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Es cierto que cuando uno piensa en playas, inevitablemente se imagina el sonido de las olas, el olor a salitre, las gaviotas chillando y arena por todas partes. Pero, ¿y si te dijéramos que no hace falta ir a la costa para disfrutar de un bonito día de playa en pueblos de interior? Y es que en España hay localidades que no huelen a mar, pero que tienen arenales tan apetecibles como la de cualquier rincón del Mediterráneo.
De hecho, en algunos casos incluso mejores, ya que puedes evitar a las molestas medusas y no te vuelves loco buscando aparcamiento. España no sólo presume de tener kilómetros y kilómetros de litoral, también es un territorio con ríos, embalses, pantanos y lagunas que, cuando aprieta el calor, se transforman en auténticos paraísos. Y no hablamos de únicamente márgenes con agua, no.
Hablamos de lugares con encanto, con su correspondiente chiringuito y sombrillas, pinares y ambiente único. Así que, si este verano quieres arena sin agobios, agua sin sal y municipios acogedores, apunta estos destinos y vete preparando la toalla. Porque las mejores playas de interior también tienen nombre y apellido, y aquí te las descubrimos.
Playa de Alange (Badajoz)

En plena comarca de Tierra de Barros, la localidad de Alange presume de una de las mejores playas de interior de España, galardonada con Bandera Azul. ¿Cómo te quedas? A orillas del embalse del mismo nombre, el arenal ofrece arena fina, aguas tranquilas, parque infantil, sombrillas y un pequeño chiringuito junto al acceso al embalse, ideal para quienes buscan refrescarse en la provincia de Badajoz.
Además del baño, aquí se puede practicar todo tipo de deportes acuáticos, como piragüismo, vela o windsurf. Pero si prefieres un plan más relajado, tu mejor opción es dar un paseo en barco para contemplar el castillo medieval que corona el cerro.
Por supuesto, el pueblo en sí merece una visita, y en especial sus termas romanas, declaradas Monumento Nacional en los años 30 y Patrimonio de la Humanidad junto al conjunto arqueológico de Mérida en 1993. Éstas ya existían en la época de Trajano y Adriano y hoy forman parte del balneario. Un espacio que te invita a relajarte entre aguas termales mientras cae la tarde. ¡Un planazo que no podrás rechazar!
Playa del Río Alberche (Madrid)
A menos de una hora de Madrid capital, Aldea del Fresno es mucho más que un respiro del calor, es un pequeño municipio de la Sierra Oeste, tranquilo y acogedor, donde el río Alberche y el Perales se juntan para formar una de las playas fluviales más queridas por los madrileños. Aquí el agua discurre tranquila y es poco profunda, ideal para refrescarse y para que los niños se bañen sin peligro.
Además su entorno acompaña, verde y agradable, con explanadas donde se puede jugar, montar un picnic a la sombra de los fresnos y los pinos, o incluso echar un partidillo de fútbol mientras otros se dan un chapuzón. Hay suficiente arena para extender la toalla, fuente, duchas y hasta un chiringuito por si no quieres cargar con la nevera. Así que, ya estás organizando tu próxima escapada.
Combina naturaleza y pinceladas culturales, gracias a la visita que podrás realizar para ver el conjunto arquitectónico Granja El Santo, cuyo elemento más antiguo es la Ermita de San Saturio, del siglo XIV, catalogada de Interés Histórico Artístico Regional.
Playa de Riaño (León)

