A 15 grados en julio: este precioso pueblo del Pirineo catalán es un refugio climático

Escrito por

08.08.2025

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6min. de lectura

Vielha, en el Val d'Aran. Por Zedspider.
Vielha, en el Val d’Aran (Lleida). Por Zedspider.

Uno de los conceptos del verano desde hace unos cuantos años es el de ‘refugio climático’. Hace mucho calor y las consecuencias para la salud física, el estado de ánimo y el ritmo de la vida son cada vez más evidentes. Muchas personas del norte del país, que quizá no entendían la importancia que se le da a la siesta en el sur, ahora han empezado a comprender que a 35 grados a la sombra no es recomendable hacer muchos esfuerzos. Por eso, las miradas de quienes planifican escapadas se dirigen a lugares como Vielha, el pueblo del Val d’Aran (Lleida) en el que a finales de julio estaban a unos 15 grados. Que nadie salga sin chaqueta, que refresca.

«No sabemos decir si Vielha es un refugio climático», explican desde el organismo de turismo del Val d’Aran a EscapadaRural, «lo que está claro es que al ser un valle que mira al norte tiene un clima más bien fresco y húmedo». Como no han hecho encuestas al respecto de si el clima es un factor decisivo a la hora de que las personas escojan esa zona como destino vacacional, no tienen datos precisos. Pero dicen: «Sí que hemos notado un aumento del turismo en época estival en los últimos años. Sobre todo, después de la pandemia provocada por la covid del año 2020″.

Con lengua propia

Vielha. Por rugercm.
Vielha, en el Pirineo catalán. Por rugercm.

Vielha es la capital de Val d’Aran, un lugar que sorprende por muchos factores. Uno de ellos está relacionado con su cultura. Resulta que en esta zona tienen su propia lengua, el aranés. Es una variante de la lengua occitana y es oficial, como el castellano y el catalán, desde la aprobación de la Ley 16/1990, en cuyo artículo dos se reconoce esta cuestión, según la información ofrecida por el Consejo General de Aran. Actualmente, unas 2.500 personas utilizan el aranés en su día a día, así que no es extraño que expresiones como ‘òc’ y ‘plan’ (‘sí’ y ‘bien’ en castellano) suenen constantemente en el pueblo.

Un pueblo tradicional en el Pirineo catalán

La arquitectura de las casas que conforman su centro histórico es la clásica del valle. Se reconoce a primera vista por los tejados, construidos en pizarra –hasta el siglo XIX eran de paja– y con inclinación. Tienen forma de pico para evitar que la nieve se acumule y rompa la parte superior del edificio por el peso, también tienen salida para la chimenea. Las paredes, por lo general, son de piedra robusta, y las ventanas y puertas, de madera (con el tiempo se han reforzado con otros materiales más aislantes, pero algunas han mantenido su estética). 

Vielha, en Lleida
Vielha, en Lleida. Por Tomas

Otro elemento distintivo del pueblo es el agua que fluye por su territorio gracias a la confluencia del río Garona y su afluente Nere. Esto produce una separación de la localidad en dos partes que se atraviesa a pie a través de varios puentes. En su patrimonio religioso destaca por encima de todo la iglesia de Sant Miquèu, un templo que se empezó a construir entre los siglos XII y XIII. Su estilo es románico con elementos del gótico, ya que se erigió durante la transición de uno a otro. 

Originalmente, la iglesia era la capilla de un castillo del que no queda más rastro que la torre incluida en el Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña. Tiene un aire a fortificación, data del siglo XVI y mide 40 metros. En su interior reside una curiosa talla conocida como el Cristo de Mig Aran, del siglo XIII y estilo románico. Representa el busto del venerado, sin brazos y con unos rasgos faciales muy marcados, casi geométricos.

Iglesia de Sant Miquèu, en Vielha. Por lunamarina.
Iglesia de Sant Miquèu, en Vielha (Lleida). Por lunamarina.

Entre sus referentes civiles está el Museo de la Lana, una actividad que dio sustento económico al pueblo en el siglo XIX. La factoría la fundó por el vecino Rafael Portolés Lafuste, quien aprendió el oficio en Francia, y aprovechó la fuerza generada por el caudal del río. Su hijo, Jusèp Portolés Fontà, tomó el relevo hasta que, en los años 60, cerró definitivamente después de años de reducción progresiva de la producción. A día de hoy, se puede visitar su sede, en la que se conserva la máquina de hilar Mule Jenny, todo un clásico de dicha industria.

En la calle Mayor del pueblo se conserva la casa señorial Ço de Rodès, un edificio de estilo gótico-renacentista del siglo XVII (aunque se restauró recientemente). Está catalogada como Monumento Histórico por la Generalitat de Catalunya desde 1980. Otro punto de interés es el Museo Etnográfico, situado en la torre del General Martinón, un inmueble del siglo XVII con elementos renacentistas. 

Emoción en la naturaleza

Vielha, al que muchas veces se le ha comparado con Suiza (o con la imagen popular que se tiene de ese país), siempre ha tenido más fama entre los aficionados al esquí -gracias a su estación Vielha-Baqueira– que entre los visitantes veraniegos. Pero, desde hace algún tiempo, algunos de los divertimentos que ofrece el pueblo en invierno también se pueden disfrutar en verano. Es el caso del telesilla de Blanhiblar, que se eleva hasta los 2.245 metros y permite explorar varias rutas de senderismo una vez llegados a la cima.

Cascada Saut Deth Pish. Por Antonioguillem.
Cascada Saut Deth Pish, en el Pirineo catalán. Por Antonioguillem.

Además, aquellos que tengan ganas de emociones en la naturaleza también pueden visitar Naturaran, el parque de aventura en los árboles que tiene tirolinas, rocódromo y otras actividades del estilo. Asimismo, en los alrededores de Vielha hay tres vías ferratas adecuadas para quienes quieran probar la escalada o practicarla. No es necesario contratar a un guía, aunque siempre es recomendable, sobre todo si no se conoce la zona.

A menos de 20 kilómetros del pueblo, hay otro regalo natural que se queda grabado en la memoria de quien lo visita. Se trata de la cascada Saut Deth Pish (Salto del Pez en castellano) y está compuesta por dos saltos: el más alto, de unos 20 metros, que cuando va cargado es todo un espectáculo; y otro más pequeño, de unos cinco metros. Se puede llegar a pie después de dejar el coche unos metros más atrás, en un aparcamiento habilitado. Vielha es arquitectura y naturaleza alejadas del calor.

Perfil Carmen López, periodista

Carmen López

Soy periodista y escribo sobre cosas que importan en sitios que interesan desde hace más de una década.

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Comentarios

  1. Carmen 11 de agosto de 2025 a las 00:45 - Responder

    Estuve en julio del 2024 en Vielha, una semana por el valle de Aran. Nos hizo 32 grados!!! Y además ni un ventilador en el hotel.

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Montaña de Montserrat, en Barcelona.