13 Casas rurales en Pedraza

¿Te apetece pasar unos días en una villa medieval segoviana? ¡Toda ella es un monumento! Los pedrazanos viven a 1.073 metros de altitud en un promontorio pétreo con vistas exquisitas. Sus antepasados revistieron también de piedra sus hogares y una muralla abraza todo el conjunto.

El río Cega transcurre no demasiado ajeno a todo esto. Se cree que sus valles fueron ocupados en la prehistoria, y que la zona que nos ocupa también fue habitada por celtíberos y romanos (hay quien dice que hasta el mismo emperador Trajano procedía de aquí). También pasaron los árabes. Si todo el mundo quiere establecerse en Pedraza...¡por algo será! ¿Vienes a sacar tus propias conclusiones?

El aeropuerto de Madrid-Barajas es una buena primera opción para acercarse. También Segovia capital si llegas en tren. Siempre que completes la ruta en autobús. En coche, desde Madrid, sigue la A-1 o la A-6 (te separarán 1 hora y 30 minutos).    

Algunos apuntes de historia

El primer documento que habla de Pedraza es del siglo X, y lo hace a propósito de las luchas contra la dominación musulmana. Del siglo XIV al XIX, Pedraza estuvo bajo dominio señorial. Se establecieron señores de la Casa Velasco y ésto se tradujo en el afloramiento de casas nobles blasonadas.

También fue un polo de atracción para ganaderos ricos que buscaban poder llevar sus ovejas merinas a pastar en prados comunales. La lana castellana llegó a viajar a Florencia y Brujas, y en la Velilla (una localidad de su término municipal) hubo un lavadero de lana hasta el siglo XIX.

Tómate tu tiempo en estos lugares

• La puerta de la Villa: la llave para atravesar la muralla y entrar de súbito en el medievo.
• La calle Real, la arteria principal. Con tus pasos irán surgiendo revelaciones: la Casa de Pilatos (un caserón del siglo XVI), otra casa con entramado de ladrillo y madera en el último piso, escudos de familias como los Salcedo y los Ladrón de Guevara…
• La plaza Mayor, llena de encanto en toda su anchura: un perímetro dibujado por la iglesia (en el lado sur), el ayuntamiento y varias casas porticadas.
• La iglesia de San Juan Bautista. ¡Échale el foco más de cerca! Conserva restos de su estilo románico original y dispone de una bonita torre que se yergue con arquería en la cima. Por dentro muestra una faceta barroca, pero la pila bautismal (del siglo XIII) se mantiene fiel a sus orígenes.
• El castillo, del siglo XIII. Sus anchos muros encierran pedacitos de la historia y alguna que otra leyenda. En 1926 se instaló el pintor Ignacio Zuloaga y esta atalaya le sirvió de inspiración para inmortalizar rostros y paisajes pedrazanos. Van rotando, junto con otros, en las paredes del Museo Zuloaga.
• La Cárcel de la Villa, un edificio del siglo XIII donde descubrirás todos los detalles de las antiguas mazmorras.
• El pozo de las Hontanillas, junto a la muralla. Sus 15 metros de altura sirvieron de aljibe en momentos de asedio. Muy cerca empieza el Paseo Francisco Muñoz, que te brindará hermosas vistas.
• El Centro Temático del Águila Imperial, en la iglesia de San Miguel. Te acercará a esta ave como nunca antes lo has hecho. Desde aquí podrás seguir la Senda de las Tongueras (2,8 kilómetros, 1 hora, circular), que te revelará Pedraza desde otro prisma, asomado al mirador de las Tongueras.  

Otras maneras de hacer turismo

Si te invade el espíritu motero, puedes proponerte recorrer los casi 200 kilómetros de la ruta que, partiendo de la ciudad de Segovia, te llevará por los paisajes singulares de las hoces del Duratón. De camino, y con el pack, también recoge el Alcázar de Segovia, el castillo de Pedraza y la localidad de Sepúlveda.
También podrás enlazar la capital de Segovia con las hoces del Duratón a modo de peregrino siguiendo el Camino de San Frutos, que culmina en la ermita del mismo nombre. Incluye 17 municipios y Pedraza, claro está, es uno de ellos.

¿Quieres llevarte algún recuerdo?

Los muebles rústicos son uno de los fuertes de esta población, aunque pueden ser difíciles de cargar si tienes que volver a casa en tren o en avión. Si buscas algo más liviano, toma algo de repostería o pásate por algún comercio de platería. En artesanía popular, el estaño se marca un tanto.

Velas y dulzainas  

El verano va ligado a un son inconfundible: el de la dulzaina. Y es que la plaza Mayor es el marco que acoge los mejores dulzaineros de Castilla y León y Castilla-La Mancha para componer, años tras año, el Certamen de Dulzainas.

En julio, los vecinos se encargan de llenar Pedraza de puntitos de luz: casas, calles, tiendas, monumentos... Son los miles de velas que se encienden para crear una atmósfera única y acompañar, así, los mágicos Conciertos de las Velas en escenarios como la explanada del castillo.

Las fiestas patronales aquí llevan el nombre de la Virgen del Carrascal y son en septiembre. El día 8 todos andan en procesión con su imagen, con los hombres bailando jotas delante, y se hace la “subasta de palos” para ver quién se gana cargarla en sus hombros para entrarla en la iglesia. Los días siguientes se suceden otros actos, como el encierro. Se echa el cierre el día 12 con una apetitosa caldereta en la plaza Mayor.   

Si te quedan ganas de fiesta, hallarás la Festividad de Santiago (julio-agosto) en el núcleo de las Rades. Y desplazándote al de la Velilla podrás celebrar las fiestas de San José Obrero (abril-mayo), e intentar trepar por una cucaña para alcanzar un jamón, o festejar las del Salvador (agosto) enfrascado en una caldereta popular a su salud.   

De corderos asados y tapas medievales  

No hay duda, lo que mejor se les da a los pedrazanos (por lo que a cocina se refiere) es preparar suculentos guisos y corderos asados. Y probarlos se convierte en casi un ritual para todo visitante. En cuanto a dulces, las tahonas echan humo elaborando ricuras artesanales como soplillos y ponche segoviano.

Pero las singularidades no acaban aquí. Para creerte aún más que andas por una villa medieval, puedes probar qué tal era eso de alimentarse con los ingredientes que había antes de que los barcos marcharan hacia América. Lo comprobarás si te zambulles en el Certamen del Pincho y la Tapa Medieval.