El rincón de Galicia donde puedes bañarte en el Miño, cruzar un puente colgante y tocar la Prehistoria

Escrito por

20.08.2025

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Penas de Rodas. Cortesía del concejo de de Outeiro de Rei.
Penas de Rodas (Lugo). Por cortesía del concejo de Outeiro de Rei

Si hay una zona de la península ibérica que tenga fama de mágica esa es Galicia. No porque sus habitantes tengan una habilidad especial para hacer trucos de cartas o sacar conejos de chisteras, sino por la espiritualidad. Es un territorio repleto de leyendas, con rincones singulares que embelesan tanto por su belleza natural como por su ambiente. Es lo que ocurre en el concejo de Outeiro de Rei, ubicado en medio de la llanura de Terra Chá, en Lugo.

Quizá no sea la parte más conocida de la comunidad autónoma, pero no es por falta de méritos. Outeiro de Rei tiene tantos alicientes que es difícil escoger por dónde empezar. Lo mejor, como siempre, es hacerlo por el principio. Por ejemplo, por su ubicación, pues está en “un valle de origen tectónico formado por losas paleozoicas (originadas hace 400 millones de años) con pequeñas incrustaciones graníticas. Estas a su vez recubiertas por extensos depósitos terciarios y cuaternarios (arcillas, arenas, gravas, etc.)”, explican desde la página web oficial del concejo.

Tierra de pinturas rupestres y petroglifos

Los humanos han dejado rastros de su existencia desde que aparecieron en el planeta. Una costumbre que puede estar fea en tiempos actuales, pero que sirve para estudiar qué hicieron los antepasados en su momento. En Outeiro de Rei se han encontrado pinturas rupestres y petroglifos, como los de Pena Serrada; además de mámoas (túmulos funerarios) como la Medorra da Pedra Dereita, en Martul. Esto demuestra que en el Paleolítico hubo bastante ambiente por el territorio.

Petroglifos. Cortesía del concejo de Outeiro de Rei.
Petroglifos. Cortesía del concejo de Outeiro de Rei.

Los petroglifos de Pena Serrada, que pertenecen a la parroquia de Aspai, fueron descubiertos en 2016 por los investigadores Xabier Moure y Brais Rodríguez Romero. Apenas un año después, en 2017, la Dirección General de Patrimonio Cultural de Galicia los declaró Bien de Interés Cultural (BIC).

Situados a 532 metros de altura sobre el nivel del mar, los petroglifos muestran diferentes círculos concéntricos y cazoletas. Los motivos apenas son perceptibles, pues están bastante deteriorados debido a la acción erosiva. No obstante, en algunos puntos es posible intuir la silueta de herraduras que, según la leyenda popular, son las huellas del caballo del apóstol Santiago. Fuentes más verificables indican que las herraduras podrían datar de la Edad Media, mientras que las cazoletas serían de la Edad de Bronce.

Penas de Rodas, Lugo
Penas de Rodas, en Lugo. Por Turismo.gal

Otro de los lugares más especiales del concejo para seguir disfrutando de la Prehistoria es el área recreativa de Penas de Rodas, perteneciente a la parroquia de Gaioso. Se trata de un conjunto de dos enormes pelotas de piedra granítica, también conocidas como bolos de disyunción, emplazadas en una elevación a 619 metros sobre el nivel del mar. Hay teorías que dicen que los prerromanos hacían allí rituales de culto, mientras que otras apuntan que fue una especie de estación astronómica rudimentaria. 

Por supuesto, como no podría ser de otra manera en Galicia, el lugar tiene una leyenda asociada que dice que una de las dos rocas contiene oro en su interior. Ese tesoro sería para la primera persona que consiguiera romperla y llegar a él, aunque la contraparte es que la otra está rellena de tanto alquitrán que, si saliese, inundaría el planeta. Como no se puede saber cuál es cuál, nadie se ha atrevido a comprobarlo (y mejor que continúe siendo así).

Tesoros naturales para el baño

Salto del Piago. Cortesía del concejo de Outeiro de Rei.
Salto del Piago. Cortesía del concejo de Outeiro de Rei.

