Del frontón de un pueblo de 92 habitantes a la selección española: De Frutos, el orgullo de Navares de Enmedio

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08.09.2025

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Navares de Enmedio (Segovia).
Navares de Enmedio (Segovia). Por Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda.

Navares de Enmedio anda revolucionado estos días. Este pequeño pueblo de Segovia, en el que reina la tranquilidad y poco suele suceder, está viviendo una semana de ilusión. El motivo: uno de los suyos, Jorge de Frutos, ha sido convocado por la selección española de fútbol y ha debutado en partido oficial. Todo un acontecimiento para una población que en el último censo del INE apenas contaba 92 habitantes.

De hecho, según los datos disponibles, Navares de Enmedio es el pueblo más pequeño de España jamás representado en la selección. Ha superado a Frumales, también en Segovia, que con 120 habitantes ostentaba el récord hasta ahora. De allí es natural Luis Minguela, que hace 40 años fue el primer segoviano en jugar con España. De Frutos es el segundo. Su debut como internacional, desde luego, es motivo de orgullo en la provincia y sobre todo en su pueblo, donde el futbolista del Rayo Vallecano dio sus primeras patadas al balón.

En Navares de Enmedio no hay campo de fútbol. Así que las primeras carreras, regates y goles de De Frutos fueron en el frontón del pueblo. Lo recordaba el propio futbolista en una entrevista publicada en Relevo a principios de año: “Tengo un hermano mayor, luego había tres hermanos más y jugábamos con ellos. Salíamos a jugar al frontón del pueblo, poníamos dos piedras, jugábamos partidos en una portería, a veces con dos porterías… Era lo que había”. En verano, con el pueblo más concurrido, podían hacer varios equipos y jugar torneos contra localidades vecinas.

Del frontón del pueblo a la selección española

Iglesia de Santiago Apóstol, en Navares de Enmedio (Segovia).
Iglesia de Santiago Apóstol, en Navares de Enmedio (Segovia). Por Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda.

El talento de Jorge no pasaba desapercibido en aquellos torneos de verano, como recuerda en Marca su mejor amigo del pueblo, Pablo Gutiérrez. «Con 13 años, marcó un gol de chilena a chavales de 18 en una pista de cemento. Todos nos quedamos con la boca abierta», rememora uno de los tres hermanos de los partidillos del frontón.

Alguien vio potencial en aquel chico de Navares, que pasó a jugar en Sepúlveda y, después, en Cantalejo, pueblos vecinos más grandes, que sí tenían instalaciones deportivas y equipo de fútbol. Su primer partido de competición federada lo jugó cuando ya superaba los 14 años. En juveniles lo fichó el Rayo Majadahonda y, posteriormente, el filial del Real Madrid. Ya como profesional, ha jugado en el Valladolid, el Levante y el Rayo Vallecano. Una trayectoria plagada de goles y desbordes que lo han llevado a la selección española desde el frontón de su pueblo.

Uno más de Navares de Enmedio

Jorge de Frutos (centro de la imagen), en su primer entrenamiento con la selección española.
Jorge de Frutos (centro de la imagen), en su primer entrenamiento con la selección española. Por RFEF.

Muy cerca del frontón, construido aprovechando una de las paredes de la iglesia del pueblo, se ubica el único bar de Navares de Enmedio. Lo regenta precisamente el padre de Jorge, Faustino. “Cuando viene es uno más del pueblo, sencillo y humilde, como siempre”, señala en unas declaraciones a Marca, en las que remata: “Estamos muy orgullosos de él”.

Las paredes del bar lucen recuerdos del futbolista, como camisetas firmadas de los equipos en los que ha estado, bufandas y fotografías. Allí se juntan los de pueblo a ver los partidos de su célebre vecino, como el de su debut internacional. Como no podía ser de otra forma, lo celebraron efusivamente cuando su paisano saltó al césped en el partido contra Turquía, como podemos ver en este vídeo de Marca. Jorge, cuando acude a Navares de Enmedio (lo hace siempre que puede, como él mismo reconoce), no duda en ponerse detrás de la barra y ayudar a su familia preparando pinchos.

Antiguo lavadero en Navares de Enmedio (Segovia).
Antiguo lavadero en Navares de Enmedio (Segovia). Por Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda.

