Rutas por la sierra de Entzia: laberintos naturales para perderse
Escrito por
05.01.2025
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Cuesta pasear por la sierra de Entzia, en Álava, y no preguntarse si todo lo que se ve es natural. Es difícil creer que la mano del ser humano no ha moldeado algunos de sus paisajes con siluetas caprichosas. Pero así es. Esta continuación montañosa de la navarra sierra de Urbasa aguarda en su interior auténticos laberintos esculpidos en la piedra, como el de Arno y Katarri, en los que no ha habido ninguna intervención antrópica.
Pero la sierra de Entzia es mucho más. Es un espacio de pastos y bosques, la mayoría hayedos, que se eleva repentinamente frente a la llanura alavesa, a escasos kilómetros de Vitoria-Gasteiz y entrando por Agurain/Salvatierra. También es un enclave de monumentos megalíticos de gran valor y reflejo de la larga tradición pastoril de la zona. Te contamos las mejores rutas para conocer sus puntos más interesantes.
Ruta por los laberintos de Arno y Katarri
La sierra de Entzia es todavía relativamente desconocida, así que no suele estar muy masificada. Al menos, no suele tener la misma cantidad de gente que otras montañas cercanas más populares (como Gorbeia, Aizkorri o Urbasa). Aunque sí es más famoso el puerto de Opakua, que es el que tenemos que subir en coche para iniciar la ruta por los laberintos de Arno y Katarri.
Este alto suele salir en la tele cuando llegan las primeras nevadas. Así que ojo si queréis hacer una escapada en invierno. Consultad primero la meteorología, ya que es probable que la circulación esté cerrada o que sea necesario llevar cadenas.
Longitud: 8,5 kilómetros
Dificultad: baja
Tipo de ruta: circular
Dicho esto, la ruta de los laberintos de Arno y Katarri para perderse por la sierra de Entzia es relativamente sencilla, apta para familias. Podemos hacerla más completa y circular, caminando unos 8,5 kilómetros con apenas desnivel (160 metros). Te recomendamos seguir esta ruta de Wikiloc. Bájate el track para guiarte, ya que sobre el terreno, no hay marcas ni carteles que indiquen hacia los laberintos naturales.
Se deja el coche en el aparcamiento de la fuente de los Alemanes. Siguiendo la carretera de la localidad de Opakua, al llegar al puerto con el mismo nombre, a 1.020 metros de altitud, hay que tomar una pista asfaltada que anuncia la entrada a la “parzonería de Entzia”. Se refiere a una entidad propia con una forma de gestión del espacio que deriva de una especie de comunismo medieval: todo es de todos, pero siguiendo unas reglas establecidas.
Muy cerca de la zona de parking está la balsa de los Alemanes, un rincón idílico con un pequeño lago artificial (en ese caso sí que ha entrado la mano del ser humano). Lo dejaremos atrás para adentrarnos en un bosque. En unos 2 kilómetros nos toparemos con la primera maravilla rocosa de la naturaleza: el conocido arco de Zalanportillo. Cerca hay cuevas y formaciones rocosas de lo más curiosas, como una muy grande que parece que esté haciendo equilibrismos y que se vaya a caer en cualquier momento. Más adelante veremos el arco de Katarri, que parece una entrada de bienvenida a conocer los misterios del bosque.
Aunque la ruta no es demasiado larga, conviene ir con tiempo (calcula unas tres horas), ya que vale la pena perderse por sus laberintos naturales y contemplar, sin prisas, las formaciones caprichosas en la roca entre una exuberante vegetación, como musgo y hayedos. Te saldrás del camino marcado en más de una ocasión para admirar lo que es capaz de hacer la naturaleza. El recorrido propuesto también hace un ligero ascenso a la cima del Lazkueta, que está a 1.123 metros de altitud.
Ruta por el parque megalítico de Legaire
Otra propuesta para descubrir la sierra de Entzia es seguir los pasos de sus costumbres y tradiciones milenarias. Y es que aquí es donde se encontró el primer menhir de Álava en el año 1919: el menhir de Akarte. Desde entonces, fueron surgiendo otras construcciones megalíticas hasta llegar a contar con 14 menhires, numerosos túmulos, dos dólmenes y un crómlech. Un conjunto impresionante que conforma el actual parque megalítico de Legaire.
Recientemente, entre 2018 y 2019, muchos de estos monumentos megalíticos fueron devueltos y recolocados a su posición original. Se les acompañó de paneles informativos que explican por qué están ahí y qué simbolizaban.
Sugerimos hacer la ruta megalítica de Legaire, en la sierra de Entzia, siguiendo este track. Son poco más de 8 kilómetros con muy poco desnivel, unos 200 metros, por lo que es apropiada para el público general. Comienza desde el aparcamiento de Legaire, donde nos recibe un panel informativo con los elementos prehistóricos más destacados del lugar.
Longitud: 8 kilómetros
Dificultad: baja
Tipo de ruta: circular
La visita se hace de forma libre. Te recomendamos cruzar por el medio de las campas y coger como referencia al fondo la cruz de Mirutegi para observar la mayoría de las construcciones megalíticas. Si os quedáis con ganas de más, siempre podéis alargar la ruta y subir el monte Mirutegi, una de las cimas más visitadas y simbólicas de la sierra de Entzia.
Otros atractivos que visitar en la sierra de Entzia
Podemos acabar de exprimir la visita a la sierra de Entzia con otros enclaves muy llamativos, como el Ojo de Legunbe, un agujero hecho en la roca en el monte con el que comparte nombre y al que se puede llegar desde las campas de Legaire. Una ruta de unos 8 kilómetros que nos sube hasta los 1.174 metros de altitud.
Otro lugar interesante es la “frontera” que separa la sierra de Entzia de la vecina sierra de Urbasa (Amescoas). Se podría cruzar sin problemas, si no fuera por el bloqueo que supone un muro de piedra de 1,40 metros de alto y 7 kilómetros de longitud que se alzó en 1920 para evitar la libre circulación de vehículos y de ganado foráneo. Un reflejo de la desconfianza y de la lucha por los recursos naturales del momento, y por separar bien las propiedades entre Navarra y Álava. En la actualidad todavía existe ese muro.
Raquel Andrés
Periodista y aventurera. Me has podido leer en Escapada Rural, Diari Nosaltres La Veu, La Vanguardia, El Salto y otros medios. Habitante y amante de las zonas rurales, sea cual sea el destino. Procuro escaparme una vez por semana con las botas de montaña, el arnés o el neopreno. También soy un intento de baserritarra.
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