Índice
- Descubre las cuevas del Soplao (Cantabria)
- Un día de chapuzón en las piscinas naturales de Arenas de San Pedro (Ávila)
- Cuentos, brujas y niebla en Zugarramurdi (Navarra)
- Paseo entre dinosaurios en Enciso (La Rioja)
- Paseo fluvial en O Barco de Valdeorras (Ourense)
- Ruta ciclista por la Vía Verde del Tajuña (Madrid)
- Surf en familia en Zarautz (Guipúzcoa)
- Senda de los Sentidos en Anaga (Santa Cruz de Tenerife)
El verano tiene muchas formas de presentarse, y una de ellas es en modo “horno”. Cuando el sol aprieta, las familias se dividen en dos equipos: las que se decantan por la playa y las que buscan alternativas más frescas y tranquilas. Este artículo es para las segundas.
Para quienes prefieren un buen chapuzón de agua dulce, la brisa de una cueva con microclima o una ruta en bici con sombra garantizada. Aquí van varias escapadas rurales ideales para familias cuando el calor amenaza con derretir hasta las ganas de salir. ¿Y lo mejor? En cada destino hay algo especial que convierte el día en una aventura memorable.
Descubre las cuevas del Soplao (Cantabria)

Para un niño la palabra cueva es sinónimo de aventura. Por ello nos escapamos hasta la provincia de Cantabria para visitar las cuevas del El Soplao. Su interior alberga un excepcional patrimonio arqueológico industrial derivado de la explotación de zinc y plomo que, desde mediados del siglo XIX y hasta finales de los años 70, estuvo activa en la Sierra de Arnero.
La actividad comienza subidos en un tren minero que te llevará, a través de la galería minera de La Isidra, hasta una estación interior. A partir de ahí la aventura continúa a pie por diversas galerías y salas. Los más pequeños alucinarán, ¡seguro! Y los mayores aprenderán sobre geología, minería y cómo la naturaleza lleva millones de años trabajando en silencio.
Un día de chapuzón en las piscinas naturales de Arenas de San Pedro (Ávila)

Si buscas ese plan de verano clásico, familiar y sin pretensiones, en la localidad abulense de Arenas de San Pedro lo tienes. Sus piscinas naturales totalmente acondicionadas, limpias y rodeadas de zonas verdes y sombra, son perfectas para familias con niños de todas las edades.
Hay dos piscinas, una menos profunda para los más pequeños, de unos 50 centímetros, y otra para adultos de 2 metros de profundidad. Lo mejor es que después del baño puedes pasear por el pueblo, visitar su castillo medieval o hacer una parada en alguno de los bares donde sirven platos tradicionales.
Cuentos, brujas y niebla en Zugarramurdi (Navarra)

¿Qué niño o niña no se queda fascinado con una historia de brujas? Y si es real, mejor. Zugarramurdi, en la provincia de Navarra, se ha convertido en un destino que combina naturaleza, historia y un puntito de misterio que engancha a los más pequeños. La Cueva de Zugarramurdi es amplia, fácil de recorrer y con un frescor natural que se agradece. Allí se celebraban los akelarres que dieron fama al lugar.
Muy cerca está el Museo de las Brujas con exposiciones interactivas que cuentan qué ocurrió en el siglo XVII durante la inquisición. El entorno es precioso y perfecto para pasear o hacer pícnic entre bosques. Además, el pueblo mantiene su autenticidad, y comer en uno de sus restaurantes tradicionales es el broche de oro para un día mágico.
Paseo entre dinosaurios en Enciso (La Rioja)

¿Un plan irresistible? Buscar huellas de dinosaurios como si fueras un paleontólogo. En Enciso, en la zona sur de La Rioja, hay más de 1.400 huellas fósiles documentadas. La Senda de los Dinosaurios es apta para niños y se puede hacer por tramos, con paneles explicativos, maquetas gigantes y miradores.
A los peques les encantará sentirse exploradores por un día, y es una actividad que mezcla aprendizaje y naturaleza sin que nadie se dé cuenta de que también están “estudiando” en vacaciones. Para completar la escapada, puedes acercarte hasta la localidad de Arnedillo y darte un chapuzón en sus pozas termales. ¿Te animas?
Paseo fluvial en O Barco de Valdeorras (Ourense)