Nos escapamos hasta la localidad de Riaño para conocer de cerca una de las playas de interior más bonitas y fotogénicas de España. No sólo por el agua, fresca y cristalina, sino por el escenario que le rodea: un anfiteatro natural formado por picos y cordales que convierten cada chapuzón en una postal. Sin duda, una estampa idílica que te hará dudar si estás en los mismísimos Alpes o en la provincia de León.
La playa está perfectamente acondicionada, con arena, césped, sombrillas y hasta un chiringuito para que no te falte de nada. Y si el agua está un poco fría para tu gusto, siempre puedes tumbarte a tomar el sol o subir a uno de los miradores cercanos para sacar la foto que te hará quedar como un verdadero influencer. Además, el municipio en sí está lleno de encanto y de historia.
En los años 80, el antiguo Riaño fue anegado por las aguas del embalse y se construyó el nuevo en una ladera. Aún hoy, bajo el agua, duermen las ruinas de aquel pueblo, mientras el nuevo presume de su iglesia, su museo etnográfico, su paseo del recuerdo con esculturas de madera y hasta un banco con las mejores vistas del valle. Un destino que demuestra que no hace falta mar para sentir que estás viviendo unas vacaciones de lujo.
Playa de Valdearenas (Córdoba)

Ponemos el foco en la provincia de Córdoba, concretamente en la comarca de la Subbética cordobesa, para dejarnos seducir por uno de los pueblos más bonitos de Andalucía, Iznájar. Desde arriba, haciendo gala de sus casas encaladas, parece un castillo de azúcar, y desde abajo, a orillas de su embalse, se presenta como un refugio perfecto para sofocar el calor sin pisar la costa.
El embalse de Iznájar es tan grande que lo llaman el mar de Andalucía, y a sus pies se extiende la Playa de Valdearenas, con más de un kilómetro de orilla y todas las comodidades que uno espera de un arenal: chiringuitos, sombrillas, hamacas… y agua dulce, por supuesto. Además, está muy bien equipada para familias, con parque infantil, duchas, zonas de sombra y hasta la posibilidad de practicar deportes acuáticos.
Tras una bonita jornada, la recompensa llega al atardecer, cuando subas a la localidad, recorras sus calles estrechas y empinadas, adornadas con flores y macetas de colores y te asomes al mirador del castillo, aquí las vistas al embalse son espectaculares. Y si el hambre aprieta, nada como probar un salmorejo bien fresquito o unas berenjenas con miel en alguna terraza del centro. ¿Te apuntas?
Playa del embalse de Bolarque (Guadalajara)

Quizá nunca antes hayas oído hablar de Almonacid de Zorita, pero este pequeño pueblo de La Alcarria guarda uno de los secretos mejor escondidos de la provincia de Guadalajara, la playa del embalse de Bolarque. Vamos a descubrirla. Éste, que recoge las aguas del río Tajo y el Guadiela, forma una especie de fiordo castellano manchego, con aguas de un azul profundo rodeadas de montañas.
Y allí, en una de sus orillas, se encuentra una playa fluvial que nada tiene que envidiar a las de la costa. El área recreativa de Bolarque está muy bien cuidada: hay césped, arena, merenderos, sombrillas, barbacoa y un restaurante donde reponer fuerzas después del baño. Además, la zona cuenta con embarcadero y se pueden alquilar barcas o kayaks para explorarlo a tu aire.
Y si te apetece estirar las piernas, en los alrededores hay senderos que ofrecen vistas panorámicas del embalse y sus aguas serpenteantes. Almonacid de Zorita, por su parte, es un municipio con mucho encanto, ideal para una visita al atardecer. Podrás pasear por su plaza, visitar la Iglesia Parroquial de Santo Domingo de Silos o tomar un café en una de sus terrazas bastan para completar la experiencia.
Miryam Tejada
Mi título universitario dice que soy licenciada en periodismo, pero realmente soy una todoterreno a la que le pilló la transición del mundo analógico al digital de pleno. Es decir, soy millennial, y eso lo que conlleva, según las habladurías, es que me dejo llevar y priorizo mi bienestar. O lo que es lo mismo, soy una apasionada de los viajes y las experiencias, del simple hecho de tomar unas cervezas entre amigas, organizar una buena comilona en la sociedad con sobremesa larga incluida o pasar las tardes en el parque con mis gemelos.