Aprovecha las elevadas temperaturas del verano para hacer planes de “slow life”, de vida tranquila, olvidándote del reloj, de los horarios, de las preocupaciones y de las obligaciones. Come cuando tengas hambre y no cuando te lo marque el descanso del trabajo. Cena a la fresca, bajo la luz de la luna y volviendo a ver las estrellas en destinos sin contaminación lumínica. La Comunitat Valenciana es un destino privilegiado para todo esto en verano.
Lejos de las grandes masificaciones de la costa, la geografía valenciana tiene entornos naturales espectaculares y tranquilos donde desconectar de la rutina y con pozas y saltos de agua en los que refrescarse cuando aprieta el calor.
Les Fonts de l’Algar, en Callosa d’en Sarrià (Alicante)

Es una de las joyas naturales de la provincia de Alicante, a solo 15 kilómetros de Benidorm. Está declarado desde 2002 como Zona Húmeda Protegida y tiene una gran riqueza ecológica. Es algo así como un parque temático del agua, donde todo su recorrido es natural, formando fuentes, cascadas, manantiales, pozas (aquí se llaman “tolls”) en las que te puedes bañar, acequias centenarias todavía en uso…
Debido al turismo que visita el espacio, está muy bien preparado para las visitas, con consignas y áreas de picnic con mesas, sombras, aseos, máquina de refrescos y zona de juegos infantiles. Durante el verano hay socorristas que velan por la seguridad de los bañistas. Además, fuera del recinto hay otro merendero, restaurantes y un camping. Antiguamente se consideraba que las aguas de les Fonts de l’Algar eran “fuente de salud”.
La Reserva Natural Marina de Irta (Castellón)

Entre Peñíscola, Santa Magdalena de Pulpis y Alcalà de Xivert/Alcossebre está el Parque Natural de Serra d’Irta, una cadena montañosa que se alza junto al mar Mediterráneo formando un litoral de 12 kilómetros de pequeñas calas de arena y roca. Es un precioso paraje natural no demasiado conocido.
Puedes descubrir la zona con diferentes actividades como buceo (se requiere autorización, por lo que hay que ir con guía o empresa especializada) y paseos en barco con avistamiento de aves y baño en la reserva marina. Desde el mar se pueden divisar uno de los vestigios históricos más importantes de la zona: la Torre Badum, una construcción del siglo XVI que servía de vigía, y la ermita de Santa Llúcia.
Los Charcos de Quesa (Valencia)

Es un entorno natural repleto de agua fresca para relajarse y pegarse un chapuzón en verano. Está a 7 kilómetros del municipio de Quesa, en la comarca de La Canal de Navarrés de Valencia, y forma parte de la Red Natura 2000. Tiene cuatro piscinas naturales que están excavadas por el agua en el lecho del río Grande: el Charco de la Horteta, el de las Fuentes, la Bañera y el Charco del Chorro de Corbera, con una espectacular cascada de agua.
En verano, en épocas de mucha afluencia, se abona una ecotasa económica que contribuye al mantenimiento y limpieza de la zona. Las piscinas están rodeadas de montañas y de vegetación típicamente mediterránea, con pinos y monte bajo. Junto a ellas, se ha habilitado un área recreativa con sombras, fuente, mesas y aseos. ¡Hay hasta una vía ferrata para los más aventureros!
El Marjal i Estanys d’Almenara (Castellón)

Las aguas de la Sierra de Espadán de Castellón fluyen hacia el mar a través de manantiales y recorridos subterráneos hasta emerger, de nuevo, en el Marjal i Estanys d’Almenara, junto al mar Mediterráneo. Aquí se forma un precioso paraje natural formado por tres lagunas de agua dulce entre moreras, restos de la importancia que tuvo la industria de la seda en el siglo XVII en esta zona.
Puedes conocer todas las lagunas con el sencillo recorrido circular de 1,5 kilómetros, ideal para hacer en familia y que también pasa por yacimientos arqueológicos y permite el avistamiento de aves. Uno de los rincones más interesantes es L’Ullal, la obertura por la que vuelve a la superficie el agua subterránea de la Sierra de Espadán. Al tratarse de humedales, no son aptos para el baño, pero muy cerca están las playas de Almenara.
El Toll Blau de Banyeres de Mariola (Alicante)

El Parque Natural de la Sierra de Mariola, desde Banyeres de Mariola, alberga un tesoro natural muy refrescante para el verano: el Toll Blau. Se trata de una cascada con poza de colores turquesas que vienen del río Vinalopó. Un rincón idílico donde el agua está muy fría incluso en verano, ya que el sol entra muy poco.
Está prohibido llegar en coche, así que hay que aparcar en el Centro de Información e Interpretación del Parque Natural de la Sierra de Mariola. Desde ahí hay que seguir las indicaciones (flechas azules) para llegar hasta la Font de la Coveta. En ese punto se desciende por un camino a la izquierda que discurre entre puertas naturales hechas por la vegetación y que dibujan un paisaje de cuento.
El Pou Clar de Ontinyent (Valencia)

El Pou Clar de Ontinyent es uno de esos tesoros naturales que debes visitar en verano en la Comunitat Valenciana. Es un paraje encajonado repleto de pozas formadas de forma natural por el río Clariano. La ruta entera para verlas todas tiene unos 10 kilómetros y es circular, pero es sencilla y apta para hacer con peques. O si lo prefieres, te puedes quedar en las primeras y disfrutar de un baño refrescante.
Hasta la zona de Pou Clar no se puede acceder en vehículo motorizado, así que hay que aparcar en la piscina cubierta de Ontinyent o en el parking del Campus Universitario e ir caminando o en bici (son unos dos kilómetros) a través de un paseo agradable entre vegetación típica mediterránea. Debido a la gran acogida que tiene, en julio y agosto hay que reservar en su portal web.

Raquel Andrés
Periodista y aventurera. Me has podido leer en Escapada Rural, Diari Nosaltres La Veu, La Vanguardia, El Salto y otros medios. Habitante y amante de las zonas rurales, sea cual sea el destino. Procuro escaparme una vez por semana con las botas de montaña, el arnés o el neopreno. También soy un intento de baserritarra.