Camino Lebaniego a su paso por San Vicente de la Barqueira, Cantabria

El Camino Lebaniego discurre entre San Vicente de la Barquera y el monasterio de Santo Toribio. Descubre todas las maravillas que encontrarás aquí

Ferrería de Cades

Durante el recorrido podrás disfrutar de diferentes experiencias. Desde visitar la Ferrería de Cades hasta hacer un taller de costura de redes de pesca

Paisajes del Camino Lebaniego

A lo largo de sus 72 kilómetros, atravesarás valles, desfiladeros y bosques frondosos disfrutando de vistas panorámicas y una rica biodiversidad

Quesos de Liébana

A lo largo del Camino podrás saborear una rica gastronomía, destacando la variedad de materias primas provenientes del mar, ríos, pastos y huertas locales

Calles de Potes, Cantabria

El territorio por el que atraviesa el Camino Lebaniego cuenta con un agenda cultural de lo más emocionante. Vive las experiencias más auténticas con sus vecinos

Camino Lebaniego, Cantabria

Para que puedas realizar un recorrido tranquilo y seguro, aquí encontrarás algunos consejos que te ayudarán a preparar la mochila y todo lo que tienes que tener en cuenta

Escapadarural

Dónde dormir

Para disfrutar al máximo del Camino Lebaniego reserva un encantador alojamiento rural

Camino Lebaniego: naturaleza, sabor y experiencias únicas en cada paso

El Camino Lebaniego comienza en la costa, en San Vicente de la Barquera, un pueblo marinero encantador donde el mar Cantábrico saluda a los viajeros con brisa salada y vistas de postal. Desde ahí, el camino se adentra hacia el interior, subiendo poco a poco por valles verdes, ríos cristalinos y pueblos que parecen sacados de cuento.

En tan solo 72 kilómetros, te encontrarás atravesando escenarios completamente distintos: desfiladeros estrechos como la Hermida, bosques frondosos de robles y hayas, y finalmente, las imponentes montañas de los Picos de Europa, con el Monasterio de Santo Toribio de Liébana como destino final. No necesitas ser experto en senderismo para hacer este camino, pero sí tener ganas de dejarte sorprender por una naturaleza generosa y siempre cambiante.

Y claro, caminar abre el apetito. Una de las grandes sorpresas del Camino Lebaniego es su gastronomía: rica, tradicional y con carácter. Aquí no se come por obligación, se come con gusto. En cada pueblo puedes probar platos que mezclan la herencia marinera y montañesa de la región.

Más allá de caminar y comer (que ya es bastante), el Camino Lebaniego ofrece muchas más experiencias. Puedes hacer rutas en bici, participar en talleres artesanales, visitar queserías, conocer la Ferrería de Cades o simplemente sentarte a ver un atardecer sobre las montañas mientras escuchas el silencio. Sí, el silencio también se escucha aquí.

Ya sea que lo hagas por fe, por deporte, por curiosidad o por puro placer, el Camino Lebaniego tiene algo para ti. Es corto pero intenso, accesible pero salvaje, y lo suficientemente variado como para que cada día sea distinto al anterior. ¿A qué esperas?

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Caroline Dalprá

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