“Yo viví allí 18 años, cada vez que voy disfruto. Es estar con mis padres, mi familia… es la vida de pueblo”, explicaba en aquella entrevista de Relevo. “Es verdad que los niños me ven como jugador, me piden fotos y autógrafos, y hasta me da un poco de vergüenza. Pero para los señores mayores, mi familia y mis amigos de toda la vida, soy el chico de siempre”. Ese que se acordó de ellos nada más llegar a la concentración de la selección para agradecerles haber podido “cumplir un sueño, algo inimaginable”. Tras el partido, se mostraba «muy contento por el debut, un momento muy importante en mi vida».

Cómo llegar a Navares de Enmedio

Navares de Enmedio (Segovia), uno de esos pueblos de la España vaciada donde reina el sosiego.
Navares de Enmedio (Segovia), uno de esos pueblos de la España vaciada donde reina el sosiego. Por Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda.

Navares de Enmedio está situado al norte de Segovia, cerca de las primeras estribaciones del Sistema Central. Se enclava dentro de la comarca de Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda. La distancia con la capital provincial es de apenas una hora y podemos llegar desde Madrid en aproximadamente una hora y media.

Desde la capital de España, deberemos tomar la A-1 hacia el norte hasta la salida de Boceguillas y, posteriormente, continuar unos 12 kilómetros por la carretera comarcal que lleva hasta Navares de Enmedio. Desde Segovia, la opción más rápida es la N-110 y la A-1.

Qué ver y qué hacer en Navares y sus alrededores

Área de recreo junto al arroyo Navares, en Navares de Enmedio (Segovia).
Área de recreo junto al arroyo Navares, en Navares de Enmedio (Segovia). Por Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda.

Como decíamos, Navares de Enmedio es uno de esos pueblos de la España vaciada en los que reina el sosiego. Los fines de semana y durante el verano, en cambio, es mucho más concurrido y el ambiente, más animado. Tiene una piscina pública que funciona durante los meses de julio y agosto. A pesar de su escasa población, cuenta con varios comercios que dan servicio a los pueblos de alrededor, como el bar de Faustino, una panadería o una residencia de ancianos.

El pueblo está compuesto por calles irregulares, que acogen casas típicas de piedra y desembocan en las tres plazas de la localidad: la de la residencia, la del ayuntamiento y la de la iglesia. Precisamente, la iglesia de Santiago Apóstol es el edificio más destacado de Navares de Enmedio. Data del siglo XVI y se construyó aprovechando los materiales de una iglesia anterior. También es reseñable la Casa del Jardín, con blasones en su fachada.

Casa del Jardín, en Navares de Enmedio (Segovia).
Casa del Jardín, en Navares de Enmedio (Segovia). Por Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda.

Navares de Enmedio se ubica entre Navares de las Cuevas y Navares de Ayuso, en un pequeño valle a los pies de la serrezuela de Pradales. Los tres pueblos están atravesados por el arroyo Navares, junto al que se sitúa, en Navares de Enmedio, una pequeña zona de recreo con mucho encanto, que cuenta con merendero y parque infantil. Cerca del cementerio encontraremos el puente de San Roque, un rincón de gran belleza natural.

El entorno de Navares de Enmedio, perfecto para el senderismo

El puente de San Roque, uno de los rincones con encanto de Navares de Enmedio (Segovia).
El puente de San Roque, uno de los rincones con encanto de Navares de Enmedio (Segovia). Por Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda.

Una buena opción para los amantes del senderismo es la Senda de los Navares, que recorre junto al arroyo el camino que tradicionalmente unía estos tres pueblos hermanos. Se trata de un sendero lineal de unos 7 kilómetros (solo ida), sin apenas desnivel y de escasa dificultad. Ha sido recientemente restaurado y está bien señalizado. Perfecto para disfrutar de una mañana soleada en familia.

Para los más preparados, existe la posibilidad de ascender hasta Peña Cuerno, el pico más alto de la Serrezuela de Pradales (1.380 metros). Es una ruta lineal de dificultad moderada de unos 15 kilómetros, con el premio final de sus preciosas vistas sobre la meseta castellana, la cordillera Cantábrica, la sierra de la Demanda y el Sistema Central, sobre todo en días despejados. Estos montes poblados de pino y roble son perfectos para que crezcan las setas y en otoño se convierten en un auténtico paraíso para aficionados a la micología.

José Miguel Pérez

Miguel Perez

Me encanta el fútbol, leer, viajar, descubrir nuevos destinos y contártelos

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