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En la cornisa Cantábrica también hace calor. Y con el avance del cambio climático, se notan unas temperaturas más elevadas de lo normal. Este año el verano ha comenzado con un mes de junio en el que se ha registrado alrededor de un grado más que la media. Guipúzcoa sigue siendo un buen destino rural para huir del calor extremo del sur peninsular en época estival, pero no nos vamos a engañar: es muy probable que haga bochorno.
Afortunadamente, esta provincia vasca tiene un relieve muy accidentado, repleto de montañas, colinas y valles atravesados por ríos. Así que no te costará encontrar algún rincón tranquilo y de ensueño en el que refrescarte. Aquí te dejamos algunas pozas naturales en las que darte un chapuzón en el interior de Guipúzcoa este verano.
Poza de Usako (Oñati)
El encantador pueblo de Oñati está enclavado entre montañas, a las faldas del Parque Natural de Aizkorri-Aratz. Uno de sus grandes atractivos turísticos es el llamativo santuario de Arantzazu, que tiene una arquitectura muy peculiar. Este templo está muy próximo al río homónimo que pasa por sus inmediaciones, y en el que hay una zona de baño bastante conocida para pegarse un chapuzón cuando aprieta el calor. Se trata de la poza de Usako, que bebe de las aguas del río Arantzazu. Un rincón idílico.

Se puede aparcar cerca, por la parte alta de la poza, aunque lo mejor es dejar el coche en Oñati para no saturar la zona e ir a pie o en bicicleta. Hay 1,8 kilómetros desde el pueblo, por lo que se llega en unos 20 minutos caminando u 8 pedaleando, siguiendo la vía verde del Ferrocarril Vasco-Navarro. Es una forma de ir calentando el cuerpo, ya que las aguas están bastante frescas, pues oscilan entre 14 y 16 grados.
Además de refrescante, la poza de Usako es bonita de ver. Tiene una cascada que cae sobre la zona habilitada para el baño. No es raro ver cómo los más osados suben por una pasarela y saltan desde lo alto. El espacio tiene asientos sobre un muro de piedra y, un poco más arriba, hay césped, duchas, papelera y una fuente. En verano, hay servicio de socorrista.
Poza de Sagar Erreka (Soraluze)
En el interior de Guipúzcoa está Soraluze, un pueblo de 3.800 habitantes atravesado por el río Deba. En este caso hay que salir un poco más del municipio para hallar una joya natural muy refrescante en verano: la poza de Sagar Erreka. Se trata de una zona de baño que, hace un tiempo, quedó en un estado lamentable debido a la cantidad de desperdicios que llegó a acumular. Después de una limpieza a fondo por parte del vecindario, hoy vuelve a ser un espacio mágico y agradable para disfrutar de la naturaleza.

La poza de Sagar Erreka, en Soraluze, es bastante frecuentada por los locales en días de mucho calor. Hay que decir que no tiene equipamientos, servicios, ni socorrista. Cada uno debe ser autosuficiente, moverse con cautela en el agua y, por supuesto, llevarse de vuelta cualquier basura que pueda generar.
Sagar Erreka tiene unas pequeñas cascadas, está envuelta de bosque y de una exuberante vegetación. Un idílico paisaje en el que el ambiente ya es fresco sin necesidad de entrar al agua. Los valientes que se zambullan en ella la encontrarán a unos 21 grados. Para llegar, hay que tomar la carretera GI-3331 desde Soraluze, que ya marca dirección a “Sagar Erreka”. Estarás en unos 9 minutos. Los más aventureros pueden coger la bici y pedalear 3,9 kilómetros con 182 metros de subida, ¡una buena forma de entrar en calor antes del chapuzón!
Pozas del Urumea (Hernani)
Hernani es una de las villas vascas más llamativas. Tiene un casco urbano repleto de edificaciones medievales y antaño estuvo amurallada. Si la visitas en verano y te toca un día de mucho calor, te alegrará saber que tiene un refugio muy agradable: las pozas del Urumea, en uno de los ríos más largos del territorio.

Para llegar, hay que ir al barrio de Pagoaga, hacia las montañas por la carretera GI-3410. A unos 5 kilómetros desde Hernani, veremos una explanada a mano derecha para dejar el coche. En bici son 6 kilómetros y unos 20 minutos desde el centro. Cerca del pueblecito de Ereñotzu, hay más entradas a las zonas de baño. Pronto encontraremos las pozas formadas al paso del río Urumea, que están entre rocas, en plena naturaleza y tienen aguas cristalinas.
Aunque hay que decir que son bastante frecuentadas por locales, estas pozas no están específicamente preparadas para bañistas. Eso significa que no hay equipamientos ni otros servicios. Así que, de nuevo, tendremos que ir con cuidado y no olvidar los desperdicios.
La cascada de Osinberde (Zaldibia)
El Parque Natural de Aralar es una de las áreas montañosas más importantes de Euskadi. Rebosa vida y en sus entrañas el agua es esencial, con diferentes acuíferos subterráneos por los que circula de manera ininterrumpida. Uno de los lugares donde brota con mayor espectacularidad es la cascada de Osinberde, en el término municipal de Zaldibia.

Es una excursión que vale la pena hacer todo año y que, en verano, tiene el atractivo de poder refrescarse en la poza que se genera a sus pies. Si te atreves, claro, ya que sus aguas están siempre gélidas. Para llegar, se puede ir desde el mismo pueblo de Zaldibia. Podemos tomar un sendero por el margen derecho del río hasta Arkaka (unos 13 kilómetros, ida y vuelta, que se pueden seguir en este track), o bien continuar la carretera de Aiestaran Erreka Auzoa hasta su final, donde hay una pequeña zona para aparcar. Se coge el camino de la izquierda, el que tiene una pequeña cuesta. Tras pasar junto a un caserío, se sigue por la derecha, siguiendo las marcas blancas y verdes del sendero local.
Ojo, porque no todo el año es posible llegar a la cascada de Osinberde y a su poza. En este punto, hay que cruzar el cauce del río, algo que no es posible cuando ha llovido bastante. Si el agua va baja, lo pasaréis sin problemas. Después de este tramo, nos adentramos en un sendero húmedo y mágico que concluye en Osinberde. Es un rincón totalmente salvaje, por lo que hay que ser responsable y respetuoso con el entorno.
Raquel Andrés
Periodista y aventurera. Me has podido leer en Escapada Rural, Diari Nosaltres La Veu, La Vanguardia, El Salto y otros medios. Habitante y amante de las zonas rurales, sea cual sea el destino. Procuro escaparme una vez por semana con las botas de montaña, el arnés o el neopreno. También soy un intento de baserritarra.