Ruta por la senda de Bujanda: el secreto mejor guardado del corazón vasco

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15.06.2025

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Senda de Bujanda, en el parque natural de Izki. Por joseignacio.
Senda de Bujanda, en el Parque Natural de Izki. Por joseignacio.

Levantarse, preparar los bocadillos, llenar la cantimplora, vestirse con ropa cómoda y salir al exterior. Los preparativos previos al senderismo tienen más de ganas que de esfuerzo: se trata de un entretenimiento que no requiere demasiados enredos y que es tan sano como agradable. Uno de los posibles recorridos que se prestan a disfrutar en la península ibérica es la senda de Bujanda, en el Parque Natural de Izki, Álava.

Ruta por la senda de Bujanda

Senda por el parque natural de Izki, en Álava. Por Néstor MN.
Senda por el Parque Natural de Izki, en Álava. Por Néstor MN.

Perfecta para realizar en familia o en grupo, se trata de una ruta que tiene 3,5 kilómetros de ida y se completa en una hora aproximadamente. El nivel de dificultad es bajo porque apenas tiene desnivel (unos 100 metros), ni tramos complicados. Se puede transitar en cualquier época del año aunque, evidentemente, es mejor escoger un día que haga buen tiempo. Y siempre es necesario recordar que hay que llevar agua de sobra, calzado adecuado y protección solar, aunque la jornada esté nublada.

Longitud: 3,5 kilómetros

Dificultad: fácil

Tipo de ruta: lineal

La senda de Bujanda parte de la localidad de Korres, cerca de la conocida como cueva La Ballena, en la zona sur del pueblo. Solo hay que caminar unos metros hasta llegar a la pista por la que se desarrolla el camino, que gira hacia la izquierda. El trazado bordea el barranco de Izqui, con setos a los lados, y llega hasta la presa de Aranbaltza, que lleva allí alrededor de cien años. Es uno de los principales puntos de referencia cuando se habla de esta ruta.

Los pasos siguen el curso del río, con las paredes calcáreas del monte de La Muela y el Soila al lado. En determinado momento, el canal de agua que alimenta la presa se cruza a la derecha. Desde ahí se puede disfrutar de la vista de la aliseda del barranco, antes de salir de la pista y tomar una senda que nos dirige a un claro desde donde se ve mejor el Soila y la peña del Castillo

La siguiente ‘aventura’ del recorrido es cruzar el río por el puente Lagabia y caminar hasta Bujanda a través de una zona abierta, donde hay cultivos y setos, en la que se ensancha el desfiladero. Al llegar al punto final se puede pasar tiempo en el pueblo (recomendable) o dar media vuelta y volver al inicio por el mismo camino por el que se llegó.

Qué ver en Korres

Korres. Por Asier Sarasua Garmendia.
Korres. Por Asier Sarasua Garmendia.

Los dos extremos de la senda de Bujanda se encuentran en el corazón del Parque Natural de Izki, en un entorno privilegiado. Korres, el punto de partida, tiene tres calles conformadas por casas rehabilitadas y pasadizos que recuerdan su pasado medieval. 

Resulta que este pequeño rincón de Álava fue motivo de fricción entre los reyes Alfonso VIII de Castilla y Sancho el Sabio y su hijo Sancho el Fuerte de Navarra, ya que querían poseerlo. Su interés se debía a la cercanía del castillo de la Portiella (o de los Moros), que se encontraba en la salida del barranco de la Presa.

Según la historia, su posesión pasó de mano en mano de diferentes linajes como los Lazcanos o los marqueses de Valmediano. La construcción de la presa de Aranbaltza y los yacimientos de asfalto de la mina San Ildefonso, que se empezaron a explotar, hicieron que su actividad económica se industrializase. A día de hoy, el pueblo apenas tiene habitantes.

Iglesia de San Esteban, en Korres. Por Néstor MN.
Iglesia de San Esteban, en Korres. Por Néstor MN.

Su principal reclamo patrimonial es la iglesia parroquial dedicada a San Esteban, que data del siglo XVI, aunque fue sometida a restauraciones en el siglo XVIII. A ese tiempo pertenece su pórtico, mientras que su portada es renacentista. A quien le apetezca caminar un poco, se puede acercar a la ermita de la virgen de la Peña, construida en una parte rocosa pegada a la carretera. Cabe destacar, como curiosidad, que muchas de las casas tienen colgado en su puerta un amuleto conocido como Eguzkilore que, se supone, protege los hogares de espíritus negativos y mala suerte.

Qué ver en Bujanda

Este pueblo pertenece al municipio de Campezo y es antiquísimo: ya se menciona –con el nombre de Buszanda– en documentos que datan del año 1071. Pero, además de por su largo recorrido vital y por ser el punto final de la senda a la que da nombre, es un lugar de referencia para los creyentes cristianos.

Bujanda/Buxanda en Álava. Por JosebaAbaitua.
Bujanda/Buxanda en Álava. Por JosebaAbaitua.

Resulta que en su iglesia parroquial de la Asunción de Nuestra Señora descansan los restos incorruptos de San Fausto Labrador. Su lugar de nacimiento fue Alguaire, por lo que algunos fieles viajan hasta Álava el día de su festividad, el 14 de octubre. A este santo se le atribuyen diversas propiedades: curar a los enfermos, provocar la lluvia en tiempos de sequía y la fecundidad, por lo que muchas personas que quieren descendencia confían en sus capacidades. 

Son frecuentes los exvotos u ofrendas de los solicitantes o los agraciados. Parece ser que algunos personajes históricos ilustres pasaron por allí para presentar veneración, como las reinas Isabel II, María Luisa de Parma o María Isabel de Braganza. 

Muchas casas del pueblo están diseminadas por la montaña y algunas todavía lucen escudos de armas de las familias propietarias como los Castillos, Arrietas o Sagasti. Para aquellos que se acerquen con niños –la senda es perfecta para llevar a los más pequeños de la casa– pueden acercarse al parque infantil que está en el pueblo. Además, también hay diversos restaurantes donde disfrutar de la gastronomía vasca. Una oportunidad que no se debe dejar pasar sea cual sea el momento en el que se presente.

Perfil Carmen López, periodista

Carmen López

Soy periodista y escribo sobre cosas que importan en sitios que interesan desde hace más de una década.

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