A veces el mejor plan contra el calor es el más sencillo. Y ese plan lo encontrarás en la localidad ourensana de O Barco de Valdeorras. Un paseo de más de 4 kilómetros bordea el río Sil y es estupendo para recorrerlo a pie o en bici. Dispones de carril bici, zonas de descanso, parques infantiles y hasta una playa fluvial para darte un buen baño.
El entorno está lleno de vida, gracias a su fauna y flora local. Además, en verano se pueden practicar deportes acuáticos como piragüismo o paddle surf. Con bares y terrazas para reponer fuerzas, es el lugar idóneo para realizar una escapada sin prisas. ¿Te apuntas?
Ruta ciclista por la Vía Verde del Tajuña (Madrid)

No hace falta irse lejos para desconectar en familia. La Vía Verde del Tajuña, entre los municipios madrileños de Arganda del Rey y Ambite, es un camino recuperado del antiguo ferrocarril, ideal para recorrer en bici. Está asfaltado, casi llano y con sombra en varios tramos. Lo mejor es organizar una ruta corta con parada para reponer fuerzas en alguno de los merenderos.
Hay zonas con fuentes, parques infantiles y rincones donde descansar. Atraviesa diferentes poblaciones como Morata de Tajuña en Perales de Tajuña. De hecho, entre Arganda y Perales se encuentra otra interesante ruta interpretativa denominada “los secretos de la Vía Verde del Tajuña”, donde se ponen de relieve los vestigios relacionados con una de las batallas más decisivas de la Guerra Civil española, la batalla del Jarama. Un plan sencillo y muy completo.
Surf en familia en Zarautz (Guipúzcoa)

Zarautz es uno de esos lugares donde el surf se vive con pasión. Este pueblo guipuzcoano puede presumir de tener una de las playas más largas de todo el País Vasco, con espacio de sobra para aprender a coger olas sin agobios. Hay escuelas que ofrecen clases para padres e hijos, adaptadas por edades y niveles.
Es divertido, refrescante y una forma original de pasar tiempo juntos. Tras la sesión, nada como un paseo por el malecón y comer un helado frente al mar. Las temperaturas suaves y el ambiente veraniego lo convierten en un destino top para huir del calor. Y sí, incluso si no dominas la tabla, las risas están aseguradas.
Senda de los Sentidos en Anaga (Santa Cruz de Tenerife)

En pleno Parque Rural de Anaga, declarado Reserva de la Biosfera, esta senda invita a caminar por un bosque de laurisilva como si estuvieras dentro de un cuento. Con paneles que despiertan el olfato, la vista, el tacto y el oído, es ideal para disfrutar en familia.
Hay tres rutas con distintos niveles, una de ellas adaptada para carritos o sillas de rueda. El recorrido es corto, fácil y muy didáctico, con una audioguía disponible en el centro de visitantes para completar la experiencia. El mirador del Llano de los Loros es el broche final, con vistas hacia Santa Cruz y el barranco de Tahodio. Perfecto para pasar un día inmersos en la naturaleza.
Miryam Tejada
Mi título universitario dice que soy licenciada en periodismo, pero realmente soy una todoterreno a la que le pilló la transición del mundo analógico al digital de pleno. Es decir, soy millennial, y eso lo que conlleva, según las habladurías, es que me dejo llevar y priorizo mi bienestar. O lo que es lo mismo, soy una apasionada de los viajes y las experiencias, del simple hecho de tomar unas cervezas entre amigas, organizar una buena comilona en la sociedad con sobremesa larga incluida o pasar las tardes en el parque con mis gemelos.