La senda mitológica del monte Tejas, una ruta con niños con mucho encanto

Escrito por
04.05.2025
|
10min. de lectura
El ojáncano, una de las figuras de la senda mitológica del monte Tejas (Cantabria). Por Ayuntamiento de San Felices de Buelna.
Índice
- Cómo se creó la senda mitológica del monte Tejas
- Una repercusión desbordada
- Una labor creativa de la que no se atisba el final
- Cómo llegar a la senda mitológica del monte Tejas
- El recorrido de la senda mitológica del monte Tejas
- Las figuras de la senda mitológica del monte Tejas
- Un trabajo respetuoso con el entorno del bosque
- “No veo la forma de parar”, dice Terio
- Un bosque revitalizado por la iniciativa de Terio

Las rutas mitológicas y los bosques encantados son perfectos para una escapada familiar. De esta manera, los más pequeños de la casa le van cogiendo el gustillo a esto del senderismo. Este tipo de senderos suelen estar ubicados en entornos naturales con mucho encanto, a los que añaden alicientes misteriosos, como figuras de personajes relacionadas con las leyendas locales. Es el caso de la senda mitológica del monte Tejas, una ruta con niños en Cantabria cada vez más popular.
La senda mitológica del monte Tejas, ubicada en Tarriba (San Felices de Buelna), ofrece un completo recorrido por las leyendas de Cantabria a través de más de 70 de sus personajes. Nos toparemos con el cúlebre, el ojáncano, las anjanas o el musgoso, todos ellos tallados en madera de forma artesanal y escondidos en el bosque. Sin duda, una de las maneras más divertidas para que los pequeños descubran sus raíces y estén en contacto con la naturaleza en la comarca del Besaya. ¡Vamos allá!
Cómo se creó la senda mitológica del monte Tejas

El creador de la senda mitológica del monte Tejas tiene nombre y apellidos: Emeterio Lombilla Portillas, alias Terio, un artesano de la madera de San Felices de Buelna. Un buen día, en 2021, el hasta entonces anónimo artista tuvo una feliz idea: esconder en el bosque una de sus creaciones, un trastolillo. Su intención no era otra que alegrar los paseos de las familias que buscaban recuperar el contacto con la naturaleza tras la pandemia del Covid-19.
“Tenía la idea desde hace tiempo, pero por problemas con los permisos no lo habíamos podido llevar a cabo”, nos confiesa el artista. Cuando por fin acabó el confinamiento, Terio salía todos los días al bosque “a dar la vueltuca con la mujer” y no podía soportar “ver a los niños tristes y lloriqueando, porque no podían estar con los amigos”. “Algo tengo que hacer”, pensó.
Una repercusión desbordada

No se imaginaba entonces Terio la repercusión que alcanzaría su idea. Tal éxito tuvo que las imágenes del inquietante hallazgo se viralizaron en las redes sociales. El buzón de sugerencias municipal pronto se inundó de peticiones para que creciese el número de pobladores mágicos del bosque. “Fue un auténtico boom, desde luego que no lo esperábamos”, comenta.
A raíz de aquello, “el alcalde me dijo que hiciera todos los personajes que quisiera con los troncos secos y los árboles caídos del bosque, que él se encargaría de los permisos”, señala. Así que “yo iba siempre que podía al monte y poco a poco me fui animando”, explica.
Una labor creativa de la que no se atisba el final

Dicho y hecho: ya con el apoyo del consistorio, Terio se puso manos a la obra. Agarró la motosierra, las gubias y los formones y, talla que te talla, comenzó a llenar con sus creaciones aquel bosque que tan bien conoce. Hoy son ya más de 70 los personajes mitológicos y costumbristas de Cantabria que podemos descubrir entre estos centenarios hayedos, robledales y tejeras. Y la intención es seguir aumentando esta curiosa familia.
El paraje fue cobrando tal interés turístico y cultural que se hizo necesaria una mejora de los accesos y la señalización de la ruta. “Los fines de semana era una pasada, el ayuntamiento tuvo que poner trabajadores a controlar los vehículos en el pueblo; un día contaron más de 1.200 visitantes”, señala Terio. El pueblo de Tarriba, donde se ubica la ruta, no llega a los 500 habitantes.
Finalmente, Turismo de Cantabria se decidió en 2022 a sufragar estos gastos y la ruta quedó oficialmente inaugurada con el nombre de “Parque de la Mitología y las Costumbres Terio Lombilla”, con la presencia del artista en la puesta de largo. No podía ser menos. En poco tiempo, gracias al empeño y el cariño de un humilde artesano autodidacta, la senda mitológica del monte Tejas se ha convertido en una de las rutas culturales más visitadas de Cantabria.
Cómo llegar a la senda mitológica del monte Tejas

