Casas rurales con piscina para prolongar el chapuzón

El verano se resiste a marcharse, y tú también. Porque cuando uno se acostumbra al sol, a los días largos y al sonido del agua mientras te das un buen chapuzón, cuesta mucho volver a la rutina. Por eso, la receta perfecta para prolongar esa sensación de vacaciones es una escapada rural a uno de esos municipios con encanto que atesoran piscinas irresistibles.

La buena noticia es que no hace falta cruzar medio país ni buscar lugares imposibles porque España está llena de rincones donde puedes combinar el encanto del pueblo, la calma de la naturaleza y el placer de un baño refrescante. Aquí te proponemos seis destinos que lo tienen todo: historia, paisajes y, sobre todo, el escenario ideal para seguir chapoteando sin remordimientos.

Botania (Madrid)

A menos de una hora de Madrid, Robledo de Chavela es uno de esos lugares que parecen diseñados para los que buscan desconexión sin perder el contacto con la civilización. El pueblo está rodeado de sierras y montes de encinas y pinos, con un aire limpio que parece recién estrenado. Es muy conocido por su relación con el espacio, ya que aquí se encuentra una de las antenas de la NASA que participaron en la misión Apolo, lo que convierte al lugar en un pequeño “Houston” madrileño. Pero si algo conquista en este municipio es la calma que desprenden sus alrededores.

Pasear por el casco histórico, con su iglesia de la Asunción del siglo XV, es como viajar en el tiempo, mientras que las rutas de senderismo invitan a perderse entre montañas. La casa rural Botania te ofrece disfrutar de una bonita caminata y regresar a este oasis para lanzarte a su impresionante piscina, ¿cómo lo ves? Este alojamiento dispone de ocho dormitorios dobles, barbacoa de gas, porche cubierto, zona de juegos y un sinfín de prestaciones más que harán que tu estancia sea un lujo.

Casa La Lloma (Alicante)

La Costa Blanca es mucho más que grandes playas abarrotadas, y Benissa es la prueba viviente. Este pueblo alicantino combina un precioso casco histórico medieval, lleno de casas señoriales y calles adoquinadas, con un litoral de calas pequeñas y tranquilas que parecen hechas a medida para los que buscan paz. Entre sus joyas están la Cala Baladrar, la Cala Pinets o la Cala Advocat, todas con aguas cristalinas y rincones rocosos perfectos para ponerse las gafas de buceo y saludar a los peces.

Eso sí, después de un día de mar, regresar a la tranquilidad del interior del municipio es un lujo. El casco antiguo de esta localidad es de esos que se disfrutan despacio, con fachadas blancas, portales de piedra y la imponente iglesia de la Purísima Xiqueta. Así que, el plan es el siguiente: mañana de calas, tardes de piscina. Porque aunque el Mediterráneo es único, disponer de tu propio refugio privado en Casa La Lloma es un auténtico privilegio. Aquí dispondrás de dos viviendas, la Lloma y la Romántica, ambas ubicadas a los pies de la sierra de Bernia, en pleno puerto de montaña. Tienen capacidad de hasta 16 personas, pues cuentan con 14 dormitorios y varios ambientes que hacen que tu estancia sea más que agradable.

Casa Rural La Garrida (Córdoba)

Si este nombre te suena es porque seguramente has visto su castillo en alguna serie famosa (sí, en Juego de Tronos apareció como Altojardín). Pero Almodóvar del Río no es solo su fortaleza medieval —una de las mejor conservadas de Andalucía—, sino también un pueblo blanco lleno de encanto cordobés. Callejuelas estrechas, casas encaladas con macetas en las fachadas y un ambiente acogedor que invita a perderse sin rumbo.

Muy cerca está el embalse de la Breña, un lugar perfecto para quienes prefieren deportes acuáticos como kayak, paddle surf o simplemente darse un baño en plena naturaleza. Aunque también podrás disfrutar de un buen chapuzón en la Casa Rural La Garrida. Este alojamiento que tiene capacidad para ocho personas, se encuentra en el corazón de un olivar de unos 8.000 metros cuadrados, rodeado de jardines con plantas autóctonas y aromáticas. Es decir, esta vivienda que se alquila en su totalidad, es un disfrute para los cinco sentidos.

Playas de Llanes (Asturias)

Llanes es probablemente uno de los pueblos más cinematográficos del norte de España, y no solo porque su paisaje haya servido de escenario para películas y series. Aquí todo parece diseñado para quedar bien en cámara: acantilados dramáticos, playas salvajes de arena dorada y un casco histórico lleno de casonas indianas que hablan de un pasado rico y viajero. El puerto de Llanes, con sus “Cubos de la Memoria” pintados por Agustín Ibarrola, es uno de esos lugares que se graban en la retina.

A un paso, playas como Toró, Gulpiyuri (la famosa playa interior) o Poo se convierten en el destino perfecto para empezar el día. Pero ojo, el Cantábrico puede estar fresco incluso en agosto, así que es ahí donde cobra sentido la piscina del alojamiento Playas de Llanes. Dos lujosas casas rurales con una capacidad de 10 plazas cada una, distribuidas en 5 amplias habitaciones. También dispone de barbacoa de obra, una amplia mesa para comer y/o cenar y un porche amueblado para largas sobremesas.

Encantos de Orellana (Badajoz)

¿Quién dijo que en el interior no hay playa? Orellana la Vieja, en Badajoz, rompió todos los esquemas al ser la primera playa de interior en España en conseguir la codiciada Bandera Azul. A orillas del embalse de Orellana, la localidad ofrece arena, sombrillas, chiringuitos y agua dulce de calidad que nada tienen que envidiar a la costa. Pero más allá de la playa, el encanto está en la vida tranquila del pueblo y en la oportunidad de disfrutar de la naturaleza sin aglomeraciones.

Deportes náuticos, paseos en barca o rutas ciclistas alrededor del embalse completan un plan que combina actividad y desconexión. Y cuando el cuerpo pide descanso, ahí está la piscina de la casa Encantos de Orellana esperándote. Este alojamiento rural, delicado, cuidado y aislado del casco urbano, rodeado de pura naturaleza, está anclado en un entorno único y mágico. La parcela de 5000 m2 está preparada para uso y disfrute de sus huéspedes. Cuenta con una capacidad para doce personas de manera íntegra, ideal para encuentros familiares y reuniones con amigos.

Can Pons Xic (Girona)

En el corazón de la comarca de La Selva, Sant Feliu de Buixalleu es un pequeño municipio rodeado de bosques y montañas que huele a naturaleza por los cuatro costados. Aquí no encontrarás playas, pero sí la calma de los Pirineos cercanos y la frescura de los ríos que atraviesan la zona. El municipio conserva su aire auténtico, con la iglesia de Sant Feliu como centro del casco histórico.

Pero el verdadero lujo está en las casas rurales, muchas de ellas masías tradicionales restauradas que atesoran piscinas privadas. Precisamente, Can Pons Xic te espera. Aquí podrás darte un chapuzón con el canto de los pájaros de fondo y disfrutar de un precioso atardecer. Es de alquiler íntegro y tiene capacidad para quince personas, repartidas en siete dormitorios. Y como dicen los anfitriones, la cocina es un lugar especial, con una enorme chimenea y dos ventanales de cara al mar. ¿Quién se une al plan?