
Recorrer el Camino de Santiago es un sueño de carácter internacional. En los últimos años se ha popularizado tanto que los últimos kilómetros parecen casi una romería en determinadas épocas. Aunque las masificaciones han hecho que muchos peregrinos hayan buscado otras rutas menos conocidas, lo cierto es que la vía más popular sigue siendo el Camino Francés, que generalmente parte de Roncesvalles, en el norte de Navarra.
Hay quien lo empieza desde Saint-Jean-Pied-de-Port (Donibane Garazi, en euskera; o San Juan Pie de Puerto, en castellano), pero se trata de una etapa solo recomendable para los habituados a caminar por montaña. El recorrido tiene 25,7 kilómetros que atraviesan los Pirineos, habiendo de superar más de 1.200 metros de desnivel positivo (recordemos, con la mochila a cuestas). Así que la mayoría de los peregrinos optan por comenzar en el minúsculo pueblo de Roncesvalles, a 790 kilómetros de Santiago de Compostela.

Te recomendamos pasar, al menos, un día entero en Roncesvalles antes de iniciar tu aventura hacia Santiago. Así puedes descubrir sus joyas históricas con calma, o pasear por los senderos que rodean el pueblo y que se adentran en la increíble naturaleza de la Selva de Irati.
Un pueblo sin apenas servicios, pero con miles de visitantes
El pueblo de Roncesvalles —también conocido por su otro nombre oficial, Orreaga, en euskera— tiene solo 21 habitantes, según datos del INE. Los peregrinos actuales de ropa ultralight, mochila y cantimplora no han inventado nada. Desde la Prehistoria, su puerto de Ibañeta se usaba como vía de paso natural para acceder a la península ibérica. Así que este enclave está acostumbrado, desde tiempos inmemorables, a asistir al continuo trasiego de viajeros.

Si las masificaciones de turistas han saturado, por ejemplo, los pueblos de la costa con multitud de servicios, Roncesvalles ha sabido mantener su carácter rural y su elegancia histórica. No hay tiendas de souvenirs, ni supermercados, ni panaderías. En definitiva, no hay comercios. Si te quieres llevar un recuerdo, tan solo podrás hacerlo en el albergue de peregrinos.
Tampoco hay cajero automático, así que recuerda llevar dinero en efectivo. Te lo podrás gastar en tres restaurantes: en el del hotel Roncesvalles, en La Posada y en Casa Sabina. No hay más.
Los atractivos históricos de Roncesvalles
La falta de servicios puede incomodar un poco en la vida moderna, pero al mismo tiempo, ayuda a preservar el encanto de Roncesvalles. El pueblo es pequeño, pero está repleto de cosas interesantes que ver.

Ante todo destaca la monumental colegiata de Santa María de Orreaga – Roncesvalles, construida en el siglo XII como un modesto hospital-monasterio para atender a los peregrinos que venían del otro lado de los Pirineos. Ojo porque aquí el tiempo es muy inestable y, cuando nieva, suele hacerlo en grandes cantidades.
Posteriormente, los Reyes de Navarra García V Ramírez ‘el Restaurador’, Sancho VI ‘el Sabio’ y Sancho VII ‘el Fuerte’ (se dice que medía 2,25 metros de altura) dieron un empujón definitivo al lugar con la construcción de la colegiata.
Hoy, en ella destacan el impresionante claustro y la sala capitular, que alberga el mausoleo de Sancho VII y las cadenas de Navarra. En el interior debes conocer Itzandegia, que es el antiguo hospital de peregrinos, para ver dónde se alojaban hace siglos (hoy se emplea como sala de usos múltiples).

También es curiosa la capilla de Santiago, un pequeño templo gótico del siglo XIII que se dice que guiaba a los peregrinos en los tiempos de bruma y tormentas con sus campanas. Como un faro sonoro entre la niebla para los caminantes.
Otro espacio único es el Silo de Carlomagno, un edificio románico del siglo XII donde se dice que fueron enterrados los “doce pares de Francia”. Eran los caballeros sobrinos de Carlomagno que murieron con Roldán en la Batalla de Roncesvalles, en el año 778. Relacionado con esta efeméride es el ajedrez de Carlomagno, el tablero con el que estaba jugando cuando le anunciaron la muerte de su sobrino. Está expuesto en el Museo de Orreaga – Roncesvalles.
Senderismo cerca de Roncesvalles

Desde Roncesvalles, tienes 780 kilómetros que recorrer a pie antes de llegar a Santiago. Pero si te sobra tiempo o quieres calentar un poco antes de iniciar la aventura del Camino de Santiago, vale la pena hacer algunas rutas sencillas por los alrededores. El entorno es propicio para animarte, ya que el pueblo está en pleno Pirineo navarro y es la puerta de acceso al territorio conocido como Selva de Irati. Estas son nuestras recomendaciones:
El Camino de los Canónigos
Longitud: 1,90 kilómetros
Dificultad: fácil
Tipo de ruta: circular
Es una ruta circular muy fácil, de menos de 2 kilómetros, ideal para estirar las piernas. Recorre el entorno más próximo de Roncesvalles, y se llama así porque es el único paseo que se le permitía a los eclesiásticos que se regían por la regla de San Agustín. Visita dos fuentes con historia: la de Roldán, donde se dice que el héroe fue herido; y la fuente de la Virgen, lugar en el que se le habría aparecido a unos pastores. Podéis seguir, por ejemplo, este track.

El bosque de Basajaunberro
Longitud: 4 kilómetros
Dificultad: fácil
Tipo de ruta: circular
Esta ruta circular está señalizada como SL-NA 43 y es igualmente fácil, de 4 kilómetros. El nombre hace referencia al Basajaun, personaje de la mitología vasca que equivale a “señor del bosque”. Sale del aparcamiento trasero de la colegiata y sigue por una pista forestal que te adentra en un bosque de hayas y robles. En este emplazamiento se dice que se celebraban aquelarres, lo que explica que esté incluida dentro de la Ruta de la Brujería de Navarra. Te puedes guiar con este track.
Una panorámica desde el Alto de Ibañeta
Longitud: 2 kilómetros
Dificultad: fácil
Tipo de ruta: lineal
Si no te has animado a hacer el tramo anterior del Camino de Santiago, siempre puedes retomarlo a la inversa y hacer un paseo sencillo y bonito. Te proponemos subir hasta este alto que ofrece unas impresionantes panorámicas de la colegiata. Son unos 2 kilómetros de ida y poco más de 100 metros de desnivel positivo. El camino está bien marcado en el pueblo y, en todo caso, basta con seguir las flechas amarillas en sentido contrario.
Raquel Andrés
Periodista y aventurera. Me has podido leer en Escapada Rural, Diari Nosaltres La Veu, La Vanguardia, El Salto y otros medios. Habitante y amante de las zonas rurales, sea cual sea el destino. Procuro escaparme una vez por semana con las botas de montaña, el arnés o el neopreno. También soy un intento de baserritarra.
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