El paso del río Miño por el concejo ha formado diversos paisajes que no solo son disfrutables para la vista y los pulmones, que se llenan de aire limpio, sino que también son un increíble refugio climático. Existen varios puntos en los que es posible disfrutar de refrescantes baños. Por ejemplo, en el área recreativa del Campo de Santa Isabel, a la orilla del lugar en el que el Miño se junta con el río Ladra. A la sombra de un robledal se puede nadar, así como practicar la pesca. Además, allí también está el centro de interpretación de la Reserva da Biosfera Terras do Miño.

Otro buen punto para el chapoteo es el salto del Piago, donde el río pasa por piedras y accidentes geográficos que lo convierten en cascadas. Pertenece a la parroquia de Robra y está cerca de una pequeña central eléctrica. Además, el Miño y la tierra también han dado lugar a diversas islas, de las cuales la más conocida es la de San Roque que, junto con la de Trabanca y la de Santa Mariña o Baixo, conforman un archipiélago fluvial. Son las representantes de los humedales de Terra Chá.

Puente colgante de Parada. Cortesía del concejo de Outeiro de Rei.
Puente colgante de Parada en Lugo. Cortesía del concejo de Outeiro de Rei.

Otra ínsula bien famosa es la que se sitúa en la parroquia de San Xoan de Parada, llamada isla de Arriba o Seivane. Lo más característico del lugar, además del propio paisaje, es el puente colgante que hay que atravesar para llegar a ella. Tiene una longitud de unos 30 metros y conviene pasarlo con cuidado, sin demasiadas personas a la vez. En la entrada hay un refugio de pescadores y un área recreativa.

Para llegar a todos estos puntos geográficos existen rutas señalizadas que los aficionados al senderismo pueden combinar para conocer la zona. Una de las más completas es la de Camino del Miño, que pasa por el área de Santa Isabel, el salto, el puente de Piago y el puente colgante de Parada. Tiene una longitud de 14 kilómetros, es circular y su nivel de dificultad es fácil. Se completa en cuatro horas y 25 minutos, aunque todo depende de las paradas que se realicen. 

Otro tipo de patrimonio

Ruta Camino del Miño. Puente colgante de Parada. Cortesía del concejo de Outeiro de Rei.
Ruta Camino del Miño. Cortesía del concejo de Outeiro de Rei.

Además de la naturaleza y las huellas de los antepasados milenarios, en Outeiro de Rei también hay otro tipo de patrimonio. Están, por ejemplo, los templos religiosos como la iglesia parroquial de Aguiar, en San Lourenzo, que data del siglo XVII y es de estilo barroco. Otra muestra interesante es la capilla de la cofradía de Nuestra Señora del Rosario, situada en Bravos, que se construyó en el siglo XII con piedra de cantería. A lo largo de los años se restauró en diversas ocasiones, una de ellas en el siglo XV (hay una inscripción que lo indica).

Los cruceros son también muy representativos del concejo. En total hay 21, están elaborados con granito y suelen tener alguna escultura que representa motivos importantes del cristianismo, como la Piedad o el Cristo en la Cruz. Se encuentran en las confluencias de caminos, en los márgenes de las carreteras o vías similares.

Cerámica de Bonxe. Cortesía del concejo de Outeiro de Rei.
Cerámica de Bonxe. Cortesía del concejo de Outeiro de Rei.

Además del religioso, Outeiro de Rei también tiene otras muestras de patrimonio popular como los molinos, que fueron centros de reunión muy importantes en el pasado; los pazos, como el de Miraz en San Pedro de Arcos; o las casas señoriales, como la de los Andrade en Castelo. La cerámica de Bonxe es una muestra de artesanía ancestral propia del lugar. Casi habría desaparecido de no ser por Josefa Lombao Ferro, Pepa, que continúa con esta tradición familiar. Merece la pena acercarse a su taller para conocer un arte tranquilo que sobrevive pese a los envites de la modernidad. 

Perfil Carmen López, periodista

Carmen López

Soy periodista y escribo sobre cosas que importan en sitios que interesan desde hace más de una década.

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