Descubre fiestas únicas, naturaleza en su esplendor, villas con historia y planes auténticos.
Explora la naturaleza más salvaje de Navarra: cascadas de aguas turquesas, rincones ocultos y paisajes de postal.
Recorre estas rutas para descubrir paisajes idílicos y a un paso lento, ya sea a pie o pedaleando.
Primavera en Navarra: donde los secretos fluyen como el agua
Por eso es tan única. Porque sigue siendo uno de esos pocos destinos que aún no han sido devorados por el ruido. Aquí el tiempo va a su ritmo, la naturaleza sigue marcando el compás y la autenticidad no se disfraza de escaparate. Y cuando llega la primavera, todo lo que Navarra guarda empieza a florecer… y a fluir.
El viaje puede comenzar en Orreaga/Roncesvalles, punto mítico del Camino de Santiago, donde la historia te da la bienvenida desde su Colegiata y los senderos te invitan a respirar profundo. Desde el puerto de Ibañeta hasta el Bosque de Basajaunberro, este rincón es perfecto para reencontrarse con la calma. Y muy cerca, pueblos como Auritz/Burguete o Aurizberri/Espinal te reciben con esa hospitalidad de la que no hace falta presumir.
Y si te dejas llevar, el siguiente secreto te espera en el Valle de Baztan. Aquí, todo parece tener un toque de magia. Elizondo, Amaiur, Irurita, Ziga… pueblos que florecen con la primavera y te invitan a pasear sin prisa. Los senderos se convierten en aventuras suaves, como el que lleva a la cascada de Xorroxin, donde el agua salta entre árboles centenarios, o al Infernuko Errota, un rincón escondido que parece más de leyenda que de mapa. Y para completar la experiencia, no te pierdas un taller de talos en Amaiur/Maya o las visitas de la Trilogía del Guardián, que hacen que el misterio se vuelva experiencia.
¿Quieres una fiesta con denominación de origen? Marca el 7 de junio en rojo, porque en Roncal se celebra el Día del Queso. Un homenaje a la tradición quesera, con pinchos, demostraciones de oficios antiguos, bailes, música… y ese ambiente que solo se da donde lo auténtico todavía manda. Y si te apetece añadir una dosis de naturaleza líquida, acércate a la cascada de Belabarce: escondida entre bosques, parece susurrar su secreto solo a quien se atreve a llegar hasta ella.
En las faldas de la Sierra de Andía, las Tierras de Iranzu reviven el espíritu romano con una fiesta que mezcla historia, disfraces, luchas de gladiadores y platos con sabor a otra época. Entre colinas y ruinas, la primavera aquí también tiene aroma a pasado. Y muy cerca, el Nacedero del Urederra te dejará con la boca abierta: un rincón de agua turquesa tan pura que parece irreal.
Para completar la ruta del agua, no te puedes perder otras cascadas que en primavera brillan con fuerza: la de Ixkier, en plena Vía Verde del Plazaola; la mágica cascada del Cubo en la Selva de Irati; o el espectáculo natural del cañón del río Ubagua y la Foz de Lumbier, donde los senderos serpentean entre paredes verticales y aves rapaces.
¿Prefieres descubrir el paisaje sobre ruedas? Entonces súbete a la bici y recorre la EuroVelo, haz una ruta en bici de carretera por el Valle de Ultzama, o lánzate en gravel a la ruta de Villatuerta, donde la historia y la naturaleza van de la mano. Y si lo tuyo es caminar, los Embalses de Leurtza son el lugar perfecto para perderte un rato. Por último, pero no menos importante, una joyita escondida cerca de Leitza: el parque museo Peru-Harri. Un lugar donde la piedra cobra vida y el arte se planta al aire libre, como flores en primavera.
Así que ya sabes. Esta primavera, no hace falta ir muy lejos para encontrar lo auténtico. Solo tienes que venir a Navarra. Pero shhh… no se lo cuentes a todo el mundo. Cuida de nuestro secreto.

Raquel Andrés
Periodista y aventurera. Me has podido leer en Escapada Rural, Diari Nosaltres La Veu, La Vanguardia, El Salto y otros medios. Habitante y amante de las zonas rurales, sea cual sea el destino. Procuro escaparme una vez por semana con las botas de montaña, el arnés o el neopreno. También soy un intento de baserritarra.
Tienen mucha razon Navarra me encanta gracias un saludo