vistas a este entorno natural.
La Fontcalda (Tarragona)

La Fontcalda es uno de esos lugares que parecen sacados de una película de aventuras. Situada entre montañas y escondida en el municipio tarraconense de Gandesa, las aguas del río Canaletes se abren paso entre inmensas paredes de piedra y van formando enormes pozas y piscinas naturales. Lo que le convierte en una zona de baño perfecta y habitual del turismo rural catalán.
Su nombre se debe a una fuente termal cercana de donde brota el agua a una temperatura aproximada de 28ºC. De hecho, en esta ubicación, hubo un balneario que era el destino de peregrinación para los creyentes de las cualidades curativas y terapéuticas de este tipo de aguas. Ahora en sus alrededores encontrarás muchos espacios con sombra y mesas de picnic.
Playa fluvial A Freixa (Pontevedra)

¿Buscas un destino poco masificado, con sombra, zona de baño y mesas para comer? Pues apunta este rincón gallego, en la provincia de Pontevedra, A Freixa. A principios del siglo XX se construyó la primera central hidroeléctrica de la comarca O Condado a orillas del río Tea, a un kilómetro de la localidad de Ponteareas, para abastecer el canal que llevaba las aguas al molino. Y en este emplazamiento se ha habilitado la creación de una playa fluvial para el disfrute de todos.
El entorno cuenta con todo tipo de comodidades, desde un área recreativa con mesas y bancos bajo los pinos y los robles del lugar hasta un espacio para realizar actividades deportivas (fútbol, tenis, vóley…). Además, A Freixa cuenta con bandera azul, siendo la pionera en la tipología de playas de río.
Piscinas naturales de Acebo (Cáceres)

La Sierra de Gata guarda uno de los secretos mejor conservados del verano extremeño, sus piscinas naturales. En el municipio de Acebo, se encuentran dos de las más populares: Jevero y Carreciá, con su emblemático puente que añade un toque histórico y fotogénico al lugar. Ambos enclaves combinan la serenidad de la naturaleza con aguas cristalinas que descienden directas de los manantiales de la sierra.
En temporada alta disponen de todo tipo de comodidades y servicios para estirar la jornada todo el día. Y para completar tu escapada en el norte de Cáceres, otro planazo también es recorrer la “Ruta del Agua” entre Robledillo, Gata y Hoyos, combinando baños, gastronomía local y arquitectura rural con encanto.
El Azud de Tuéjar (Valencia)

Dentro del Paraje Natural Nacimiento del Río Tuéjar, se encuentra el área Azud, una de las piscinas naturales más bonitas y especiales de toda la Comunidad Valenciana. Un lugar idílico para pasar el día en familia, huir de las altas temperaturas bañándonos en las aguas fresquitas de El Pozo de las Escaleras y disfrutar de su entorno.
Un entorno al que le acompaña una microreserva de flora conocida como “Riberas del río Tuéjar”. En este espacio la sombra entre chopos, sauces, juncos, álamos blancos… está asegurada. Y si quieres contemplar todo el paraje desde una atalaya privilegiada, la recomendación es subir al Mirador de la Peña del Mediodía, te recibirá con unas vistas espectaculares.
Playa fluvial Ricobayo (Zamora)

La playa fluvial de Ricobayo, en el embalse del mismo nombre y a apenas 20 km de Zamora capital, es uno de esos lugares que sorprenden. No solo por el baño refrescante en sus aguas tranquilas, sino porque está perfectamente preparada para disfrutar de un día de verano. Dispone de zona de césped con sombra natural, merenderos y chiringuito para quienes no quieran cargar con el picnic.
A diferencia de otros pantanos, aquí el acceso es cómodo y está acondicionado como auténtica playa rural: sombrillas, barcas, canoas y hasta hamacas de alquiler. ¿El plan? Entre baño y baño, jugar una partida a cartas o echar una siesta bajo los árboles, ¿qué más se puede pedir?.
Parque de la Campa de Santa Lucía (Cantabria)

En plena Cantabria rural, entre bosques y prados verdes, se encuentra el municipio de Cabezón de la Sal, un destino que guarda una joya refrescante, el Parque de la Campa de Santa Lucía, a orillas del río Saja. Es una zona de baño muy popular entre los vecinos, pero quizá poco conocida fuera, lo que la convierte en un lugar perfecto para quienes buscan una escapada sin aglomeraciones.
Aquí encontrarás áreas arboladas con sombra abundante, mesas de picnic y acceso directo al río, donde el agua está fría incluso en verano. El entorno es tranquilo y familiar, con espacio suficiente para extender la toalla o manta, sacar la nevera portátil y disfrutar de una jornada veraniega bien acompañados.
Presa de Usako (Guipúzcoa)

Y, por último, nos escapamos hasta el corazón de Guipúzcoa, a un rincón muy popular entre los vecinos de la localidad de Oñati, la presa de Usako. Aquí encontrarás todo lo necesario para una jornada perfecta: una pequeña zona de baño en la presa, sombra bajo los árboles, césped para reponer fuerzas degustando productos locales y senderos cercanos por si te apetece un paseo antes o después del chapuzón.
El acceso es sencillo desde el propio casco urbano del municipio llegarás en 10-15 minutos andando o en bicicleta. Además, en los últimos años y en época estival, ha ganado en seguridad y servicios, al contar, entre otros, con aparcamiento y socorrista.
Miryam Tejada
Mi título universitario dice que soy licenciada en periodismo, pero realmente soy una todoterreno a la que le pilló la transición del mundo analógico al digital de pleno. Es decir, soy millennial, y eso lo que conlleva, según las habladurías, es que me dejo llevar y priorizo mi bienestar. O lo que es lo mismo, soy una apasionada de los viajes y las experiencias, del simple hecho de tomar unas cervezas entre amigas, organizar una buena comilona en la sociedad con sobremesa larga incluida o pasar las tardes en el parque con mis gemelos.