Índice
- Blanca: playa de Rodas, Islas Cíes (Pontevedra)
- Negra: playa de Nogales (La Palma)
- Dorada: playa del Torn (Tarragona)
- Verde: playa del Parque Natural de las Dunas de Liencres (Cantabria)
- Roja: playa El Verodal (El Hierro)
- Marrón: playa de Mónsul, Cabo de Gata (Almería)
- Multicolor: playa de los Cristales, Costa da Morte (A Coruña)
España cuenta con más de 3.000 playas, según datos de la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y el Mar, repartidas por más de 10.000 kilómetros de costa entre la península ibérica y las islas. Hay grandes arenales, pequeños, calas… Cada tipo de playa cuenta con una arena diferente, tanto por el tipo de grano como por su color. Este último depende de los sedimentos de las rocas y minerales, así como del entorno que las rodea.
Las playas más habituales en España son las de tonos dorados, compuestas de partículas con cuarzo o hierro. También hay arenales blancos, debido a minerales como el yeso, feldespato y cuarzo; marrones o rojizas, por el óxido de hierro; o negras, debido a la actividad volcánica. Este es un listado de 7 playas con arena de diferentes colores y tonalidades que podemos encontrar en España.
Blanca: playa de Rodas, Islas Cíes (Pontevedra)

Arena fina, blanca y aguas cristalinas que, dependiendo del sol, pueden obtener tonalidades turquesas. Así es la playa de Rodas, el arenal más popular de las Islas Cíes cuya belleza salvaje es comparada con la del Caribe, pero con aguas más frías. En total, esta playa con Bandera Azul y servicios cuenta con unos 1,2 kilómetros de largo y tiene forma de media luna.
Este archipiélago, situado frente a la costa de Vigo y perteneciente al Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas, está protegido. En temporada alta solo aceptan 1.800 visitantes diarios y 600 campistas. Para acceder a las Islas Cíes habrá que solicitar una autorización previa en su página web, en la que también se puede reservar el ferry.
Negra: playa de Nogales (La Palma)

Las Islas Canarias cuentan con infinidad de playas de arena negra. Una de ellas es la de Nogaledas, en La Palma, que ofrece una bonita amalgama de colores gracias al entorno en el que se encuentra. El verde laurisilva de sus acantilados, la arena negra volcánica con matices azulados-grisáceos, el blanco de la espuma del mar y el azul cobalto del Atlántico hacen que la imagen sea idílica.
La playa de Nogaledas mide entre 450 y 500 metros de longitud y solo 6–25 metros de ancho. Está en Puntallana, al noreste de la isla. Para llegar hasta ella habrá que descender por un sendero de unos 500 metros que está en buen estado. En la parte superior del acantilado hay aparcamientos. Es una playa tranquila y nudista, aunque hay que tener en cuenta que, dependiendo de la meteorología, puede tener bastante oleaje. En época estival dispone de salvamento.
Dorada: playa del Torn (Tarragona)

Las playas de arena dorada son las más abundantes en España. En la Costa Daurada, como era de esperar, podemos encontrar muchas de ellas. Una de las que puede presumir de Bandera Azul, de tranquilidad y belleza es la playa del Torn, en L’Hospitalet de l’Infant. Se trata de un amplio arenal prácticamente virgen de 1.600 metros de largo rodeado de dunas y vegetación.
La playa del Torn es salvaje, de arena fina y naturista, aunque dispone de servicio de salvamento y puesto de primeros auxilios, duchas, aseos, pasarelas de acceso, aparcamiento, puntos de alquiler de tumbonas y sombrillas, así como de un bar-restaurante. Además, es perfectamente accesible para personas con movilidad reducida.
Verde: playa del Parque Natural de las Dunas de Liencres (Cantabria)

En España no hay arenales de color verde como en Hawái. No obstante, hay algunas playas que, por su vegetación, que nace mezclada con la arena de las dunas, puede dar esa ilusión óptica. Por ejemplo, la playa del Parque Natural de las Dunas de Liencres, en Cantabria.
La vegetación de este sistema dunar, uno de los más importantes de España, está compuesta principalmente por formaciones de gramíneas y otras plantas adaptadas al medio arenoso. Esta tiñe el paisaje de tonos verdes que, desde cierta distancia o bajo determinadas condiciones de luz, parecen confundirse con la propia arena. Esta ilusión visual contribuye al encanto natural del lugar.
Roja: playa El Verodal (El Hierro)

La playa El Verodal está en el municipio de La Frontera, en la isla de El Hierro, y se caracteriza porque su arena es de color rojizo. El tono, que dependiendo del día puede ser más claro u oscuro, se debe a la erosión de la roca volcánica.
Tal y como podemos ver en la imagen, El Verodal es una playa salvaje. Está rodeada de acantilados, en un entorno protegido. Y, aunque es bastante conocida, lo cierto es que desde la oficina de turismo desaconsejan bañarse en ella. El mar en esta zona cuenta con bastante oleaje, las corrientes marinas son fuertes y no cuenta con servicio de salvamento. La mayoría de los que se acercan hasta aquí es para contemplar la belleza de su paisaje desde su mirador.
Marrón: playa de Mónsul, Cabo de Gata (Almería)

Es una de las playas más populares del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, y no solo por su belleza. En ella se rodaron escenas míticas de la película de Indiana Jones y la última cruzada. Es el arenal donde Sean Connery acaba con el último avión alemán.
La playa de Mónsul cuenta con arena oscura, de tonos marrones, con rocas de origen volcánico y con una gran duna viva a su espalda que le da un aspecto peculiar. Una de las lenguas de lava está en la orilla, como adentrándose en el mar. La playa tiene unos 400 metros de largo, el agua es tranquila y transparente y, aunque está en un entorno salvaje, cuenta con zona de aparcamientos y es fácil llegar hasta ella. No dispone de servicios.
Multicolor: playa de los Cristales, Costa da Morte (A Coruña)

Su nombre original es el Areal dos Botiños, pero se la conoce como la playa de los Cristales porque, como su nombre indica, en vez de arena está cubierta de pequeños trozos de vidrio. Está situada al oeste del cabo Laxe, en la Costa da Morte, muy cerca del icónico faro y junto al cementerio local desde donde hay acceso directo.
La imagen nos puede parecer fascinante. Sin embargo, su historia no es tan bonita como su colorido. Los cristales provienen de un antiguo vertedero de vidrio que había en la cala hasta los años 2000. Pequeños fragmentos de cristal cayeron en la arena y, el agua, con pleamar, ha ido erosionando sus cantos hasta convertirlo en lo que es hoy: una cala de unos 5 metros cubierta de piedras de colores.
Lamentablemente, debido a su fuerte oleaje, no es apta para el baño. También está prohibido llevarse los cristales.
Laura Fernández
Periodista, blogger y viajera. No necesariamente en ese orden. En ocasiones me despierto sin saber dónde estoy. Adicta a los cómics y a los noodles con salsa de cacahuete. Redactora en @escapadarural, colaboradora en la Conde Nast Traveler y en la Divinity. Mi casa: Meridiano180.