Como decíamos anteriormente, la senda mitológica del monte Tejas se sitúa en el término municipal de San Felices de Buelna, en la comarca del Besaya (Cantabria). Concretamente, el paraje pertenece a la localidad de Tarriba. Partiendo desde el pueblo, hay que tomar las indicaciones hacia la cueva de Hornos de la Peña, saliendo por una pista forestal que podremos recorrer con nuestro vehículo sin ningún problema, ya que está bien acondicionada.
Una vez lleguemos al desvío hacia la cueva, hay que pasar de largo y continuar por la pista forestal. A unos 500 metros de la cueva, a mano izquierda, encontraremos un primer aparcamiento donde podremos estacionar. No obstante, todavía nos podemos aproximar más, ya que poco más de un kilómetro después encontraremos el aparcamiento del área recreativa del monte Tejas.
La entrada a la senda mitológica del Monte Tejas se encuentra en este punto, junto con un panel informativo de la ruta. Además, el área recreativa cuenta con una zona de merenderos y barbacoas, perfecta para coger fuerzas antes de iniciar la ruta o para reponerlas al finalizar.
El recorrido de la senda mitológica del monte Tejas
Longitud: 2 kilómetros
Dificultad: fácil
Tipo de ruta: lineal/abierta
La senda mitológica del monte Tejas tiene un recorrido abierto por el bosque, con alrededor de unos dos kilómetros de longitud. La ruta apenas tiene dificultad y, lógicamente, es apta para senderistas de todas las edades y perfecta para recorrer en familia. Sin embargo, no es un recorrido adecuado para personas con movilidad reducida ni carritos de bebé, ya que el suelo del bosque es irregular y hay que cruzar varias veces el arroyo. Se recomienda, como siempre, llevar ropa cómoda y calzado adecuado para caminar por el bosque.

La duración de la ruta depende de cuánto nos adentremos en bosque en busca de las figuras mitológicas y cuánto tiempo se entretengan los peques ‘jugando’ con ellas y haciéndose fotografías. Unas dos horas, aproximadamente, es tiempo más que suficiente para descubrir todas las figuras y recorrer el bosque con tranquilidad.
El sendero discurre entre hayas, robles, abedules, fresnos y tejos, en un entorno de una naturaleza exuberante en el que nos acompañará el rumor del agua proveniente del arroyo… y seguramente también el griterío de los chiquillos. El toque mágico lo añaden esas figuras surgidas de la imaginación de Terio, actualmente más de 70, si bien el autor reconoce que “ya he perdido la cuenta”.
Las figuras de la senda mitológica del monte Tejas

La mayoría de las figuras de la senda mitológica del monte Tejas representan a los seres legendarios de la mitología de Cantabria. Otros son personajes tradicionales o animales del bosque. Podemos toparnos con el terrible cúlebre, la adorable sirenuca, el extraño ojáncano, un tótem de enanucos, una osa pariendo, un aquelarre completo de brujas cántabras o la entrañable viejuca, entre muchos otros.
“No es que tenga una favorita, a todas las tengo cariño, pero a mí personalmente siempre me gustaron el musgoso y el arquetu”, nos confiesa Terio. El primero, con su extraña zamarra de musgo seco, se dedica a avisar a pastores y leñadores de los peligros del bosque. El arquetu, por su parte, es un anciano pelirrojo que recorre los montes y valles cántabros ayudando a la gente a administrar su dinero, dando monedas a quien lo necesita y castigando a quien lo derrocha.
Un trabajo respetuoso con el entorno del bosque

Terio ha tratado de respetar al máximo el entorno natural de un bosque “que conozco desde niño, porque soy de aquí, y que me tiene enamorau”. “Son muñecones a tamaño natural, interpretaciones a mi manera de las leyendas cántabras -explica-. Los quise hacer brutotes, para que fueran duraderos, y respetar los tonos de color del bosque, que no fuese una cosa fosforita, estridente… la gente lo aprecia, e incluso algunas figuras cuesta encontrarlas”.
Terio realiza siempre sus trabajos sobre troncos secos o árboles caídos por el viento, lo que contribuye a su vez a la limpieza del bosque. Es un proyecto sostenible. “Los vecinos me avisan cuando ven algún tronco que me puede interesar -reconoce-. Ahora estoy trabajando sobre una raíz seca que descubrí hace poco, quiero hacer un jabalí un poco más grande de lo normal”.
“No veo la forma de parar”, dice Terio

La familia mitológica sigue creciendo ya que, según comenta Terio, “no veo la forma de parar”. Sin embargo, últimamente el artesano se dedica más a labores de mantenimiento de su trabajo. “Son pequeños retoques en la pintura, o debido a los roces que producen los niños, porque la verdad es que la gente lo respeta muchísimo, no hemos tenido vandalismo como sí ha ocurrido en otros lugares de este tipo”, agradece.
Quien no tuvo tanto respeto fue una vaca tudanca, que hace poco la emprendió a cabezazos contra una de las figuras. “Me lo contó un vecino que vio la escena, y no me lo podía creer -relata Terio-. ¡Si las vacas pacen a mi lado mientras tallo los troncos! Así que fui al bosque a comprobarlo y la figura tenía la cabeza mirando para marte. Al final son daños colaterales de estar en plena naturaleza, ya está arreglado”.
Un bosque revitalizado por la iniciativa de Terio

Lo que queda claro es que Terio, con su esfuerzo e imaginación sin límite, ha conseguido dar vida al monte Tejas. “Es una pasada, hace ya seis años, pero es que subes un fin de semana que haga un rayo de sol y encuentras un centenar de coches como mínimo, con familias enteras, abuelos, padres y nietos”, dice.
El artista nunca ha querido recibir nada a cambio por su obra, aunque el propio alcalde le ha insistido una y otra vez en que ponga precio a sus esculturas. “Siempre me negué porque es algo que hago para el pueblo porque yo quiero -explica-. La única condición que le puse es que yo no cobro nada, pero el pueblo tampoco. Lo importante es darlo a conocer y que la gente lo disfrute”.
Miguel Perez
Me encanta el fútbol, leer, viajar, descubrir nuevos destinos y contártelos
Etiquetas
Si te ha gustado, compártelo